domingo 8 diciembre
DEPORTIVO - GRANADA CF | LA CRÓNICA  |   |

Empate sin bemoles

El Granada CF se conforma con un punto en Riazor que pudo perder si Ochoa no detiene un penalti a Borges · Alcaraz revolucionó su once y no le salió mal · La salvación sigue lejos

Pereira se intenta ir de un rival durante el partido disputado en Riazor. Foto: LOF

FICHA DEL PARTIDO
Deportivo de la Coruña: Lux; Juanfran, Arribas, Sidney, Luisinho; Guilherme (John, 74'), Borges, Gil (Bruno Gama, 56'), Çolak, Marlos; y Andone.
Granada CF: Ochoa; Foulquier, Saunier, Vezo, Héctor Hernández (Atzili, 83'); Estupiñán, Wakaso, Cuenca, Boga, Pereira y Kravets (Ponce, 59').
Árbitro: Del Cerro Grande (madrileño). Amonestó a John y a Cuenca, Héctor Hernández y Estupiñán.
Incidencias: Encuentro disputado en el Estadio de Riazor

Apeló Lucas Alcaraz en su previa antes de enfrentarse al Deportivo de la Coruña a los bemoles que debían echar sus jugadores para afrontar este partido. Las palabras ya no tenían hueco en este equipo. Pero los hechos tampoco terminan de convencer.

Es cierto que el punto puede ser tomado como positivo al haber frenado una racha de cuatro derrotas consecutivas, haber dejado la portería a cero después de que el rival tire un penalti o por puntuar en la recta final.

Pero en las circunstancias en las que está el equipo granadinista este empate sabe a muy poco, teniendo en cuenta que la inyección de moral ha de ser mayor. El equipo no dio muestras de querer ir a por el partido y se preocupó sobre todo de defender. En el ataque, las intenciones fueron prácticamente nulas.

La primera nota discordante de lo que se podía esperar del Granada CF fue la alineación planteada por Lucas Alcaraz, que dio un giro total a lo visto en las últimas semanas para introducir dos variables importantes. La primera de ellas fue la de Estupiñán en la banda izquierda. El canterano debutó con el primer equipo después de varios partidos yendo como convocado.

Además, Vezo jugó en el centro de la zaga acompañando a Saunier en un sistema de cuatro atrás. Con esta variable destacó el hecho de que el Granada CF jugó con tres hombres en la línea de enganche. Héctor Hernández en una banda, Cuenca en otra y Boga por dentro.

Si por algo destacó el Granada CF en la primera parte fue en el hecho de que el equipo rojiblanco jugó bastante bien desde su portería hasta los tres cuartos, pero luego no supo concretar las llegadas que dispuso en el primer tiempo, lo que se tradujo en la ausencia total de ocasiones claras.

Tampoco las tuvo el Deportivo de la Coruña, que fue de menos a más sin contar con ningún disparo evidente que pusiera en serio peligro la portería defendida por Ochoa.

Así, por anotar un par de llegadas de cada uno, dos remates en circunstancias similares. Por un lado el del canterano Estupiñán, que cabeceó un saque de esquina a favor de los rojiblancos en el minuto 14 y que fue detenido sin problema por Lux. Algo similar hizo Ochoa a cinco minutos del descanso con un cabezazo de Borges.

Marlos Moreno fue uno de los nombres más activos a favor del Deportivo de la Coruña, aunque Foulquier supo taparlo bien y evitar que pudiera centrar con comodidad al área. Mientras, en la banda opuesta, Héctor Hernández no encontró el espacio para recibir y centrar, con lo que el Granada CF perdió el carisma que el vallisoletano suele mostrar en el ataque cada partido.

Quizás otra de las mejores, y pocas, llegadas del primer tiempo estuvo en las botas de Cuenca, quien recibió un buen balón en la izquierda del área de Lux pero que se topó con Luisinho cuando intentó definir la ocasión. La primera parte acabó con algo de desorden, aunque sin romper ninguno de los dos equipos para hallar líneas que permitieran abrir el marcador.

Otra cara tras el descanso

Sin embargo, la segunda parte el Deportivo de la Coruña fue el que puso la carne en el asador para ir a por la victoria y estuvo a punto de conseguirlo.

El Granada CF se achantó y se quedó moribundo en gran parte de la segunda parte, con la intención vital de mantener un tipo que no les sacaba de pobres, pero al menos les mantenía vivos sobre el césped.

De entre las pocas llegadas que tuvieron los de Lucas Alcaraz en la segunda parte se encuentran anotadas una falta botada por Boga que paró Lux sin problema y hasta tres disparos lejanos y altos a la meta del deportivista en la recta final.

Fue la única demostración que dio el Granada CF de querer verdaderamente ir a por los tres puntos. El miedo a no querer perder uno al menos le hizo defenderse como pudo, pero ello no le evitó problemas.

Bruno Gama probó suerte por abajo, también lo hizo Luisinho por arriba. Ninguno logró inquietar demasiado a Ochoa, que se encontró con la ocasión más difícil, la de un penalti infantil cometido con la misma nobleza que tiene el debutante Estupiñán.

A falta de 18 minutos para el final Borges golpeó el lanzamiento de la pena máxima y se topó con las dos piernas de Ochoa al tirarlo al centro. Es el segundo penalti que el guardameta mexicano detiene en tres partidos, en los que ha cuajado buenas actuaciones.

A partir de ahí el Deportivo bajó los brazos, pero el Granada CF estaba un peldaño por debajo. La motivación ya no existía para los de Alcaraz, que dieron por bueno un punto que habrá que hacer válido en lo que queda de Liga, una jornada menos. Ocho partidos. 24 puntos. Poco para todo lo que hace falta.

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