Ese aliado que 'var' y viene
La afición se queja con razón de la misma tecnología que en otros partidos ha beneficiado al Granada CF · La falta de concreción en cada llegada, una piedra difícil de pulir
Que el videoarbitraje ha llegado para mejorar el fútbol es innegable. Hay acciones que una vez analizadas contribuyen a hacer más justos los partidos y por tanto los resultados, aunque ello no siempre tenga una misma unidad de medida ni en Las Rozas -donde está el árbitro 'tecnológico'- ni en el terreno de juego.
En las quince jornadas de Liga que ya se han disputado el Granada CF ya comprobado que existen distintas fórmulas de ver y entender lo que sucede en el campo y que podría reducirse a dos, una cuando le beneficia y otra cuando le perjudica.
El pasado domingo Raúl García comete claramente un empujón sobre Domingos Duarte captado por una microcámara que existe dentro de la portería y cuyo acto pasa inadvertido para el VAR y por tanto anular el posterior empujón del defensa portugués que deriva en el penalti en el que se adelanta el Athletic.
El gol llega además después de que Rui Silva se adelante escasos centímetros desde la línea de gol, más que él, la pierna de apoyo que supuestamente debe estar sobre la línea de gol. Y ahí el VAR perjudicó por tanto los intereses del Granada CF.
Pero este aliado, que lo es sin duda, a veces va y otras viene. Unas ayuda y otras no tanto. Véase la dura entrada de Monoto hace una semana a un jugador del Atlético de Madrid o la mano de Carlos Neva en el partido ante la Real Sociedad que no acabó en penalti de milagro. Unas veces va y otras vine y con ello, como dice Diego Martínez, hay que convivir.
Aunque lo suyo es que siempre fuera igual, en ambos sentidos, y se evitarían polémicas que contribuyen y alimentan a quienes, con razón, se quejan de que hay varias varas de medir.
La falta de generar peligro
En lo deportivo el problema con el que empieza a encontrarse este Granada CF es con la dificultad para llegar con cierta notoriedad al área de los rivales. No hay nitidez. Cuando se producen ocasiones o algún gol, como el choque ante el Atlético, es a balón parado.
Tiene ahí Diego Martínez uno de los quebraderos de cabeza que dice que tratará de pulir con paciencia y sobre todo dando confianza a sus jugadores. No le queda otra. El devenir de la Liga dará oportunidades para enderezar el rumbo, a buen seguro.