viernes 19 abril
SEMANA SANTA 2014 - LA CRÓNICA DEL MIÉRCOLES SANTO  |   |

Esplendor en la diversidad

Desde el 'jolgorio' de Los Gitanos hasta el recogimiento del Nazareno o Estudiantes, Granada recupera su Miércoles Santo en otra jornada entusiasta

Las hogueras volvieron a ser protagonistas en el regreso del Cristo de los Gitanos. Foto: Alejandro Romero

Las hogueras volvieron a ser protagonistas en el regreso del Cristo de los Gitanos. Foto: Alejandro Romero

Suele pasar que llegados a un punto de la Semana Santa de Granada se va convirtiendo en normal algo que hasta hace un año no lo era.

Los cofrades han dejado de mirar las previsiones meteorológicas para centrarse únicamente en sus hermandades, en su discurrir y en cuestiones de otro calado. Porque sí y porque este año parece que será la Semana Santa completa después de muchos años. Toquemos madera.

En el ecuador de los días grandes, las cinco cofradías ofrecieron variedad aunque de forma espléndida, lo que no hace más que confirmar que el título de declaración de Interés Turístico Internacional no solo está justificado, sino que era obligatorio.

El detalle de la jornada
Otra vez el fútbol volvió a ser la nota negativa de la jornada, y además ante el paso de una hermandad silente. El Nazareno volvió a sufrir a los aficionados que lejos de contener sus emociones futbolísticas interrumpieron y faltaron al respeto al cortejo de la hermandad, principalmente en Pasiegas. Situación difícil de cambiar si no se tiene en cuenta que las hermandades están haciendo una estación de penitencia.

Sacromonte gitano

Apenas habían pasado unos segundos desde que dieran las 16.45 horas cuando las puertas de la Iglesia del Sagrado Corazón en la Gran Vía se abrieron con unos rayos de luz que nada tuvieron que ver con los nublos del año pasado. La Hermandad de los Gitanos sí pudo completar esta vez el recorrido después de quedarse en la Santa Iglesia Catedral, y lo hizo con dos aspectos significativos.

Por un lado, pudo verse en la calle una nueva cruz de guía de madera con forro de cobre, mucho más adaptada a la anterior de terciopelo que lucía la hermandad. El otro aspecto es el paso sobre el que procesionó el único cristo con cuatro clavos de la Semana Santa de Granada. La de este Miércoles Santo quizás fuera la última jornada en la que El Consuelo fuese portado por última vez sobre ese paso con acertado clavel rojo sangre de toro que realza más la figura de Jesús en la cruz.

Las dificultades para la salida pusieron en algún apuro a Eduardo Torre Monchón con el palio de María Santísima del Sacromonte, aunque supo sortear la situación. Y en el regreso, saetas, cánticos y hogueras para recibir al Cristo y a la Virgen con jolgorio y algarabía sacromontana, la que desde hace 75 años venera a sus dos titulares. En octubre, de nuevo a las calles.

La Hermandad de los Estudiantes sigue evolucionando hacia límites hasta ahora imprevistos. Foto: Álex Cámara

La Hermandad de los Estudiantes sigue evolucionando hacia límites hasta ahora imprevistos. Foto: Álex Cámara

Evolución estudiantil

Pareciera mentira si se echa un vistazo a los archivos y hemerotecas de hace solo diez años cómo ha podido evolucionar y cambiar en tan poco tiempo la hermandad de los Estudiantes. Un punto totalmente contrapuesto a la de los Gitanos.

La cofradía, que estrenó faldilla de la cruz parroquial y peana de capilla de la Virgen, volvió a presumir de seria organización y evolución en sus filas nazarenas, donde cada vez se van uniendo más fieles y hermanos para convertirla en un cortejo envidiable por otras hermandades.

Si el cariño que Laura Coca pone para guiar a sus costaleras es el mismo que el que se pone en la hermandad para hacer las cosas así, no es de extrañar que en unos años los Estudiantes se convierta -si no lo ha hecho ya- en uno de los grandes ejemplos a seguir de cómo deben hacerse las cosas para consagrar una hermandad, que además anhela que María Santísima de los Remedios les acompañe en unos años.

Los cambios de hábitos de Paciencia y Penas, un acierto. Foto: Alejandro Romero

Los cambios de hábitos de Paciencia y Penas, un acierto. Foto: Alejandro Romero

Cambios en San Matías

El Miércoles Santo de Granada de 2014 era una de las fechas esperadas para comprobar algunos aspectos, entre ellos cómo ha evolucionado la Hermandad de Paciencia y Penas desde que hay aires nuevos en su junta de gobierno y, sobre todo, cómo iban a sentar en la calle las nuevas vestimentas.

Un acierto. Es quizás la palabra que mejor pueda definir las nuevas túnicas, más moradas con antifaz en terciopelo morado que sustituyeron a las anteriores algo desgastadas, así como el cíngulo dorado y la capa blanca que aportó clase de señorío en las calles. También estrenaron hábitos los monaguillos, ropones de pertiguero y un juego de 12 dalmáticas.

En la calle, la cofradía presentó un buen cortejo de hermanos, teniendo también en su regreso mucho más apoyo multitudinario que el de ocasiones pasadas. A las órdenes de Gerardo Sabador y Jorge Mario Martín, Jesús de la Paciencia y María Santísima de las Penas llevaron a las calles un andar con clase de los que crean hermandad que a buen seguro les reportará sus frutos en un futuro inmediato.

Santo Domingo estaba abarrotado para la salida del Rosario. Foto: Álex Cámara

Santo Domingo estaba abarrotado para la salida del Rosario. Foto: Álex Cámara

Rosario para siempre

Con un cortejo amplio, extenso y bien formado se presentó en las calles de Granada la Hermandad del Rosario, que este año pudo quitarse la espina clavada hace un año cuando fue, junto con Nazareno, la única que no arriesgó en salir a las calles, aunque la lluvia en la media noche le dio la razón.

El buque del Realejo, con Jesús de las Tres Caídas, ofreció una magistral clase en el costal, en cada tramo, cada paso o cada trayecto, incluyendo la emotiva entrada a la Catedral con la salve a Nuestra Señora del Rosario con esas estampas e imágenes que solo se producen en la Semana Santa de Granada.

En el regreso, la cofradía va a tener que empezar a buscar otra ubicación para intentar dar cabida a los cientos de personas que, incluso dos horas antes del mismo, se agolpaban en la plaza de Santo Domingo para presenciar esos momentos que no se olvidan. Esas intentonas de volver a sacar a Tres Caídas a la calle cuando está casi debajo del dintel del templo o esa mecía del paso de palio. Rosario eterno. Rosario, para siempre.

Jesús Nazareno, con paso imponente y silente, por las calles de Granada. Foto: Alejandro Romero

Jesús Nazareno, con paso imponente y silente, por las calles de Granada. Foto: Alejandro Romero

Nazareno de recogimiento

Y por último, ante toda esta mezcla de sensaciones y formas de entender la Semana Santa, el Miércoles Santo suele poner el broche de oro la Hermandad de Jesús Nazareno y su recogimiento, más en el regreso que en la salida.

La cofradía del Convento de las Carmelitas Descalzas salió con un cortejo destacable a las calles que precedían al paso silente de Jesús Nazareno, solo con música de capilla. Algo que los cofrades de golpe en pecho y los no tanto deberían empezar a comprender para respetar el silencio de una hermandad así.

La Virgen de la Merced también lució espléndida desde su salida a su regreso, a oscuras en la plaza de San Juan de la Cruz donde las saetas también tuvieron su momento de gloria de un lado a otro, dando más variedad posible a una noche en la que la luna se ha convertido, a diario, en la abonada número 1 a la Semana Santa y la mejor aliada de las cofradías.

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