sábado 20 abril
SEMANA SANTA 2016 | LA CRÓNICA  |   | Luis F. Ruiz | Fotos: Álex Cámara

Excelencia desde la colina

Santa María de la Alhambra protagoniza un Sábado Santo de multitudes · Amplio cortejo y buena organización destacan el día en que estrena maniqueteras de plata y taracea

La multitud acompañó al único paso del Sábado Santo en cada rincón. Foto: Álex Cámara

La multitud acompañó al único paso del Sábado Santo en cada rincón. Foto: Álex Cámara

Cada jornada del Sábado Santo Granada pone todas sus miradas y focos en la parte más alta de la ciudad. La llegada de la Virgen de las Angustias de Santa María de la Alhambra Coronada hasta la parte central de la capital deja pequeños todos los rincones por los que discurre el peculiar paso de plata, con un sabor a la despedida que ha de llegar en la mañana de este domingo.

Con un sol de justicia, como no debe ser de otra forma cuando ella está en la calle, la jornada comenzó en las puertas de la Iglesia de Santa María de la Alhambra en el interior del monumento nazarí. A las puertas se encontraba uno de los hombres que quizás tenga el sabor más agridulce de la Semana Santa, pues suya y de su Junta de Gobierno fue la difícil decisión de no salir a la calle en la tarde del Domingo de Ramos con la Borriquilla.

Eugenio Almohalla, justo a las 17.30 horas, con la llave que debía haber llamado a las puertas del Perpetuo Socorro, tocó tres veces para 'devolver' el acto a la Alhambra e iniciar el irremediable camino hasta el final de la Semana Santa de Granada. Y así comenzó otra jornada de ensueño.

Las murallas y arcos de la Alhambra invitan a tomar imágenes en cada rincón por el que discurre la hermandad asentada en la colina roja. Así sucedió en dos de los puntos más dificultosos que ha de sortear la cofradía: la Puerta del Vino y, el más difícil todavía, la Puerta de la Justicia.

Las estampas que dejó la imagen fueron para enmarcar en determinados momentos. Foto: Álex Cámara

Las estampas que dejó la imagen fueron para enmarcar en determinados momentos. Foto: Álex Cámara

Es en este lugar en el que el mundo se detiene en la tarde y en la noche de cada Sábado Santo. Entonces allí, los hombres que a costal llevan el paso se dejan guiar como ciegos por su 'lazarillo' José Carvajal para obrar el milagro una y otra vez y poner en los jardines del recinto monumental a la titular mariana que centra todas las miradas.

En el descenso y en la subida hasta su sede canónica la multitud quiso arropar a la hermandad en cada rincón de la ciudad, siendo especialmente afluentes puntos como la Puerta de las Granadas, ya en la Cuesta de Gomérez; Plaza Nueva, la calle San Matías, Puerta Real o en su regreso por la Gran Vía. Después la bulla se encargó de ofrecer esa otra estampa cofrade que ha acompañado a las distintas cofradías en sus regresos.

Destacable en la hermandad alhambreña el estreno de sus nuevas maniguetas plateadas con taracea, lo que resaltan los leones que sobresalen del paso. Además, también es reseñable de forma importante la forma de manejar el cortejo tan amplio en la calle. No es fácil, aunque pueda parecerlo, organizar filas y filas de nazarenos, camareras y representaciones que, además, este año, cambiaron el orden de forma acertada. La tercera nota positiva hay que ponérsela al exorno floral, mucho más acertado con el clavel rojo sobre el que se asienta la imagen que realizara Torcuato Ruiz del Peral allá por el Siglo XVIII.

Y así fue cómo Granada llegó a su Sábado Santo y vivió la víspera de la Pascua de Resurrección. Lo hace, como toda la semana, de forma exclusiva y distinta al resto de Andalucía. Y además con una excelencia a destacar.

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