viernes 28 marzo
ÁREA METROPOLITANA | ANÁLISIS  |   | Luis F. Ruiz - Noelia S. Lorca

Gobiernos en minoría en el Área Metropolitana de Granada: un puzle de dos caras

Al igual que ha sucedido en Huétor Vega, alcaldes de La Zubia, Cájar o Albolote ya quedaron en una situación debilitada en su gestión · En otros ayuntamientos, el entendimiento entre oposición y gobiernos fue posible

El pacto entre el PSOE e IU en Huétor Vega ha sido el último en romperse al completo. Foto: Jorge Azcoytia (archivo)

La ruptura definitiva del acuerdo de Gobierno que tenían PSOE e IU en Huétor Vega, tras reordenar el reparto de competencias su alcalde, el socialista Mario del Paso, dejará en una minoría debilitada al ejecutivo, al ostentar el bastón de mando con cinco de los 17 concejales que componen la corporación.

Sin embargo, este no es un escenario inédito en el Área Metropolitana de Granada, donde en los últimos años ya hubo ejemplos claros en los que quedó demostrado que los gobiernos en minoría son un puzle de dos caras.

17 mayorías absolutas y cuatro gobiernos en minoría
Los ayuntamientos del Área Metropolitana de Granada se encaminan hacia el ecuador del mandato municipal, donde 17 ayuntamientos están gobernados con mayoría absoluta. El PSOE lo hace en Valerrubio, Fuente Vaqueros, Cúllar Vega, Otura, Gójar, Alfacar y Pulianas y el PP en Las Gabias, Churriana de la Vega, Alhendín, Ogíjares, Dílar, Cájar y Jun. También con mayoría absoluta están los ayuntamientos de Cijuela (Futuro), Peligros (Ganemos) y Pinos Genil (PGI). En minoría gobiernan los alcaldes y alcaldesas de Albolote (PP), Cenes de la Vega (PSOE) y Víznar (IU), al que se sumó desde el pasado noviembre Huétor Vega (PSOE).
Los pactos también están presentes en otros ayuntamientos, como es el caso de PSOE e IU, que cogobiernan con alcaldías socialistas en Armilla, La Zubia, Monachil, Atarfe, Pinos Puente y Chauchina, mientras que PP y Vox están gestionando Santa Fe y Vegas del Genil. Unidos por Güevéjar está al frente del municipio con el PP, mientras que en Maracena el PSOE ostenta la alcaldía tras una moción de censura que pactó con IU y Conecta. Algo similar ocurrió en Láchar, con la Alcaldía para IU con el apoyo del PP.

Los pactos firmados al inicio de un mandato municipal no siempre llevan a buen puerto a los integrantes de un ejecutivo, lo que obliga a replantear escenarios inesperados en algún momento de los cuatro años de gestión que afronta un ayuntamiento.

Ocurrió por ejemplo en la localidad metropolitana de Cájar, donde en 2016, solo un año después de las elecciones municipales, el plan municipal de movilidad sostenible mandó al traste el pacto que el PSOE, con su alcaldesa Ana María García; y Ganemos tenían. La regidora quedó sola durante tres años en el Ayuntamiento con dos concejales más en el equipo de Gobierno, tres de once, lo que se tradujo en serias dificultades para sacar adelante proyectos en el municipio.

No obstante, sí se logró aprobar la aprobación inicial del PGOU con los votos de PSOE y PP, que ganó con mayoría absoluta en las siguientes elecciones. La alcaldesa fue reprobada a las primeras de cambio por el pleno municipal, pidiendo incluso su dimisión en pleno. En este contexto, el PP obtuvo la mayoría absoluta en las siguientes elecciones locales.

En agosto de 2016, apenas un año después del inicio del mandato 2015/2019, La Zubia fue otro de los municipios del Cinturón donde, como ahora sucede en Huétor Vega, el alcalde quedó con cinco de los 17 ediles de la corporación.

Antonio Molina había concurrido por Ganemos y se hizo con la Alcaldía con el apoyo del PSOE, llegando a diez concejales en total de un equipo de Gobierno que, sin embargo, hizo aguas por las diferencias entre ambos partido y que tuvieron los presupuestos como punto de fricción. Los cinco concejales del Gobierno local gestionaron en solitario 43 delegaciones hasta final del mandato.

En una circunstancia idéntica quedó el Gobierno local en el Ayuntamiento de Albolote, que inició el mismo mandato con nueve de los 17 concejales y quedó con con cinco después de que primero la concejal de Ganar, Amanda Rodríguez; y después los ediles de IU renunciasen a continuar en el Ejecutivo municipal. Entonces, Concepción Ramírez, estuvo con sus cuatro compañeros en el Gobierno local alboloteño.

Sin embargo logró sacar adelante acuerdos puntuales, como la aprobación del presupuesto municipal de 2018, que salió adelante con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PP. En el de 2019, el PSOE obtuvo el respaldo también de Ganar e IU, quienes habían sido socios al inicio del mandato municipal durante poco más de un año.

Un puzle de dos caras

La minoría no siempre ha supuesto complicaciones para los gobiernos locales, que tuvieron que tirar de diálogo y negociación para sacar adelante iniciativas y proyectos en los distintos ayuntamientos.

Sucedió por ejemplo en Atarfe, donde en 2018 el alcalde Francisco Rodríguez Quesada afrontó su mandato con seis de los 17 concejales, aunque logró sacar adelante los presupuestos de 2018 con el apoyo de tres de los cuatro concejales socialistas y una de las dos concejales de Ganemos.

En el mismo mandato, la socialista Encarnación García se llegó a someter a una cuestión de confianza en Chauchina después de que la oposición en bloque compuesta por IU, PP y Somos rechazase los presupuestos para 2016. Esta fue rechazada en bloque, aunque las cuentas quedaron aprobada 30 días después al no presentar una moción de censura la oposición, tal y como marca la legislación.

Más dificultades encontró el Gobierno local de Pinos Puente en el mandato 2019/2023 después de que una edil de IU abandonase el Gobierno de su formación con Ciudadanos, lo que complicó sacar adelante iniciativas como los presupuestos, si bien en 2021 el principal partido de la oposición aprobó las cuentas con mayor dotación económica hasta entonces.

En otras localidades el entendimiento entre partidos ha estado presente en distintos mandatos, como sucedió en Pulianas, donde el PSOE tenía minoría pero alcanzó acuerdos puntuales con Cs para llevar a buen puerto iniciativas. También al siguiente mandato, ya con mayoría absoluta para el socialista José Antonio Carranza, se llegaron a sacar incluso presupuestos por unanimidad con la negociación con el resto de partidos, un entendimiento que ahora se torna imposible a tenor de la crispación y diferencias existentes de los tres concejales del PP con el Gobierno local socialista, con mayoría absoluta.

El último ayuntamiento en el que se ha comprobado las dificultades de gobernar en solitario ha sido Albolote, donde Salustiano Ureña vio cómo le rechazaron sus presupuestos para 2025 todos los grupos de la oposición, que son mayoría (12) respecto a los del Gobierno local del PP (7).

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