Granada es de 'Primera'... y su afición también
Los seguidores del equipo nazarí no perdieron la esperanza y la ilusión en ninguno de los 90 minutos de juego en el Nuevo Los Cármenes
Los aficionados siguieron atentamente la retransmisión de los partidos de los rivales directos del Granada CF. Foto; Álex Cámara
Dicen que los milagros no existen, que son hechos que no se pueden explicar a través de leyes naturales, que escapan al entendimiento humano. Sin embargo, el Granada CF sabe bien qué es un milagro, o varios. Pero más aún lo sabe su afición. Esa que desde el inicio de esta temporada ha jugado con el número 12 en su espalda; esa que, pese a vivir una de las peores temporadas del equipo desde su regreso a Primera División, no lo ha dejado solo, ni tampoco se ha rendido después de ver ocasiones perdidas tras 90 minutos de desasosiego. Esa incansable, resguardada entre rojos y blancos.
Granadinistas a los que poco les importa quedarse roncos, que llueva, que queme el sol e incluso que no haya hueco en la grada. Granadinistas capaces de obrar el milagro.
En una jornada en la que el Granada CF se jugaba todo en 90 minutos, la afición brilló más que nunca. 90 largos minutos para los que ansiaban la continuación del periplo del conjunto nazarí en Primera. Demasiados minutos, quizá, de tensión, de nervios, de inquietud, pero también de ganas, ilusión y esperanza.
La misma ilusión y esperanza que se respiraba en los alrededores del Nuevo Los Cármenes hacia las 16.30 horas de la tarde de este sábado. Dos horas antes de que diera comienzo el partido, los aficionados llenaban las terrazas de los bares en las calles colindantes al estadio y no dudaban en animar el ambiente con los cánticos que se han convertido en emblema de la afición rojiblanca. Cientos de personas esperaban el autobús con los jugadores para darles todo su apoyo antes de empezar la que sería la batalla final.
Ya en el interior del recinto, y una vez el árbitro pitó el comienzo del encuentro -a las 18.30 horas-, los presentes vibraron con cada oportunidad de su equipo. Transistores en mano, el Granada pisó la zona de descenso en varias ocasiones. Cada vez que el Almería o el Eibar se adelantaban en sus respectivos marcadores, el corazón se encogía y la respiración se entrecortaba. "Sí, se puede", gritaban al unísono para despejar las dudas de los más pesimistas. Era entonces cuando el graderío, al completo desde el minuto uno, resurgía con cada una de esas "embestidas".
Al descanso, con el marcador 0-0 y sus principales rivales ganando a los adversarios, la inquietud se acrecentaba y el ansia crecía. Parecía que el Granada CF no las iba a tener todas consigo, que el tiempo no corría y que la suerte, como había ocurrido en multitud de ocasiones, volvía a darle la espalda. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Aunque la segunda parte se tornó por momentos tediosa, los aficionados supieron cómo levantar los ánimos. Bailes, canciones y continuos mensajes de ánimo retumbaban en el Nuevo Los Cármenes.
A escasos minutos para el final, los cientos de espectadores sabían que el Valencia ganaba al Almería (2-3), que el Barcelona empataba con el Deportivo (2-2), y que Eibar se imponía al Córdoba (3-0). Cuando el árbitro pitó el final del partido, y a pesar de que no había terminado el resto de encuentros, los aficionados del Granada lo vieron claro. Centenares de personas se lanzaron al terreno de juego para festejar la permanencia en Primera un año más. Aunque los jugadores querían ser cautos y esperar al final de todos los partidos, poco tardaron en sumarse a la fiesta. El equipo se quedaba en Primera una temporada más.
Con un choque poco sobresaliente por parte del Granada y un resultado que le valía, el conjunto rojiblanco lograba el objetivo que se marcaba a principios de temporada, pero con otro entrenador. José Ramón Sandoval, cambio de última hora en la dirección del banquillo nazarí, conseguía lo que se propuso primero Joaquín Caparrós y, después, Abel Resino.
Un total de 38 jornadas en las que 'a pesar de los pesares', el Granada siempre ha contado con el apoyo de una afición cada vez más consolidada. Porque Granada es de 'Primera'...y su afición también.
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