Granada retira el Monolito
El Ayuntamiento cumple así la sentencia del TSJA que obligó a quitarlo por el incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica
Momento en que los operarios trabajaban en la zona. Foto: @Bomarzo
El Ayuntamiento de Granada ha iniciado este miércoles las tareas de retirada del Monolito dedicado a José Antonio Primo de Rivera, en cumplimiento de la sentencia del TSJA que le obliga a ello por el incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.
En delcaraciones a los periodistas, el alcalde en funciones, Juan Antonio Mérida, ha señalado que el consistorio ha cumplido con su compromiso de retirarlo antes de que concluyera agosto.
Ha indicado que durante la mañana se han producido algunas dificultades porque había "más hormigón de la cuenta", aunque estas han quedado solventadas hasta que pasadas las 11.00 horas se ha retirado totalmente el elemento de la zona. La escultura será cedida a la familia del escultor López Burgos.
En los próximos días, el Ayuntamiento de Granada procederá a instalar una nueva imagen del mismo autor, una imagen de una niña con la que el consistorio granadino rendirá homenaje a los niños y a Unicef.
Resolución
En la resolución, de fecha 7 de abril, los magistrados estimaban el recurso de apelación formulado por la Abogacía del Estado a la sentencia que dictó en su día el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 1 de Granada.
Este juzgado rechazó la impugnación, que presentaron tanto la propia Abogacía del Estado como la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, al acuerdo de pleno del Ayuntamiento de Granada el 27 de febrero de 2009 con el que el equipo de gobierno, del PP, rechazó una moción de IU –con el apoyo del PSOE– que pedía la retirada del monolito.
Aquel acuerdo, según estimó el Alto Tribunal Andaluz, no era “conforme a derecho”, pues resultaba de aplicación la Ley de Memoria Histórica a la escultura, sin que concurrieran en este caso, como siempre había alegado el Ayuntamiento, “razones artísticas” que impidieran su retirada, con lo que la sentencia del juzgado debía ser revocada, según constaba en un fallo contra el que no cabía recurso alguno.
Popular ahora
