jueves 28 marzo
SANIDAD  |   | Redacción aG

Implantan neuroestimulares para tratar el dolor neuropático crónico con un 100% de éxito

La implantación quirúrgica de estos dispositivos en la médula espinal ha logrado eliminar el dolor incapacitante de los pacientes o sustituirlo por un hormigueo en los 13 casos tratados

La primera fase de la cirugía, denominada 'Fase de Prueba', consiste en la colocación de los electrodos en el espacio epidural posterior. Foto: aG

El nuevo Hospital Universitario San Cecilio de Granada del PTS ha implantado con un cien por cien de éxito en 2018 neuroestimuladores medulares mediante cirugía a pacientes que sufrían dolor neuropático crónico, a menudo incapacitante y que no respondían a ningún otro tratamiento para mitigar el dolor.

De enero a julio de este año, un total de 13 pacientes se han beneficiado de este tipo de implante eliminando por completo su dolor, o logrando reducirlo notoriamente, hasta el punto de poder desarrollar una vida completamente normal.

El dolor neuropático es el que se produce como consecuencia de una lesión o enfermedad que afecta al sistema nervioso. Se trata de uno de los cuadros dolorosos más difíciles de abordar debido a su refractariedad a los tratamientos.

Así, las patología más frecuentes en las que está indicada la implantación de estimuladores medulares son casos de pacientes con dolor neuropático que afecta a una región anatómica concreta.

Principalmente, pacientes que tras ser operados de la columna vertebral presentan un empeoramiento importante de su dolor sin posibilidad de nueva intervención quirúrgica; pacientes con Síndrome de Dolor Regional Complejo y otros casos de dolor neuropático por lesiones nerviosas como accidentes de tráfico, traumatismos, accidentes laborales. La estimulación medular también se usa, aunque con menos frecuencia, en dolor de origen vascular.

El responsable de la Unidad del Dolor y médico especialista en Anestesiología y Reanimación, Jesús Maldonado, explica que se produce una mejora la calidad de vida de los pacientes a los que se les realiza esta intervención. En primer lugar, la reducción del dolor ha sido en algunos casos de hasta un 100 por ciento, ello implica que hemos podido dar una solución definitiva a su problema de salud. Por otro lado, a nivel emocional, el paciente experimenta una mejoría importante pues el estado de ánimo mejora al reducirse el dolor.

Asimismo, se reducen o suspenden los tratamientos que los pacientes tenían indicados con analgésicos potentes que no les resultaban efectivos y que eran responsables de efectos secundarios.

De hecho, la reducción de medicación es un objetivo primordial, ya que no tiene sentido tener a un pacientes de 30 años tomando opioides y otros fármacos a dosis altas, de por vida, si existe alguna otra solución posible, como es el caso de la neuroestimulación medular.

Fases de la intervención

Un estimulador medular es un dispositivo parecido a un marcapasos que trasmite señales eléctricas a la médula a través de uno o varios electrodos colocados en el canal medular.

Por mecanismos complejos (algunos incluso todavía desconocidos) se consigue una reducción importante del dolor sustituyéndolo por una sensación de hormigueo agradable en la zona dolorosa.

La cirugía se realiza en dos fases, la primera se denomina 'Fase de Prueba' y consiste en la colocación de los electrodos en el espacio epidural posterior. Se realiza con anestesia local ya que es necesario comprobar que con la parestesia (hormigueo) se cubre la zona afectada por el dolor.

Si tras varias semanas el paciente percibe un alivio superior al 50 por ciento, la segunda fase de la cirugía consiste en implantar el generador definitivo, normalmente en el abdomen o el la zona superior de los glúteos.

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