La compañía belga Peeping Tom vuelve al Teatro Alhambra con 'Vader'
La delegada de Cultura presenta esta obra de danza y teatro, la primera de una trilogía que reflexiona sobre la familia en la sociedad actual
Siete actores participan en un espectáculo que nos traslada a un asilo extraño e inanimado, en el que han participado además figurantes granadinos, de entre 60 y 70 años. Foto: aG
Las tablas del Teatro Alhambra volverán a acoger una vez más a la compañía belga Peeping Tom, que trae a Granada su nueva propuesta escénica en la que se unen danza y teatro, la pieza 'Vader (Padre)' que constituye la primera parte de una trilogía en torno a la familia en el mundo contemporáneo, que continuará en los próximos años con las obras 'Moeder (Madre)' y 'Kinderen (Hijos)'.
La delegada territorial de Educación, Cultura y Deporte, Ana Gámez, acompañada del director del Teatro Alhambra, Mariano Sánchez, y uno de los artífices de esta compañía belga, Franck Chartier, ha presentado esta propuesta escénica que “explora la vejez y la decadencia en un retrato tan bello como inquietante”, que cuenta con un montaje de aires surrealistas que surgió inspirado en la falta de plazas de residencias geriátricas en la ciudad de Bruselas y en el hecho de que, para paliarla, se decidiera habilitar un sótano para abuelos sin familia.
Siete actores participan en un espectáculo que nos traslada a un asilo extraño e inanimado, en el que han participado además figurantes granadinos, de entre 60 y 70 años, procedentes del aula de lectura del Centro de Educación Permanente 'San Matías', del grupo de teatro de la Asociación UNIGRAMA de la Universidad de Granada, y del grupo de teatro 'Macasar' de Monachil.
El escenario, de paredes imponentes, de un turquesa estéril y administrativo, es una especie de lugar en el límite de dos mundos, un entre-mundo a medio camino entre la vida y la muerte. El personaje principal es el padre que da título a la propuesta, que funciona como un arquetipo a través del cual Peeping Tom indaga en la mitología contemporánea sobre la figura paterna, abordando al personaje desde distintas perspectivas contrapuestas, que van desde lo imponente a lo ridículo, a la vez lúcido y en declive, siendo observado entre el afecto y la indiferencia, entre el cariño y el odio, por el resto de residentes y el personal del asilo.
Según los integrantes de la compañía, Vader "explora con un humor conmovedor la desintegración de un hombre viejo, una especie de Quijote contemporáneo que amenaza con hacer bascular la realidad cotidiana de un asilo con los sueños". La poesía, un registro habitual en las producciones de Peeping Tom, hilvana esta trama sobre la vejez, la decadencia y la paternidad donde no faltan músicas subidas de tensión, movimientos sobresaltados, bailes delicados y proyecciones que irrumpen para hablar de deseos insatisfechos, anhelos olvidados y nostalgias.
Chartier ha explicado que la génesis de esta obra surgió de la pregunta de un espectador sobre la importancia de la figura paterna en las obras del colectivo, que a lo largo de su trayectoria ha abordado la temática familiar en distintas ocasiones, algo que continuará en las próximas obras de este tríptico, en los que la madre y los hijos protagonizarán las consecuencias de los actos del padre. La forma artística del tríptico, muy utilizada por Peeping Tom, les permite contar una misma historia en varios episodios, con intérpretes que sobrepasan los límites de la obra para buscar la realidad a través de coreografías tan poéticas como inspiradas en la realidad.
Las obras de Peeping Tom, compañía fundada en Bruselas hace ya 14 años y cuya dirección artística comparten Chartier y la argentina Gabriela Carrizo, suelen requerir dos años de trabajo y más de seis meses de ensayos. El trabajo de los belgas no es desconocido para el público granadino, que ya pudo disfrutar sobre el escenario del Teatro Alhambra otros montajes anteriores de Peeping Tom, tales como 'Le salon' (Temporada 06/07) 'Le jardin' (07/08), o '32 rue Vandenbranden' (09/10), o 'A louer' (11/12) que recibieron una gran acogida por parte de la crítica y el público.
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