La falta de zonas verdes y de implicación ciudadana, entre los retos de Granada ante la crisis climática
Con la vista puesta en la Cumbre Mundial del Clima de Bakú, ocho asociaciones de la provincia comparten sus reivindicaciones para contribuir a frenar, desde lo local, los efectos del cambio climático

A casi 6.000 kilómetros de la provincia de Granada, en Bakú (Azerbaiyán), los principales líderes políticos del mundo debaten el futuro de la crisis climática. 197 estados y más de 40.000 delegados reflexionan en la Cumbre Mundial del Clima (COP29) sobre los planes necesarios para hacer frente al cambio climático a nivel global, medidas que también deben tener un impacto en lo local.
A pesar de la distancia, numerosas asociaciones de la provincia siguen de cerca lo que allí ocurre, en un ejercicio de responsabilidad al que invitan a toda la ciudadanía. Estos colectivos, que trabajan día a día para intentar frenar los efectos "más cercanos" de la emergencia climática, muestran su preocupación por la falta de zonas verdes y de implicación ciudadana, así como por la sequía y los problemas de la movilidad. Son, a su juicio, los principales retos a los que se enfrenta Granada desde un punto de vista ambiental.
Con el convencimiento de que la mitigación del cambio climático pasa por acciones concretas desde el entorno más cercano, Natalia López, componente de la Asociación Somos Río Dílar, asegura que cada gesto es "esencial y revolucionario" en la lucha para detener "la alteración climática provocada por los seres humanos". "Los compromisos deben traducirse en acciones. La urgencia es innegable y la oportunidad de actuar es ahora", recalca.
En el caso de este colectivo, el objetivo que se planteó en 2020 era recuperar un río emblemático de la provincia, "ejemplo de olvido por parte de la ciudadanía y de las administraciones con competencias en materia de aguas". "El río Dílar enfrenta una presión creciente debido a su desecación en gran parte de su recorrido por la actividad humana, vertidos, captaciones ilegales, cierres de la zona de servidumbre de paso y dotaciones desorbitadas. Estos problemas afectan a la gran mayoría de los ríos de Granada", afirma al tiempo que solicita más "rigurosidad" en la intervención del organismo de cuenca.
También Extinction or Rebellion apuesta por hacer partícipe a la población del problema climático, además de buscar metas y trabajo en común con otros colectivos.
Según el movimiento social, dentro de la provincia de Granada continúan siendo "un problema la gestión del agua en Dílar, la expansión de las pistas de esquí aún sin haber suficiente agua en Sierra Nevada, las sequías y las plantaciones de aguacates y monocultivos que empobrecen la tierra, así como el transporte dentro de la ciudad de Granada".
Además de la búsqueda de una mayor implicación ciudadana con el medio ambiente, la Asociación Colina trabaja para que las diferentes autoridades con competencias en materia de mantenimiento y limpieza "aumenten la plantilla y la eficiencia".
Este grupo de voluntarios critica la "laxitud" en la denuncia de infracciones relacionadas con vertidos de residuos y "la escasa implicación por parte de la Diputación de Granada" en la limpieza de sus carreteras. "Además, en los municipios pequeños la institución provincial no tiene instalados contenedores de separación de residuos, lo que dificulta su posterior tratamiento", subrayan.
Por su parte, Greenpeace en Granada se marca como próximos retos lograr que el Ayuntamiento de la capital impulse una "transformación modal" en los desplazamientos diarios, priorizando el transporte público sobre el vehículo privado. Asimismo, tildan de "fundamental" que la Junta de Andalucía contribuya "optimizando y mejorando" la red de transporte del Consorcio Metropolitano de Granada.
Otro de sus grandes desafíos es trabajar para lograr la renaturalización del río Genil, que atraviesa Granada y representa "un valioso recurso natural" para la ciudad. "Diversos actores entran en juego en estos retos ambientales y nuestro papel es fomentar una comunicación efectiva entre todos ellos para lograr mejoras que beneficien el futuro común", precisan desde la asociación que subraya que su meta es que Granada se convierta en "un referente de respeto y cuidado" por el medio ambiente.
Con el propósito de revegetar las ciudades y su entorno para que los árboles absorban el CO2 y desciendan las temperaturas, Lola Ortega, presidenta de la Asociación Árboles contra el Cambio Climático -cuyo trabajo de concienciación comenzó en 2019- incide en que es necesario "disminuir el tráfico y peatonalizar al máximo la ciudad".
"Hay que concienciar a la gente de que el cambio climático es una realidad y está aquí y ahora. Es preciso dejar de emitir a la atmósfera gases de efecto invernadero y en nuestra región, una de las zonas más afectadas por el cambio climático del planeta, es necesario que adaptemos nuestros pueblos y ciudades a las condiciones extremas que nos esperan y mitigar así los efectos del cambio climático", señala Ortega.
Más árboles y cuidado del agua
Por su parte, la cofundadora de Operación Encina, Beatriz Sánchez, considera que los principales desafíos para Granada en cuanto a la crisis climática pasan por la sequía y las altas temperaturas, "factores que cada año hacen más difícil la reforestación".
"La educación ambiental es el ámbito donde nuestra asociación se enfoca más. La intención es ayudar a dar el primer paso a más personas o centros educativos para poder regenerar ecosistemas o aprender sobre cómo poder llevar a cabo una reforestación de calidad. Los resultados de la reforestación han sido sorprendentes, ya que en 24 meses desde la primera plantación, las encinas empezaron a dar las primeras bellotas. En la naturaleza este proceso suele tardar unos 15 años de forma natural", apunta mientras recuerda que el proyecto 'Vía Verde del Camino de los Neveros' cuenta ya con "cuatro hectáreas reforestadas o en proceso de reforestación".
En el caso de la Asociación para la Conservación Piscícola y de los Ecosistemas del Sur (ACPES) en provincia de Granada, apuntan a las administraciones con competencias en materia de medio ambiente y aguas como objetivo de sus apuestas. "Desde la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, pasando por la Junta de Andalucía o por los ayuntamientos en cuyos términos municipales exista alguna lámina de agua", señalan.
En este sentido, demandan una vigilancia "exhaustiva" de los incumplimientos de la normativa vigente que puedan afectar al buen estado de los ecosistemas acuáticos y, "por ende, a la buena calidad de vida del ser humano". "El control, vigilancia y la aplicación del régimen sancionador favorecería la recuperación de estas arterias de vida que tantos beneficios nos aportan y que tan maltratados se encuentran en nuestra provincia. La toma de conciencia de la ciudadanía es igualmente esencial en la preservación de estos espacios tan bellos y tan llenos de vida", añaden desde este colectivo con más de 20 años de dedicación.
De otro lado, Javier Egea, portavoz de Ecologistas en Acción en Granada, afirma que hay que luchar contra la contaminación del aire y apostar por otro tipo de movilidad. A ello se añade la necesidad de reducir las emisiones a la atmósfera no solo de CO2, sino también de metano.
Egea también hace hincapié en que la implicación de la ciudadanía debe ser mayor. "Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones tanto al Plan de Mejora de la Calidad del Aire de la Zona de Granada y Área Metropolitana como al Plan de Movilidad Sostenible, precisamente para proponer soluciones que faciliten otro tipo de desplazamientos a los ciudadanos que no sea el uso del coche privado", indica.
Así las cosas, 'Solidaridad por un Mundo Verde' es el lema de la COP29, que se celebrará hasta el 22 de noviembre. Sin embargo, más allá de esta fecha pero siempre con esa solidaridad, cientos de voluntarios seguirán reivindicando desde Granada "la urgencia" de actuar desde lo local para lograr que el camino a la transición energética sea una realidad.