La pesadilla de nunca acabar
El ambiente entre jugadores y afición empeora por cinco minutos para olvidar · El equipo se queda a tres puntos de los puestos de promoción, una distancia salvable pero cada vez más compleja
Algunos aficionados sacaron incluso pañuelos para despedir al equipo del Nuevo Estadio de Los Cármenes. Foto: Álex Cámara
El aficionado del Granada CF puede tener la sensación por momentos de vivir en el día de la marmota. El equipo rojiblanco dejó escapar dos puntos en sólo cinco minutos, una nueva marca que se suma a las que ya ha registrado el equipo no sólo este año sino a lo largo de su historia reciente.
Ha pasado en más de una ocasión que los jugadores de esta u otra temporada filtrearan demasiado con el riesgo en los últimos minutos hasta el punto de que le robaran la cartera en su propio estadio, dejando a la afición granadinista con un malestar que le sitúa en una pesadilla de nunca acabar.
Pero quizás son los seguidores granadinistas los primeros que han de preguntarse si el ambiente que se generó en el estadio era el mejor, pitando al equipo cuando el resultado era de 3-1 y juzgando prácticamente todos los fallos. La piel fina en la que se han instalado muchos no es buena para nadie, menos para un equipo que quiere subir a toda costa bajo presión.
Últimos cuatro minutos
Pero capítulo a parte sin duda merecen los últimos cuatro minutos del equipo granadino y sus jugadores, que por confianza, desidia o inseguridad se dejaron empatar un partido que debía haber sido del Granada CF en la clasificación.
Pedro Morilla, por más que insistió en sala de prensa, no consiguió que los focos se fuesen hacia el buen papel que desarrolló el equipo hasta la expulsión de Víctor Díaz.
Y es que esa recta final costó dos puntos que se suman a la larga lista de ocasiones perdidas para estar donde quieren aficionados, jugadores, cuerpo técnico y el propio club.
A tres puntos
Esta distancia es ahora a tres puntos, quedando 18 posibles la pregunta es si la solución pasa por no hacer nada en lo que queda o, por el contrario, cambiar el entrenador a seis partidos.
Morilla no tiene la culpa de que los jugadores de la Cultural Leonesa desarrollasen buen partido ante los meros observadores en los que se convirtieron los futbolista del Granada CF.
Pero sí es responsable de una dinámica que ha sumado 6 puntos de los últimos 15 posibles. Y ese fue el argumento para destituir a Oltra. Por la boca muere el pez.
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