La planificación y alimentación, claves para evitar el síndrome postvacacional
En torno a seis de cada diez trabajadores sufren cansancio, cambios de humor, insomnio, malestar o falta de concentración tras la vuelta al trabajo
Con el final del verano cada vez más cerca, el de las vacaciones se aproxima también. Es la hora de preparar las maletas para volver a casa, al trabajo, o al cole. Septiembre es, sin duda, el mes por excelencia para el llamado síndrome postvacacional.
En general, el síndrome o depresión postvacacional surge ante un cambio brusco en la rutina y por la vuelta a las obligaciones después de un periodo largo de tranquilidad y descanso. Aunque hay mucho debate sobre si realmente es un síndrome o simplemente un desajuste en nuestra rutina, lo cierto es que sus síntomas afectan mucho.
Según datos que maneja Dosfarma, tras las vacaciones, en torno a seis de cada diez trabajadores sufren cansancio, cambios de humor, insomnio, tristeza, malestar o falta de concentración. Algunos de ellos consiguen reducir los síntomas el primer o el segundo día de trabajo; otros los arrastran hasta dos semanas.
Los expertos de la serie han elaborado una serie de consejos a la hora de volver a la rutina. El primero de ellos consiste en no volver justo el día antes de empezar el trabajo si es posible cuadrar las fechas. Durante las vacaciones los horarios se descontrolan, obligando al cuerpo a adaptarse durante la reincorporación.
También es bueno adaptar los horarios progresivamente. Lo ideal es ir introduciendo los horarios habituales poco a poco, sobre todo los relativos al sueño y las comidas. Además, plantear nuevos objetivos y retos ayudará a afrontar la vuelta a la normalidad con una actitud diferente.
Otra recomendación es la de hacer ejercicio moderado. Hacer media hora de ejercicio cinco veces a la semana puede ser algo clave para combatir muchos de los síntomas del síndrome postvacacional. Junto a esto, aprovechar el descanso de los fines de semana, si se tiene, ayuda a separar el trabajo de lo personal, permitiendo recordar que lo laboral es solo una parte de la semana.
Por último, cuidar la alimentación puede ayudar a prevenir o atenuar varios de los síntomas del síndrome postvacacional gracias a un extra de ciertos nutrientes.
Alimentos positivos
Dentro de una alimentación variada, ciertas comidas permiten dar un respiro a cuerpo y cabeza tras la vuelta de las vacaciones. Uno de ellos es la melatonina, presente en cerezas, frambuesas, fresas o plátanos, que permite conciliar mejor el sueño.
También son importantes el triptófano y magnesio para luchar contra el cansancio y la apatía. Son ricos en estos dos componentes los huevos, lácteos en general, nueces, la carne del pollo, el pavo y los plátanos. También tienen buenas cantidades de magnesio las verduras de hoja verde como acelgas o espinacas, el aguacate, los frutos secos y las legumbres.