jueves 25 abril
COPA DEL REY  |   | Nacho Santana

La proeza se escapa con orgullo

El Granada CF cae ante el Barcelona por 3-5 en un encuentro que se fue a la prórroga · Los rojiblancos fueron por delante todo el partido, pero los blaugranas empataron en el 92

Los jugadores del Granada CF se lamentan tras recibir el cuarto. Foto: Álex Cámara

Se rozó con la punta de los dedos una proeza que volvía tangible el sueño de la Copa del Rey, pero se topó el Granada CF con el final más cruel y desgarrador posible. En un encuentro en el que mandaron en el marcador desde el minuto 33, los de Diego Martínez cayeron eliminados tras ver cómo los visitantes dieron la vuelta al marcador en cuatro minutos.

Se encargó de abrir la lata Kenedy, al que siguió Soldado para poner un 2-0 que se esfumó cuando ya parecía definitivo. Amarraron el resultado los rojiblancos, pero vieron cómo el Barcelona les arrebataba el pase a la siguiente ronda en cuatro minutos. Recortó distancias Griezmann en el 88 y llevó el partido a la prórroga Jordi Alba en el 92.

Sin fuerzas y en cuadro, los granadinistas aguantaron las embestidas visitantes como pudieron, pero no lograron evitar que el francés nuevamente batiese a un Aarón espectacular durante todo el encuentro para ponerles por delante. Volvió a igualar Fede Vico de penalti, pero los últimos instantes del encuentro dieron la razón a Calderón de la Barca y su “los sueños, sueños son”.

Diseñó Diego Martínez el plan del encuentro y el Granada CF lo siguió a la perfección. El técnico optó por un once de músculo y velocidad, capaz de aguantar las embestidas blaugranas y salir al contragolpe en busca de una forma de hacer daño, un premio que acabaron consiguiendo. 

Kenedy adelantó al Granada CF sobrepasada la primera media hora. Foto: Álex Cámara

Como un acordeón, los rojiblancos se replegaron y estiraron una y otra vez con precisión milimétrica. Pese al buen hacer defensivo, Aarón apareció en repetidas ocasiones para evitar que el Barcelona se pusiese por delante, especialmente en los primeros minutos del encuentro, tras una gran embestida inicial de los visitantes. 

Primero hizo acto de presencia el cancerbero para blocar con seguridad un centro de Trincao que se envenenaba; después, para frustrar la ocasión más clara de los de Koeman en toda la primera mitad. Zigzagueó Messi para colarse en el área, pero su disparo se topó con el ‘13’; llegó el rechace a Trincao, pero nuevamente el guardameta voló para evitar que su disparo viese portería. 

Tras una ocasión de Griezmann que frustró Germán, el asedio blaugrana rebajó su intensidad y permitió al Granada CF encontrar la forma de entrar en el partido. Consagrado al balón en largo y la carrera, el conjunto rojiblanco tuvo a los veinte minutos su primera ocasión de peso gracias a un centro de Soldado que remató fuera por muy poco Antonio Puertas.

Se abrió entonces un periodo de alternancia en las ocasiones, que no en la posesión. El Barcelona fue dueño y señor del esférico, pero los locales supieron contestar sus llegadas con peligro al contragolpe. Primero avisó Messi con una falta floja pero bien colocada a la que voló Aarón, luego Araújo se topó nuevamente con el guardameta tras un testarazo.

Aarón Escandell fue protagonista del encuentro con sus paradas. Foto: Älex Cámara

La réplica llegó de la forma más contundente posible. Salió al contragolpe el Granada CF por mediación de un Antonio Puertas al que se le hizo de noche, lo que mató la ocasión. Sin embargo, los rojiblancos llegaron al área rival antes de perder la posesión en lo que sería el prólogo de su gol.

Presionó la salida de balón Alberto Soro y obligó a los de Koeman a escorarse en banda. Allí, el maño apretó acompañado por Puertas para recuperar y poner el balón en el punto de penalti. Ahí apareció Kenedy, certero en espacio y tiempo, para poner el interior y abrir el marcador a placer con un tanto que dio a los suyos licencia para soñar. 

Soñaron los jugadores rojiblancos y soñó Kenedy, de dulce en los últimos encuentros, dejando nuevamente destellos de su calidad. Recuperó el brasileño, condujo y lanzó la contra él solo. Intentó cerrarle Araújo, pero el extremo mostró su clase con un recorte que dejó al central sin opciones de disputar el balón justo antes de disparar fuera.

Por debajo en el marcador, el Barcelona quiso cerrar la primera mitad con un empate que finalmente no llegaría. Para ello condujeron el último ataque por mediación de Trincao, que acabó disparando a portería en una ocasión que Aarón resolvió con una parada en dos tiempos que evitó todo peligro.

Soldado hizo el 2-0 en el marcador. Foto: Álex Cámara

Soldado amplía la distancia

Inconformista pese a la buena primera parte de los suyos, Diego Martínez movió el banquillo en el descanso para variar las opciones de su equipo en la segunda mitad. Víctor Díaz y Kenedy dejaron sus respectivos sitios en el campo a Foulquier y Machís, reforzando ambas bandas. 

El fruto fue inmediato. Perdió el balón Griezmann y lo recogió Montoro. El centrocampista sacó a relucir su diestra con un toque exquisito a la carrera entre Soldado y Umtiti, buscando esos metros en los que el ariete no perdona. Corrió como un juvenil, ganó en velocidad al francés y mostró calma ante la salida de Ter Stegen para ponerla en la base del poste y hacer el segundo.

Con dos tantos de distancia en el marcador, dio un paso atrás el Granada CF, quizás por voluntad propia o quizás obligado por un Barcelona herido en su orgullo. Como resultado, a la hora de partido tuvieron los blaugranas dos ocasiones seguidas que pusieron de manifiesto que era el día de los rojiblancos. Primero probó Messi desde la frontal con un disparo tan raso como duro que voló para despejar Aarón; después, Trincao mandó el balón al larguero antes de ser sustituido.

Tejió una tela de araña el conjunto rojiblanco para enredar cada posible ocasión barcelonista. Los locales supieron cerrar la zona central, obligando a los visitantes a buscar la banda y esperar un posible remate. Así, los de Koeman cayeron en la trampa de los de Diego Martínez, especialistas en cerrar partidos minimizando daños. 

El Barcelona tuvo hasta tres palos antes de conseguir los tantos del empate. Foto: Álex Cámara

Amenazó el Barcelona mediante una falta en la frontal que Messi estrelló en la barrera. De él resultaron una serie de saques de esquina en los que los blaugranas no fueron capaces de encontrar un remate cómodo que les permitiese incomodar en lo más mínimo a Aarón, posteriormente advertido por el colegiado por su demora en los saques. 

Con la posesión rival, el Granada CF se blindó en los últimos diez minutos con la entrada de Vallejo en lugar de Antonio Puertas. Pese a ello, una serie de rechaces dentro del área obligaron a Aarón a hacer acto de presencia nuevamente con una reacción felina para evitar el tanto de chilena de Antoine Griezmann.

Pese al gran partido en todos los aspectos de los locales, los visitantes acabaron por recortar distancias a dos minutos del final del tiempo reglamentario. Avisó primero Dembélé con un disparo desde la frontal que se fue al travesaño, pero finalmente fue Griezmann el encargado de anotar el tanto blaugrana. Puso Messi el balón al área y lo alcanzó el francés lanzándose, con un disparo mordido que tocó en el balón y rebotó en Aarón antes de sobrepasar la línea de gol.

Espoleó a los de Koeman el gol y se volcaron en ataque para buscar el empate en el tiempo de descuento. Se toparon con el poste en primera instancia, pero no lograron evitar que Griezmann prolongase un centro al primer palo para que Jordi Alba mandase al fondo de la red un cabezazo en el minuto 91 para igualar el marcador justo antes del final del partido.

En unos últimos minutos de infarto, el Granada CF la tuvo por mediación de Luis Suárez. Salió al contragolpe el colombiano y ganó la carrera para plantarse ante Ter Stegen, pero su disparo se marchó desviado en la que sería la última ocasión del encuentro antes de ir a prórroga. 

El Barcelona mató el partido después del 3-3. Foto: Álex Cámara

Sin fuerzas frente al asedio

Si bien una prórroga es ya de por sí agónica, los rojiblancos tuvieron que hacer frente a esta en condiciones extremas. Sin cambios, con el centro del campo mermado por las bajas y frente a un Barcelona con más frescura, los locales se vieron forzados a aguantar el asedio visitante.

Condenados a resistir pero sin armas para ello, los jugadores del Granada CF solo pudieron aguantar nueve minutos de la primera mitad extra. Fue entonces cuando Jordi Alba recogió el balón en banda y lo puso al corazón del área para que Antoine Griezmann batiese a Aarón con un cabezazo certero que les puso por delante. 

Sin embargo, la fortuna tenía aún guardada una última ocasión para sonreír a los rojiblancos. Salió en carrera Carlos Neva, pisó área y se vio derribado por Dest en una acción que Sánchez Martínez señaló como penalti. Recogió el balón y lo chutó Fede Vico, que engañó a Ter Stegen para volver a empatar el marcador en el 102.

Para la segunda parte de la prórroga, el Granada CF pasó a una defensa de tres centrales dando entrada a Nehuén Pérez por Yan Eteki. Con Vallejo en el centro del campo y Foulquier y Neva en los carriles, los rojiblancos formaron con seis defensores en el equipo para intentar aguantar el cuarto de hora final.

Pese a fortificarse todo lo posible, no fueron capaces los locales de evitar que el Barcelona se adelantase nuevamente. Llevó el balón a la frontal Leo Messi y disparó, pero se topó con Aarón nuevamente. Sin embargo, el rechace salió directo a la posición en la que esperaba el esférico De Jong, que solo tuvo que empujarla para poner el 3-4 en el minuto 107.

Ya con el Granada CF volcado en ataque y sin fuerzas para enfocarse en la defensa, Jordi Alba puso la puntilla a dos minutos del final. Probó Messi y salvó Domingos Duarte, pero Griezmann encontró el balón para ponerlo en el segundo palo al lateral izquierdo, que conectó una volea encargada de matar el partido. 

No pudo hacer más el conjunto rojiblanco. Pese a darlo todo y hacer tangible por momentos el sueño de igualar y, quizás, mejorar lo logrado en la anterior edición, todo se esfumó en cuatro minutos fatídicos. Cuatro minutos que tornaron el que podía ser el pase a semifinales en una pesadilla en lo referente al marcador y su desenlace, pero no en cuanto al rendimiento del equipo.

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