jueves 25 abril
SEMANA SANTA 2016   |   | Redacción aG

La Semana Santa de Granada en ocho historias en blanco y negro

Repase los mejores momentos que dejó la pasión en escala de grises

Hay momentos en todo un año para rezar, vivir las hermandades, pero sin duda, es el día en el que la cofradía debe ponerse en la calle en el que los nervios están a flor de piel. Esta puede ser la historia de cualquier chico de la Borriquilla o de las Maravillas, que llora por no ver salir a su hermandad. Sin embargo, la imagen está tomada ante la salida del Cautivo. Sus lágrimas representan que la fe puede llegar hasta lo más profundo de cada ser, por muchos o pocos años que se tengan. Su llanto emocionado constata que la espera se ha hecho infinita, pero que, por fin, se ha hecho realidad. Foto: Álex Cámara

Hay momentos en todo un año para rezar, vivir las hermandades, pero sin duda, es el día en el que la cofradía debe ponerse en la calle en el que los nervios están a flor de piel. Esta puede ser la historia de cualquier chico de la Borriquilla o de las Maravillas, que llora por no ver salir a su hermandad. Sin embargo, la imagen está tomada ante la salida del Cautivo. Sus lágrimas representan que la fe puede llegar hasta lo más profundo de cada ser, por muchos o pocos años que se tengan. Su llanto emocionado constata que la espera se ha hecho infinita, pero que, por fin, se ha hecho realidad. Foto: Álex Cámara


Cuando una hermandad se pone en la calle pocos gritos se oirán dar a alguno de los integrantes del cortejo a excepción de los o las capataces. Como en este caso, son los encargados de poner visión a los que van debajo del paso. En esta ocasión en femenino, pues se trata del Cristo del Trabajo. Sus llamadas, sus ánimos, aliento, ganas y tesón consiguen acabar con éxito una estación de penitencia. Con sus voces consiguen que el paso llegue al cielo. Foto: Álex Cámara

Cuando una hermandad se pone en la calle pocos gritos se oirán dar a alguno de los integrantes del cortejo a excepción de los o las capataces. Como en este caso, son los encargados de poner visión a los que van debajo del paso. En esta ocasión en femenino, pues se trata del Cristo del Trabajo. Sus llamadas, sus ánimos, aliento, ganas y tesón consiguen acabar con éxito una estación de penitencia. Con sus voces consiguen que el paso llegue al cielo. Foto: Álex Cámara


Una no es la primera vez que sale, la otra, quizás. Hay quienes debaten entre si las niñas tan pequeñas deben o no vestir como camareras delante de un paso de palio. Independientemente de ello, lo más importante es que la mano grande lleva a la pequeña por el camino del mundo cofrade. La cantera de las hermandades es tan sumamente importante que necesita de gestos de este tipo. De mayores que guíen a los pequeños hacia el sentir y la devoción por una cofradía. Ya tendrá tiempo la pequeña de decidir cómo querrá cubrir su mano el día de mañana. Foto: Álex Cámara

Una no es la primera vez que sale, la otra, quizás. Hay quienes debaten entre si las niñas tan pequeñas deben o no vestir como camareras delante de un paso de palio. Independientemente de ello, lo más importante es que la mano grande lleva a la pequeña por el camino del mundo cofrade. La cantera de las hermandades es tan sumamente importante que necesita de gestos de este tipo. De mayores que guíen a los pequeños hacia el sentir y la devoción por una cofradía. Ya tendrá tiempo la pequeña de decidir cómo querrá cubrir su mano el día de mañana. Foto: Álex Cámara


Hay que remontarse a hace doce años para entender esta sonrisa. El signficado de lo que debe sentir una hermandad. En concreto es la de los Estudiantes, que hace doce años parecía estar escribiendo sus últimas páginas de historia y que sin embargo, una docena de años después vuelve a brillar, si no lo hacía ya, con luz propia con el nuevo palio. Es la demostración de que, por mucho que nuble en alguna hermandad, el sol siempre vuelve a salir. Y la sonrisa se recupera. Foto: Álex Cámara

Hay que remontarse a hace doce años para entender esta sonrisa. El signficado de lo que debe sentir una hermandad. En concreto es la de los Estudiantes, que hace doce años parecía estar escribiendo sus últimas páginas de historia y que sin embargo, una docena de años después vuelve a brillar, si no lo hacía ya, con luz propia con el nuevo palio. Es la demostración de que, por mucho que nuble en alguna hermandad, el sol siempre vuelve a salir. Y la sonrisa se recupera. Foto: Álex Cámara


En el mundo cofrade existen todo tipo de personajes y elementos necesarios para que el día de la estación de penitencia todo salga a la perfección. Entre ellos se encuentran, obviamente, los costaleros y las costaleras, que son los encargados de dar sentido al discurrir de cada paso por las calles. Así, hay momentos en el trayecto en el que toca el descanso y el sosiego. Para beber agua, para hablar con el compañero de la chicotá anterior, para la reflexión o simplemente para consultar cuánto queda por estar debajo de la advocación que se venera y en la que se cree. Los descansos son bien llevados para llegar al camino deseado al final de la jornada. Foto: Álex Cámara

En el mundo cofrade existen todo tipo de personajes y elementos necesarios para que el día de la estación de penitencia todo salga a la perfección. Entre ellos se encuentran, obviamente, los costaleros y las costaleras, que son los encargados de dar sentido al discurrir de cada paso por las calles. Así, hay momentos en el trayecto en el que toca el descanso y el sosiego. Para beber agua, para hablar con el compañero de la chicotá anterior, para la reflexión o simplemente para consultar cuánto queda por estar debajo de la advocación que se venera y en la que se cree. Los descansos son bien llevados para llegar al camino deseado al final de la jornada. Foto: Álex Cámara


Dice el ritual granadino que cada Viernes Santo, ante el Cristo de los Favores, los granadinos van hasta el Campo del Príncipe, a rezarle y a pedirle tres favores y de los que al final del año, antes de que vuelva a llegar el próximo Viernes Santo, al menos uno de ellos se habrá cumplido. Con esa fe es con la que miles de personas se dan cita, haga frío o calor, un sol de justicia o esté nublado. La devoción por el crucificado pétreo de este enclave realejeño es tal que quienes creen no quieren fallar ni un solo año. Foto: Álex Cámara

Dice el ritual granadino que cada Viernes Santo, ante el Cristo de los Favores, los granadinos van hasta el Campo del Príncipe, a rezarle y a pedirle tres favores y de los que al final del año, antes de que vuelva a llegar el próximo Viernes Santo, al menos uno de ellos se habrá cumplido. Con esa fe es con la que miles de personas se dan cita, haga frío o calor, un sol de justicia o esté nublado. La devoción por el crucificado pétreo de este enclave realejeño es tal que quienes creen no quieren fallar ni un solo año. Foto: Álex Cámara


La Semana Santa de Granada ofrece estampas de bella composición que el ojo humano puede no resistirse a inmortalizar. Bien en las retinas o bien a través de cualquiera de los móviles inteligentes que casi todo el mundo tiene ya en su bolsillo o con una cámara de fotos. La pasión se presta a ello. Tiene elementos que invitan a que quede inmortalizada para siempre detrás de algún ojo indiscreto que, como en la imagen, busca el lugar más insospechado para tomar imágenes de los cortejos procesionales. Aunque quizás se eche de menos disfrutar más del mundo real que del virtual y dejar en la memoria de cada cual lo que pueda y sea capaz de retener para siempre. Foto: Álex Cámara

La Semana Santa de Granada ofrece estampas de bella composición que el ojo humano puede no resistirse a inmortalizar. Bien en las retinas o bien a través de cualquiera de los móviles inteligentes que casi todo el mundo tiene ya en su bolsillo o con una cámara de fotos. La pasión se presta a ello. Tiene elementos que invitan a que quede inmortalizada para siempre detrás de algún ojo indiscreto que, como en la imagen, busca el lugar más insospechado para tomar imágenes de los cortejos procesionales. Aunque quizás se eche de menos disfrutar más del mundo real que del virtual y dejar en la memoria de cada cual lo que pueda y sea capaz de retener para siempre. Foto: Álex Cámara


Después de ocho días de Semana Santa, de intensa pasión y de numerosas chicotás, este Domingo de Resurrección se ha producido la última de la mano de tres hermandades granadinas. La Semana Santa acaba así su pasión con cosas por analizar, otras por mejorar y otras por disfrutar de ellas. Ahora llega el turno de las tertulias cofrades para ello. Y mientras llegará la cuenta atrás para el próximo año. Foto: Álex Cámara

Después de ocho días de Semana Santa, de intensa pasión y de numerosas chicotás, este Domingo de Resurrección se ha producido la última de la mano de tres hermandades granadinas. La Semana Santa acaba así su pasión con cosas por analizar, otras por mejorar y otras por disfrutar de ellas. Ahora llega el turno de las tertulias cofrades para ello. Y mientras llegará la cuenta atrás para el próximo año. Foto: Álex Cámara

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