viernes 29 marzo
EL REPORTAJE AGR  |   |

El lugar para palpar un sueño

Cientos de alumnos inician por vez primera en la Facultad su aventura hacia un futuro ilusionante que les reporte satisfacciones hacia sus vocaciones y deseos

De izquierda a derecha: Trini, Pablo, Raquel y Guillermo, los cuatro 'principiantes' universitarios. Foto: Álex Cámara

De izquierda a derecha: Trini, Pablo, Raquel y Guillermo, los cuatro 'principiantes' universitarios. Foto: Álex Cámara

"¿Y tú, qué quieres ser de mayor?" Esta pregunta, una de las más complicadas que pueda formularse a un niño con siete, ocho o nueve años, resulta en muchos casos un nido de ilusión para quienes tienen clara cuál es su vocación y hacia dónde quieren dirigir sus destinos el día de mañana.

La Universidad se convierte, antes o después, en el lugar al que muchos recurren con la pretensión de hacer realidad el sueño que un día tuvieron, la vocación que alguna vez imaginaron o la salida a una vida de angustia y monotonía. Cientos de alumnos inician estos días sus primeros momentos en las aulas universitarias.

No olvidarán jamás el 'gusanillo' del estómago el primer día de clase, quién ha sido el primer compañero con el que han intercambiado palabra o al profesor que les haga algo más cuesta arriba esta también complicada etapa de la vida.

No obstante, los primeros momentos en una Universidad no están reservados únicamente para quienes salen del instituto y ocupan las facultades. También prueban suerte o tratan de quitarse una espina clavada quienes un día lo dejaron todo y, transcurrido el tiempo, han aprendido del error que cometieron.

Guillermo Sánchez estudiará Matemáticas en Granada. Foto: Álex Cámara

Guillermo Sánchez-Gadeo estudiará Matemáticas en Granada. Foto: Álex Cámara

"Tienes la esperanza de trabajar en lo que vas a estudiar"

A sus 18 años, Guillermo Sánchez-Gadeo ha vuelto a su Granada natal procedente de Jerez de la Frontera, ciudad en la que ha residido estos últimos años y en la que ha concluido con Matrícula de Honor Bachillerato. El secreto, dice, se basa exclusivamente en "trabajar" ya que cualquier persona que lo haga, con constancia y motivación, "se sacan buenas notas".

Y de las clases de instituto, donde la adolescencia está obligada a dar un salto hacia algo más de madurez, ha decidido matricularse en el Grado de Matemáticas porque asegura que le gustan las carreras de Ciencias puras. "Todo el día pensando en números", bromea este joven estudiante, que no obstante recuerda que en primero va a ver más letras y griegos que matemáticas tradicionales de colegio.

Pero el salto del Instituto a la Universidad es "importante", en cuanto al funcionamiento y a "todo". No obstante intentará que "todo vaya bien"para poder trabajar en lo que ha estudiado: "Si no lo intentas seguro que no te va a dar trabajo nadie. Hay que tener suerte y estar en el momento justo en el lugar adecuado".

Aunque la situación económica no es la más deseada no debe ser "excusa" para no entregarse a su ilusión, pues se trata de una justificación "un poco simple" para quienes prefieren agarrarse a ella.

Pero como todo estudiante recién incorporado a la Facultad, Guillermo también reconoce que no es concebible todo un curso sin ocio y diversión, pues es "importante" desconectar a lo largo de las "muchas horas" que tiene el día. "Si te dejas todo el estudio para las dos últimas semanas seguro que no tienes tiempo para salir", concluye este aspirante a matemático, que sabe que aunque no hay "muchas razones" para ser optimista la "esperanza" formará parte de su día a día.

Trini Poyatos intentará quitarse una 'espina' en Educación Infantil. Foto: Álex Cámara

Trini Poyatos intentará quitarse una 'espina' en Educación Infantil. Foto: Álex Cámara

"Me arrepiento de haber dejado los estudios con 17 años"

Cuando ella tenía 17 años, uno menos de los que tiene su compañero de reportaje, Guillermo; Trini Poyatos decidió dejar los estudios como les ocurrió a muchos jóvenes a principios de los años 2000, con la bonanza económica.

Los altos ingresos para alguien que aún no había alcanzado la mayoría de edad y disponer de todo para ella misma le alejaron de unas aulas a las que ahora regresa con cierto arrepentimiento de la decisión que tomó hace más de dos lustros, aunque consciente de que como dice el refrán, "nunca es tarde si la dicha es buena".

Casualidades, o quizás no, la vida no le pondrá el camino de rosas ahora para poder incorporarse a la Universidad. Después de superar la prueba de acceso para mayores de 25 años, tendrá que compaginar sus estudios con el trabajo desde junio del año que viene una vez deje de cobrar la prestación por desempleo y, además, tenga en sus brazos a un bebé que está de camino.

Pero la ilusión que desprende mientras lo explica puede con todo: "Mi marido, mis padres, mi familia. Todos están encantados con que estudie. Cuando me quedé embarazada me agobiaba un poco pero me decían que ya nos organizaremos para que pueda sacarlo todo adelante".

La espina clavada que tiene desde hace años es poderosa y la principal 'culpable' de que a través del Grado de Educación Infantil trate de cumplir un sueño aunque tenga que durar "siete años" porque "no hay prisa ninguna" y es que a "cabezona" no la "gana nadie".

Pero la vida de alguien que con 29 años se incorpora de nuevo a las aulas no es la misma que dejó 'aparcada' hace ahora doce. El primer día de clase "iba como un flan" y al ver que a sus compañeros les saca una década, aunque fue una experiencia que le "encantó" y tras la que corroboró su arrepentimiento que ahora se traducirá en esfuerzo, valor y coraje para superar un escalón más en la vida que le reporte muchos más éxitos en el futuro.

Pablo Seller ha descubierto su vocación a los 29 años. Foto: Álex Cámara

Pablo Seller ha descubierto su vocación a los 29 años. Foto: Álex Cámara

"Pasas muchos años sin saber qué te gusta"

Con la misma edad que Trini, Pablo Seller también ha decidido que éste es el año para 'volver' a la Universidad. Y es que su regreso no es del todo exacto, pues en 2012 estuvo matriculado, pero la falta de recursos económicos le impidieron poder pagar la matrícula y no llegó, por tanto, ni al primer día de clase.

Sin embargo, desde este martes, la realidad es mucho más palpable que la de hace dos años. Matriculado en Magisterio de Primaria ha descubierto que su vocación es la de enseñar después de pasar "muchos años sin saber qué te gusta". "Mi padre me vio que suspendí en el módulo y me recomendó que me pusiera a trabajar, pero más bien fue mi cabeza la que me impidió seguir con los estudios", explica Seller para referirse al por qué no acudió a la Universidad hace ahora 12 años.

Las clases las compaginará con los cuidados que hace de su tía por las mañanas. Las tardes las dedicará a la Facultad y aunque augura que en unos años, de mantenerse esta situación, será algo complejo de llevar por las prácticas, ahora mismo la ilusión es el motor que lo activa en este sentido.

Al igual que Trini, se siente "un poco diferente" con sus compañeros de aulas, aunque la edad no es ningún impedimento para integrarse y "adaptarse un poco". Aunque sabe que es "difícil" poder dedicarse a lo que va a estudiar, sí tiene la aspiración de alcanzar esta meta de la segunda oportunidad que le ha dado la vida.

Precisamente, a los que ahora tienen en mente abandonar les manda un consejo. A su juicio "todo esfuerzo tiene su recompensa" y los adolescentes deben pensar cómo se ven cuando tengan 40 años, aunque reconoce que "es muy difícil" que piensen en un futuro.

Los recuerdos de la infancia de Raquel García, claves para decantarse por Magisterio Infantil. Foto: Álex Cámara

Los recuerdos de la infancia de Raquel García, claves para decantarse por Magisterio Infantil. Foto: Álex Cámara

 "Es ilusionante empezar con una nueva vida"

Una carrera "muy bonita" y que "merece la pena". Así define Raquel García el Grado de Magisterio Infantil en el que se ha matriculado, 'culpa' en parte de los métodos y técnica que usaron sus maestros y maestras cuando era una niña.

"Siempre me ha gustado ver a los niños con esa felicidad que transmiten", añade García, palabras en las que queda constatado que para ella, en cualquier carrera o profesión, "hay que tener mucho cariño y pasión por ello, si no, malo". Y con esta actitud por bandera ha llegado a la Facultad.

Lo hace después de 'sobrarle' algo de nota en la Selectividad. Con su 11,34 ha entrado sin obstáculos en el grado que deseaba pese a que iba "un poco agobiada". Ahora sabe que todo será bien distinto, aunque no los métodos de trabajo que le han permitido llegar hasta donde está: "Soy de las que estudia un montón, si no me cuesta mucho. Luego merece la pena".

Pero atrás queda una vida de instituto en la que deja a sus amistades, a las que echará de menos en el día a día, y a sus profesores, con los que ha mantenido una estrecha relación de ayuda y colaboración que se han traducido en los buenos resultados logrados. "Me adaptaré y hago amigos, me ilusiona bastante empezar con una nueva vida y nuevas amistades", explica.

Y, ¿puede cualquiera estudiar en la Universidad? Raquel García lo tiene claro: "Depende de los medios económicos, no todo el mundo puede, aunque les den ayudas. También depende de la carrera".

Son solo cuatro ejemplos del día a día universitario que acaba de comenzar. En ellos se refleja la pasión, el esfuerzo, el deseo y el empeño por alcanzar una meta que, con más o menos tiempo, esperan conquistar en el futuro más inmediato de sus vidas.

Cientos de universitarios arrancan su nueva vida en las aulas dispuestos a convertirse en lo que ahora anhelan con mucha ilusión, la misma con la que tendrán que guiarse en su día a día. Suerte a todos.

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