viernes 29 marzo
CORONAVIRUS  |   | Luis F. Ruiz - Noelia S. Lorca

La Vega como espacio natural de desahogo

Esta zona de la que gozan numerosos pueblos del Área Metropolitana se convierte en un punto muy transitado durante las tardes para caminar o hacer deporte, aprovechando que la polución se ha reducido en los últimos dos meses

El atardecer contribuye a que la Vega se llene de personas que pasean y deportistas. Fotos: Luis F. Ruiz

Una semana después desde que se implantaran las franjas horarias para poder salir, la Vega de Granada se ha convertido para muchos en el espacio natural que poder disfrutar para dar paseos y hacer deporte a última hora de la tarde y primera de la noche.

Cuando atardece, en esta zona donde ahora la polución apenas existe y es posible incluso ver el horizonte más allá de la nube tóxica que deja la contaminación; son muchos los vecinos de la capital y del Área Metropolitana que han encontrado en la Vega el punto donde evadirse de lo urbano.

Y es que en la comarca más poblada de la provincia, este punto ya era utilizado antes de la pandemia por deportistas sobre todo y personas que querían mantener hábitos saludables, implantando 'rutas del colesterol' para desconectar un rato del mundanal ruido.

Solo hay que darse un paseo por cualquiera de los puntos que junto al campo existen en localidades como Pinos Puente, Fuente Vaqueros, Láchar, Santa Fe, Vegas del Genil, Cúllar Vega, Armilla, Alhendín, La Zubia, Huétor Vega o Cenes, donde disfrutan no solo de las vistas de la capital 'desde la orilla', sino también de algo más de frescor en estas intensas tardes de mayo en el mercurio.

Lo único que diferencia este espacio de otros que gozan los ciudadanos de la propia capital o de grandes localidades es por ejemplo la ausencia de vehículos a motor, el contacto directo con la tierra y el sentir la libertad del campo a escasos kilómetros de casa.

Y es que aunque los paseos solo se pueden dar a un kilómetro de distancia como mucho del domicilio donde se resida, hay quienes hacen la vista gorda para poder disfrutar de este paraje natural que hace única al Área Metropolitana en muchos sentidos.

En la Vega de Granada, al igual que en otros puntos, puede verse de todo en cuanto al cumplimiento de las normas. Hay quienes dan sus zancadas para hacer deporte con mascarilla, los hay que no la usan si quiera cuando van andando. Las distancias se respetan por momentos cuando se encuentran vecinos, otras veces parece no importar mucho.

El caso es que este espacio es el punto natural de desahogo durante la pandemia, donde las dos ruedas suelen también tomar el protagonismo para dar pedaladas y donde correr junto a otra persona es habitual en algunos casos, en otros los hay que prefieren hacerlo en solitario.

La Vega de Granada gana un protagonismo que quizás la ayude para concienciar sobre su necesidad de conservación, con menos ladrillo del que ya la invade y más vecinos que la aprecien por su naturalidad. Y para eso, en muchos casos, ha tenido que llegar un virus. Por suerte o por desgracia.

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