La Virgen del Amor y del Trabajo de Los Ferroviarios recupera dos lágrimas en el rostro tras su restauración
La intervención de la imagen ha consistido en dos aspectos fundamentales, el refuerzo estructural y tratamiento de policromías.

La Hermandad de Los Ferroviarios ha culminado el proceso de restauración de su titular mariana, la Virgen del Amor y el Trabajo, que durante la jornada de este viernes estuvo expuesta para veneración de sus hermanos y con posterioridad protagonizó la misa de acción de gracias. La intervención de la imagen ha consistido en dos aspectos fundamentales, el refuerzo estructural y tratamiento de policromías.
Para tal ocasión, la imagen fue presentada con su manto de salida de 1951 y la saya roja bordada por las Hermanas Trinitarias de Granada, así como la corona de salida del año 2003. También estrenó un encaje de Bruselas, donado por un hermano; y portó sus joyas más icónicas y la toca de sobremanto de 2020.
En cuanto al refuerzo estructural, según ha informado la hermandad, se ha intervenido afianzando la estructura de tableros que conforman el faldón de la imagen mediante la colocación, en las uniones, de bandas de lino encoladas por la parte interna.
Por otro lado, se ha cerrado la abertura entre las maderas de la peana sobre la que reposa la imagen en el altar, insertando un listón de madera de pino; además, se han colocado dos pletinas de refuerzo por el reverso para paliar la deformación de la peana.

Hallazgo de dos lágrimas
El tratamiento de las policromías de rostro y manos ha consistido en eliminar el barniz oscurecido por el envejecimiento y la oxidación propias del material y la suciedad acumulada, así como las reintegraciones viradas de color, especialmente llamativas en ambas manos.
Una vez limpias las policromías se procedió a la aplicación de estuco en las zonas de grietas y pérdidas para, una vez niveladas, reintegrar con color hasta conseguir la tonalidad de la policromía.
Durante el proceso de limpieza del rostro, ha añadido, afloraron improntas de dos lágrimas que fueron eliminadas en alguna de las intervenciones anteriores realizadas a la imagen.
Este descubrimiento se comunicó a representantes de la Junta de Gobierno de la cofradía que, con fotografías, que corroboró la existencia de estas dos lágrimas y el añadido de una de las que tenía.
Por este motivo se ha tomado la decisión de recuperar las dos perdidas y eliminar una añadida, decisión que la hermandad considera "acertada" y "propicia una distribución más equilibrada de las lágrimas en el rostro".
Para concluir la intervención, se aplican varias capas de barniz a brocha y en espray que
garanticen su protección