jueves 28 marzo
  |   | Luis F. Ruiz | Fotos: Álex Cámara - Guillermo L. González

Las ganas no pueden con la lluvia

Las cuatro hermandades del Martes Santo de Granada, obligadas a suspender sus salidas pese a los intentos por adaptarse a un cielo que no dio tregua a la hora de procesionar

El llanto de este Martes Santo llegó desde el cielo y también en la tierra. Las cuatro hermandades de este día de la Semana Santa de Granada no pudieron efectuar su salida debido a las inclemencias meterológicas, en una jornada en la que la incertidumbre fue la protagonista y en la que las ganas por salir después de tres años no pudieron imponerse a la lluvia.

Los partes meteorológicos venían anunciando desde la semana pasada que este era el día en que el aguacero iba a hacer acto de presencia. Por desgracia para los cofrades los pronósticos no se equivocaron y eso que el día no comenzó del todo mal.

Las propias hermandades habían acordado en su reunión de cada Martes Santo, que en esta ocasión se organizó en la sede del Vía Crucis, posponer una hora sus salidas en caso de que la cosa se torciera, como así fue.

La primera en comunicar esta decisión en común fue la Hermandad de La Lanzada, que vivió uno de los días más duros, sobre todo focalizados en la figura de su hermano mayor, Javier Sierra, quien solo unas horas antes había perdido a su padre.

En esas, la Junta de Gobierno tuvo a bien ir demorando la decisión hasta que la definitiva se pospuso a las 18.00 horas. Entonces Miguel Ángel Peláez fue la voz que todos los que estaban en el interior querían oír, para comunicar que se pondrían en la calle, con un recorrido cambiado para ir directos por Puente Blanco hasta la Carrera Oficial, vía Acera del Darro.

Pero justo en el momento en que la cofradía puso el cortejo en el mismo dintel de entrada al templo, en la segunda vez en su historia que se abrían la Puerta hacia la Gloria, la lluvia no dejaba de caer y la realidad obligaba a imponer el sentido común al corazón y al deseo de salir. A partir de ahí el llanto desconsolado de costaleros y costaleras y hermanos de fila no encontró consuelo posible.

Multitud en el Vía Crucis

En San Juan de Los Reyes esperaba una multitud para la salida del Vía Crucis, que una hora antes de la que debía ponerse en la calle veía cómo el cielo no impedía su estación de penitencia hasta la Catedral.

El retraso de una hora dejaba a las claras que la situación iba a ser bien diferente. El agua caía de forma torrencial incluso en varios puntos del Área Metropolitana y Granada capital estaba 'sitiada' por las nubes más oscuras, aunque no provocara agua.

Sí ocurrió a las 18.00 horas, momento en que desde San Juan de Los Reyes debían ponerse en la calle. La decisión estaba claro y tanto al Señor de la Amargura como a la Virgen de Los Reyes tocó visitarla durante toda la tarde noche, con una multitud que se fue acercando a las inmediaciones del templo.

Sin opción en La Esperanza

San Gil y Santa Ana vivió una jornada que preferirán no recordar por unos años. La Esperanza había puesto todo su empeño para ponerse en la calle y aunque la esperanza es lo último que se pierde la realidad era bien distinta.

La hermandad quiso demorar todo lo posible jugando con que iba a ser la primera en Carrera Oficial, pero el tiempo no dio opción ninguna y la lluvia tampoco en una jornada en la que las camareras se habían preparado en el Colegio de Médicos de forma excepcional debido a las medidas Covid.

Luis Joaquín Sánchez tuvo que comunicar hacia las 19.40 que la salida quedaba definitivamente suspendida. Entonces se organizó la visita a la iglesia para ver cómo la titular mariana y Jesús del Gran Poder se iban a poner en la calle, una imagen, esta última, que en un mes ha tenido que quedarse en dos ocasiones en su templo al no poder protagonizar tampoco el Vía Crucis Oficial de la Federación el segundo viernes de Cuaresma.

Un retraso en balde

Al quedar como la única opción posible del día, La Cañilla trató de manejar todo lo posible con los tiempos, con el beneplácito de la Federación de Cofradías dada su proximidad a la Carrera Oficial. Solo sirvió para prolongar lo inevitable.

La Hermandad tomó una primera determinación a las 20.25 para posponerla hasta las 21.00 horas la definitiva. Pero la lluvia no dejaba de caer y los paraguas reinaban en Santo Domingo, por lo que la cofradía tuvo que suspender su estación de penitencia en el exterior y "hacer hermandad en el interior", como indicó su hermano mayor, Germán Bolívar.

Casualmente a las 22.00 horas la lluvia ya no caía en Granada. Los caprichos del cielo son esos, aunque para muchos cofrades sea difícil de comprender. La cuenta atrás para 2023 ha comenzado.

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