domingo 6 octubre
LEGANÉS - GRANADA CF   |   | Nacho Santana

Llegar con las manos donde las piernas no pueden

El guardameta portugués salva un punto para un Granada CF exhausto deteniendo un penalti en la segunda mitad

Antoñín fue titular por vez primera con el Granada CF. Foto: La Liga

Afrontaba el Granada CF su cuarto partido en diez días y se notó desde el primer momento. Con un peso extra en las piernas y en la cabeza por la fatiga, tanto física como mental, los jugadores evidenciaron dificultades para lidiar con un encuentro en el que Rui Silva supo llegar a donde las fuerzas no pudieron para salvar un punto al detener una pena máxima. 

Los rojiblancos, toscos desde el inicio y con tendencia a errar de la mitad del terreno de juego en adelante, fueron incapaces de llegar a amenazar mínimamente la portería de Cuéllar en toda la primera mitad del encuentro. Una única intervención tuvo que realizar el guardameta pepinero para despejar a saque de esquina un contraataque dirigido por Machís y Neva finalizado por el venezolano.

Con los visitantes enredados, el Leganés encontró su espacio entrando por banda. Si bien sus llegadas no fueron mucho más numerosas que las del Granada CF, sí que tuvieron algo más de peligro, especialmente con un centro de Recio poco antes del descanso que se paseó por el área y no encontró un rematador en el segundo palo por los pelos.

En una primera parte con poco fútbol, brillaron las notas negativas. Los locales perdieron a Guido Carrillo a los 20 minutos por una lesión muscular, consecuencia directa de la enorme carga de partidos que afrontan los futbolistas en estos días. Por parte de los visitantes, un ‘piscinazo’ de Antoñín cuando encaraba el área rival le costó la tarjeta amarilla y la que podría haber sido una clara ocasión de gol.

El descanso llegó con las tablas en el marcador y poco sobre el césped. Tosco y trabado, el primer tramo del partido no dejó detalles especialmente reseñables pese a la entrada de Óscar Rodríguez, uno de los jugadores más prometedores del conjunto pepinero.

Curiosamente, el jugador propiedad del Real Madrid salió sustituido tras la reanudación. Buscó agitar el partido también Diego Martínez cambiando dos jugadores antes de volver a saltar al campo. Yan Eteki sustituyó a Azeez en la medular, mientras que Carlos Fernández entró para dar aire a la ofensiva nazarí.

Tuvieron efecto las sustituciones del Granada CF. Un Machís muy activo durante todo el partido recuperó en banda y encontró a Puertas en la frontal a los 53 minutos de partido. El mediapunta recortó y sacó un zurdazo que pasó besando el poste de Cuéllar, manteniendo el empate por escasos centímetros.

Se abrió más el partido desde entonces. Conscientes de lo caros que están los puntos en esta nueva normalidad, ambos equipos trataron de ganar un poco más de peso en la ofensiva, lo que se tradujo en más llegadas a las áreas y más tiempo de juego en campo rival. 

Rui Silva vale puntos

Llegó a la hora de partido el que podría haber sido el punto de inflexión. Assalé le ganó la espalda a un fatigado Carlos Neva, pisó área y fue derribado por el lateral izquierdo para provocar la pena máxima. Guerrero fue el encargado de colocar el balón a once metros de la portería y golpeó fuerte a la derecha de Rui Silva, justo lo que esperaba el guardameta luso, que se vistió de santo y mandó el esférico al travesaño para mantener el empate. 

Se suele decir que un buen portero realiza paradas, pero los mejores valen puntos. Así fue. El portugués valió uno en esta ocasión y demostró que es capaz de llegar a donde las piernas no llegan para sostener al equipo, una de las claves que le han convertido en jugador imprescindible para este Granada CF.

Quiso resarcirse diez minutos después Guerrero. Roque Mesa, que entró al campo poco antes de la pena máxima, revolucionó la ofensiva pepinera y condujo un contraataque que acabó el ariete en una posición demasiado forzada para encontrar puerta. 

Se jugó la expulsión en la siguiente acción Kevin Rodrigues, que llegó tarde al choque con Foulquier estando ya amonestado. Lo permitió De Burgos Bengoetxea, al igual que pasó por alto una agresión de Puertas. El colegiado se mostró excesivamente blando en algunos lances de un encuentro que se fue complicando a medida que crecía la tensión sobre el césped de Butarque.

Con más cansancio que fuerzas, los jugadores se vieron incapaces de seguir con las piernas a lo que su cabeza pedía. Dadas las circunstancias y ante la sensación de que el Leganés llegó en mejor estado físico, el Granada CF pareció dar por bueno el empate en los minutos finales y trató de dosificar. 

Finalizó así el encuentro con las tablas en el electrónico. Salvó un punto un Rui Silva providencial en el que los rojiblancos no terminaron de encontrarse. Ya avisó durante la previa de la fatiga el propio Diego Martínez y los noventa minutos no hicieron más que corroborar las impresiones del técnico. Ahora, por primera vez desde la reanudación, el Granada CF tendrá cinco días para preparar su próximo partido y recuperar fuerzas.

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