"Lo más reconfortante es que salvamos vidas y la naturaleza, que es un bien común"
Luis, Sebastián, José Ángel, Cristian, Francisco y Juan son seis de los casi 300 bomberos forestales que combaten el fuego frente a frente en Los Guájares y el Valle de Lecrín
No todos los héroes llevan capa. Desde el pasado jueves hay cerca de 300 vestidos de amarillo y verde oliva que luchan contra el fuego frente a frente tras declararse el incendio de Los Guájares y que después se extendió a varios pueblos de la zona Sur de el Valle de Lecrín.
Francisco Feo Soto, Juan Lopez, Luis Fernández, Sebastián Montoro, José Ángel Galiano, Cristian Arenas y Juan López componen el grupo JE406 de Jaén. Están enfrentados al fuego desde el pasado sábado, cuando al entrar en su turno fueron avisados de que debían acudir al fuego en suelo granadino.
A él entraron sobre las 15.00 horas tras asignárseles una zona, embarcar en helicóptero y llegar a ella, donde permanecieron hasta las 02.00 horas de la madrugada, según explica el bombero forestal Luis Fernández, quien explica a ahoraGranada que con posterioridad volvieron al hotel y este domingo hacia las 14.00 horas volvieron a subir para seguir luchando.
Con el fuego entre ceja y ceja, este grupo de bomberos forestales se afana en cada una de sus labores, "un trabajo duro, que te tiene que gustar mucho", admite Fernández, quien incide en que combatir las llamas depende "de los factores" que se puedan producir estos días en un terreno tan escarpado como la montaña que está ardiendo estos días.
Y es que aunque vea que hay aeronaves y helicópteros que contribuyen a la extinción desde el aire, por tierra el trabajo también es esencial para frenar el avance de las llamas, algo que no está siendo fácil estos días por lo "escarpado del terreno, hay mucha piedra y mucha dificultad para llegar a las zonas, con desnivel de vértigo y eso es lo más complicado casi siempre".
Unas veces su trabajo consiste en trabajar manualmente con herramientas, como azadas para abrir lo que denominan calles de seguridad; otras veces las máquinas cortafuegos y si hay accesos entran los vehículos pesados y hacen tendido de manguera con lo que se va apagando el incendio.
"Depende de las circunstancias del terreno, del incendio, hay muchos factores como la meteorología también, que influyen en la forma de combatirlo", explica Luis Fernández con el rostro seminegro tras acumular seis horas de trabajo en primera línea contra las llamas.
Pero de todo este trabajo hay una experiencia "reconfortante" y es "todo lo que se salva", porque "al fin y al cabo salvamos vidas y salvar vida es vida para todos, salvamos la naturaleza, que es lo que genera oxígeno para todos, es un bien común".
Le cambia la cara cuando lo dice y señala hacia la zona que han conseguido evitar que se haya quemado, aunque en otro punto las cenizas dejen un panorama desolador.
No cesan en un trabajo que no se ve salvo que se esté junto a ellos y son una barrera esencial para el avance de las llamas. Llevan desde el jueves afanados en evitar el avance del fuego hacia los pueblos de el Valle de Lecrín y no cesarán hasta lograrlo.
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