viernes 19 abril
TRIBUNALES  |   | E.P.

Los acusados niegan haber interrumpido el rezo en la mezquita de Motril en el Ramadán

Afirman que solo pidieron al presidente de la comunidad islámica de esta localidad que dejara de hablar por el micrófono

Los dos hombres a los que la Fiscalía acusa de un delito contra los sentimientos religiosos por haber interrumpido supuestamente el rezo en una mezquita de Motril el último día del Ramadán de 2017 se han declarado inocentes ante el tribunal y afirman que solo pidieron al presidente de la comunidad islámica de esta localidad que dejara de hablar por el micrófono, una vez finalizada la oración, porque los vecinos se habían "quejado del ruido".

La Fiscalía pedía inicialmente dos años de prisión para ellos en virtud del artículo 523 del Código Penal que castiga con pena de entre seis meses y seis años de prisión a quienes con violencia, amenaza o tumulto impidan, interrumpan o perturben en el lugar destinado al culto actos o ceremonias de las confesiones religiosas inscritas en el registro público.

Al final del juicio celebrado este viernes en la Audiencia de Granada, la fiscal ha rebajado a seis meses de cárcel su petición por entender "acreditado" que los acusados, ambos pertenecientes a la comunidad islámica, "conocían las reglas" e interrumpieron el rezo con tumulto, pero durante un breve espacio de tiempo y sin graves consecuencias, en tanto que la oración pudo continuar luego.

El juicio se ha celebrado a raíz de la denuncia del presidente de la comunidad islámica, que ha ejercido la acusación particular y pide para ellos dos años de cárcel alegando que interrumpieron el rezo, accedieron a la zona reservada para el imán y le arrebataron el micrófono para intentar hablar, lo que, siempre según su versión, provocó el enojo del centenar de fieles allí presentes.

Esta versión ha sido refrendada por el imán de la mezquita, quien ha relatado que el Ramadán es un "mes sagrado" dedicado al rezo y durante el que no están permitidas intervenciones durante el breve descanso que se toma entre las oraciones. Ha señalado que cuando ambos acusados intervinieron optó por llamar a los fieles a la oración para "calmar los ánimos" y "evitar un jaleo más grande" en el interior de la mezquita.

Uno de los acusados, Mohammed E.A., ha dicho que vive al lado y los vecinos le han hecho llegar sus quejas respecto al ruido del rezo por la noche, lo que ha refrendado el otro procesado, Hamid B., que tiene un negocio en la zona. Ambos garantizan que la oración ya había acabado cuando intervinieron para pedir al presidente de la comunidad que no usara el micrófono para exponer a los asistentes las últimas novedades respecto a la adquisición del local que acoge la mezquita, tras lo que todos se fueron.

La acusación particular ha mantenido su petición de dos años de cárcel por entender que la intervención en ese acto religioso no estaba permitida y que esa interrupción podría haber tenido consecuencias si no hubiera sido por la "acertada intervención" del imán para calmar a los asistentes que comenzaron a increpar a los acusados. Las defensas de ambos han pedido la absolución y el juicio ha quedado visto para sentencia.

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