Los cambios pierden el efecto efervescente para Caparrós
El Granada CF encaja goles y pierde reacción en las últimas jornadas con los movimientos del técnico durante el partido, alejado de lo logrado frente a Dépor, Elche o Villarreal
Iturra, en el banquillo, entró como cambio importante ante el Dépor. Foto: Álex Cámara
La temporada avanza y los jugadores ya saben cuál comienza a ser su papel dentro de las plantillas, perdiéndose en buena parte las ganas de agradar a los técnicos, aquellos que ya tienen a sus preferidos y básicos en sus esquemas.
En el Granada CF es complicado sacar un once tipo, ya que Caparrós apenas ha repetido combinaciones en las distintas posiciones de su conjunto, pero, sin embargo en los últimos tres partidos el efecto efervescente de las sustituciones se ha perdido, ese que te da al comienzo una reacción que viene bien al conjunto por la frescura del que entra al campo.
En las derrotas frente a Levante, Barcelona y Málaga, las sustituciones han coincidido con goles en contra –como frente a los valencianos-, un mayor desequilibrio defensivo que termina con una goleada más abultada –en el Camp Nou- o debilitando el ataque cuando más lo necesitaba –tras la remontada en el derbi-.
El utrerano busca revolucionar a su equipo, como en las primeras jornadas, introduciendo más de un cambio en los primeros diez minutos de la segunda mitad –repetido tanto en Barcelona como en La Rosaleda-, pero los movimientos no cambian la pérdida de fuerza por parte de su equipo.
Efecto inicial
En el arranque de temporada, Caparrós acertó en tres partidos que le valieron para sumar siete de los nueve puntos en juego. Frente al Dépor en el debut varió al descanso y con derrota a dos jugadores (Iturra y Ortuño) lo que le sirvió para remontar. Ante el Elche reforzó el centro del campo (Yuste y Márquez) y le ganó la batalla a su rival, pese al empate en el descuento; mientras que frente al Villarrreal la entrada de Jhon Córdoba en ataque hizo que el partido terminara con su once volcado ante la portería y el ingenio de Asenjo, quien salvó a los amarillos.
El técnico varía una plantilla amplia, inexperta en la categoría en muchos casos, pero capaz de revolucionar un partido cuando le sea necesario, por lo visto en las primeras jornadas. El efecto efervescente de los cambios es de necesidad urgente recuperarlo tras el parón internacional.
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