jueves 18 abril
EL REPORTAJE AGR  |   |

Los últimos cabreros

Sierra Elvira ha perdido en una década cuatro de los cinco ganaderos ovinos que existían, una nota predominante en todo el área metropolitana

Solo tenía cuatro años cuando, cogido de la mano de su abuelo, le acompañaba en las tareas de crianza, cuidado y alimentación de las ovejas. Desde entonces, lo que para muchos puede resultar incómodo por olor, suciedad o ruidos para él es una pasión estar rodeado de los nobles animales de forma tranquila en el campo.

Antonio Mudarra Jiménez lleva 35 años profesionalmente dedicando su cuerpo y alma al cuidado de un rebaño de 800 ovejas. Y son 800 por decir un número aproximado, porque asegura que por más que se cuenten es imposible dar con la cifra exacta. Se trata del último cabrero que ya queda en la pedanía atarfeña de Sierra Elvira, donde hace solo unos años los ganaderos ovinos eran cinco y ahora ya solo queda él, por motivos diferentes.

El precio de un rebaño
Desde la Asociación Nacional de Criadores de Caprino de la raza Murciano-Granadino garantizan que el precio de un rebaño puede superar los 80.000 euros para iniciar el proyecto, al que hay que añadir el precio de cada animal, de unos 120 a 150 euros y de los que se necesitan entre 300 y 500 cabezas para que salga "rentable". Su secretario Ejecutivo asegura que los jóvenes que salen de la Escuela de Pastores no pueden emprender la actividad por los altos costes que ello conllevan, con lo que se llevan "una sorpresa" en este sentido por la cantidad de requisitos que ello exige.

Estudió hasta octavo de primaria e incluso probó suerte dos años en la hostelería, pero asegura que estaba "atado", e incluso, con cierto tono de arrepentimiento manifiesta que estuvo dos años "apartado de ellas". Su día a día y su vida. Así son las ovejas que los 365 días del año cuida Mudarra en una nave de Sierra Elvira y que, cuando el tiempo lo permite, las lleva a pastar a la parte baja de la montaña o a plena vega.

"Las echaba de menos, porque esto hay que llevarlo en la sangre", nos añade garantizando que para ser cabrero "hay que nacer" como él, que lo heredó en las venas a través de sus padres, sus abuelos, sus bisabuelos...

Y es que garantiza que estar dedicado a este tipo de crianza no entiende de horarios ni de fechas específicas en un calendario: "Si no gusta se viene un día, pero dos no se sigue", indica mientras no pierde de vista su rebaño, que poco a poco se va alejando hasta una zona que no debieran atravesar al otro lado de la N-432 a su paso por Sierra Elvira.

Pero, Antonio Mudarra reconoce que de él no sería nada sin la ayuda de su "mando a distancia". Se llama Marisa, una bonita perra que no pierde de vista las 800 cabezas de ganado ni a su pastor: "También lo tiene que tener en la sangre, como el ganadero". ¿Dónde radica el secreto? Este pastor precisa que la única fórmula es "saber llevarlas" y el que diga que su rebaño no se le ha descarriado alguna vez "miente".

Antonio, en la vega donde pasta con sus cabras y ovejas. Foto: Luis F. Ruiz

Antonio, en la vega donde pasta con sus cabras y ovejas. Foto: Luis F. Ruiz

Vivir de las ovejas

Lana, leche, queso... Las ovejas pueden aportar productos que permitan vivir de ellas sin pasar apuros, al menos no al final de mes. Sin embargo, las de Antonio ni producen leche o queso y su lana es quemada cada vez que se las trasquila cuando llega la calor. Y lo hace porque la lana que actualmente se consume en España es del extranjero

"El dinero no me cuesta, tengo un jornal con el que no dependo de nadie y vivo a gusto porque vivo en lo que me gusta", opina, al considerar que es ésta la principal ventaja que tiene de ser cabrero, un trabajo en el que se carece de jefes que digan qué hay que hacer. El inconveniente, que las ovejas necesitan cuidado diario: "Estés malo, tengas o no tengas ganas, si hace frío o calor, es un día sobre otro".

No obstante matiza que el dinero no le cuesta porque cada vez que necesita liquidez vende a alguna cabra, oveja o choto y logra lo suficiente para afrontar lo que necesite: "Si es preciso se hace, hay gente que esa ventaja no la tiene".

Mientras responde a las preguntas, una cabra se aproxima cariñosamente a Antonio. La llama 'Chivi' y la conoce como "mi mujer". Porque es la que ha criado y la que pasa gran parte del tiempo en el campo junto a él devolviendo el cariño que les entrega para que a los animales no les falte de nada. Pero la resignación se apodera de este ganadero ovino cuando se le pregunta sobre el futuro de su rebaño.

"A mi hija le gustan, pero es una mujer, cuando yo me jubile esto se pierde", lamenta Mudarra, que mirando al horizonte duda de que no quedará nadie que se haga cargo en Sierra Elvira de las ovejas: "Cuando me quite, muerto el perro se acabó la rabia".

'Chivi', la cabra favorita de Antonio. Foto: Luis F. Ruiz

'Chivi', la cabra favorita de Antonio. Foto: Luis F. Ruiz

Un modo de vida

El secretario Ejecutivo de la Asociación Nacional de Criadores de Caprino de la raza Murciano-Granadina, Francisco Javier Pleguezuelos, cree que la crianza de estos animales supone un modo de vida y que los ganaderos que desaparecen lo hacen porque se trata de un oficio muy complicado: "No se quitan más porque no se sabe hacer otra cosa o es un tema de familia y tradición".

Los ganaderos, añade, se van "descapitalizando" y cuando lo hacen es porque ya no les queda otra salida: "El oficio se va perdiendo y las producciones agrícolas tradicionales, y el que se va no vuelve. ¿Quién va a querer estar encima de los animales todo el día y luego poder perder dinero?", se pregunta.

La crisis del sector caprino ha provocado un reajuste en el año 2009 con el que el censo de ganado se ha reducido en un 20 por ciento a nivel nacional, cifras que en Granada también han provocado la pérdida de granjas y ganaderos.

Pasarán las tardes y los días y ganaderos como Antonio o Francisco Javier seguirán pendientes de sus ovejas y sus cabras, conscientes de que pueden ser la última 'estirpe' de criadores mientras los jóvenes quieren ser médicos, abogados o profesores. Quién cuidará entonces de los rebaños, he ahí la cuestión...

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Comentarios (1)

  1. PEDRO dice:

    yo tngo 40 años, mi padre a tenido ganado, yo quiero empezar ahora con mi propio ganado

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