jueves 25 abril
ASÍ ES MI ALCALDE - ALBOLOTE   |   |

"Luchamos para conseguir que Albolote sea el mejor sitio para poder vivir del Área Metropolitana"

El alcalde de la localidad, Pablo García (PP), reconoce haber sufrido algunas 'cornadas' como regidor, aunque prefiere quedarse con lo positivo como haber ayudado "a tantísima gente"

El alcalde de Albolote, Pablo García, en su despacho. Foto: Alberto Franco

El alcalde de Albolote, Pablo García, en su despacho. Foto: Alberto Franco

Las circunstancias y las casualidades han querido que sea el último de los 32 alcaldes a los que ahoraGranada entrevista pese a que por orden alfabético es el primer municipio del 'Cinturón'. Además, la casuística hizo coincidir el encuentro con dos días algo revueltos en el Gobierno local por las acusaciones vertidas por el PSOE. Quienes lo conocen dicen de él que es un alcalde cercano y que, sobre todo, suele escuchar antes de tomar decisiones. Los papeles se amontonan en un despacho pintado color albero, en el que los escudos de Albolote están presentes en varios diseños, tamaños y fórmulas. Pese a que el teléfono no le deja de sonar, durante la entrevista no pierde hilo en lo que quiere transmitir. Así es Pablo García, alcalde de Albolote desde 2007.

Pregunta.- ¿Qué queda de aquel Pablo García que era elegido delegado de clase o miembro del Consejo Escolar con nueve años?

Respuesta.- Queda ilusión y sobre todo algo que no he perdido nunca, que ha sido mi afán por conocer, por querer saber y aprender. Es algo innato. A muchos niños cuando voy a los institutos les digo que mi Internet fueron los libros. Hoy tenemos esta herramienta que es fantástica para muchas cosas, maligna para otras muchas. Es fantástica para conocer. Los libros eran el querer saber y conocer qué sucedía a mi alrededor. Por qué sucedían las cosas. De mi etapa esa sigo teniendo la misma ilusión, por querer, por vivir, por ser feliz, ayudar a la gente y sobre todo por esa ilusión innata de seguir aprendiendo. Dentro del positivismo que tengo en mi vida creo que esa ilusión no la puedo perder, porque el día que lo haga tendré que dedicarme a otra cosa. Habré perdido esa chispa que me puede dar el seguir queriendo, luchando y tirando para adelante. Eso hace que uno pueda tener fuerza y encarar un trabajo duro como es el nuestro todos los días. Eso es lo fundamental.

P.- Al igual que los médicos necesitan de Medicina, los jueces de Derecho o los periodistas de Periodismo, ¿hasta qué punto es importante que un político tenga Ciencias Políticas?

R.- Te ofrece una visión conjunta de lo que ha sido la ciencia política a lo largo de la historia. Es necesario que los políticos sepamos de dónde venimos, por qué han sucedido las cosas y adónde queremos dirigirlas. Te ofrece una visión en conjunto de todo lo que ha ocurrido durante toda la historia. Esto son ciclos que vuelven a repetirse constantemente. Si se estudia lo que ocurrió en la antigua Grecia o Roma, en imperios como el de Mesopotamia u otros imperios como el español te das cuenta de que la política que se hacía se está volviendo a hacer ahora y se repite. El tener una formación te hace que puedas tener un conocimiento grande de todo aquello que te puede venir bien para desarrollar tu trabajo.

También creo que para ser político no es obligatoria esa formación. Creo que es necesaria pero hay muchos compañeros que son muy buenos políticos y que no tienen otra formación. Hay gente que ha estudiado otras carreras o no han estudiado nada y son magníficos políticos. La política es una forma de entender la vida y de ayudar a los demás y eso no requiere de mucha formación. Es bueno tenerla porque eso ayuda a que tu comprensión de las cosas se vea desde otro punto de vista distinta, pero también creo que hay compañeros que son fantásticos alcaldes, concejales u otros cargos que hacen que puedan desarrollar bien su trabajo.

P.- ¿Cree que parte de la desafección política se debe a que aquí ha entrado cualquiera?

R.- Creo que esa es la grandeza de la política. Que nazcas donde nazcas y en la condición que nazcas puedas llegar a ser lo que tú quieras. Puedes nacer en el sitio más recóndito de la provincia de Granada como yo, que he llegado a ser alcalde de mi pueblo y diputado en el Congreso. Mal interpretada, como todo en la vida, hay circunstancias que lo empeoran. Que todo el mundo pueda tener acceso es fundamental y bueno para nuestra democracia. Hemos conseguido algo que es que cualquier persona pueda dedicarse a esto y pueda conseguir tener éxito.

PERFIL | Un politólogo de carrera y vocación
Es de los pocos alcaldes del Área Metropolitana que tiene la carrera de Ciencias Políticas. Recién casado hace unos meses, Pablo García trabaja por y para su pueblo desde que en 1999 se presentó por primera vez como candidato a la Alcaldía para intentar acabar con la hegemonía del PSOE. Tuvo que esperar ocho años para llegar a la meta, cuando en 2007 logró el triunfo electoral pero un voto nulo de una edil de IU, que rompió la disciplina de partido, le permitió coger el bastón de mando que renovó cuatro años más tarde. Diputado por Granada en el Congreso desde 2011, su vocación política se mantiene intacta como la del niño que ganó las elecciones a Consejo Escolar precisamente a quien hoy es su mano derecha, Salustiano Ureña, portavoz del Gobierno local además de amigo personal. De la escuela renovada del PP granadino en el siglo XXI, también es hombre de confianza de Sebastián Pérez en el partido a nivel provincial, de la mano del que llegó a la Ejecutiva en 2003.

En Estados Unidos solo pueden los ricos. En España, cualquier persona. Esto tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero es un gran logro. Quizás tengamos que avanzar hacia una sociedad en la que los políticos tengamos unos códigos éticos más férreos. Siempre he dicho que la política tiene medios fáciles para llegar a muchas cosas, pero también creo que cuando uno tiene honestidad y honradez a la hora de hacer todo lo que hay que hacer al final no te dejas arrastrar por cosas que no debes. Creo que el que haya gente que se dedica a esto de cualquier condición social ha hecho bien y muy bien a la democracia de España.

P.- Cuando en 1999 se presenta como candidato a la Alcaldía de Albolote, ¿quién es la primera persona que le dice "tú estás loco"?

R.- Mi madre (risas). Es la primera que me dice en el año 99 aquello. Me costó seis meses convencerla para que me apoyara. Me costó porque ella sabe, como todas las madres con su afán proteccionista, de la dureza de la política y sabe que vas a estar expuesto y te pueden decir cualquier cosa, la gente opina de ti... Mi madre, como todas las madres, evita o quiere evitar en un momento determinado esos malos sinsabores. Yo le dije que era mi vocación y que creía en lo que hago. Soy feliz haciendo lo que hago. Ella tenía que respetar y mi familia así lo entiende y lo ha entendido.

En ese momento era crucial su apoyo. Le puse un símil y es que si hubiera querido ser torero lo hubiera sido porque era mi vocación. Es lo que creo que quiero hacer en mi vida y lo que me va a formar como persona y además a desarrollar como persona. Lo llevó bastante regular. Ahora se siente muy orgullosa de que su hijo esté haciendo el trabajo que está haciendo. Cada 'x' tiempo me dice "hijo déjalo ya, ya está bien", pero me sigue apoyando con buenos consejos y sobre todo me respeta en el trabajo que he elegido para desarrollar mi vida y me deja que me siga preparando y trabajando mucho en esto. Mi padre me apoya desde el primer día, él es mucho más parecido a mí en esas cuestiones, es más político que mi madre. Son circunstancias que tiene esto de la política.

P.- Sea sincero. Aquella mañana de junio de 2007 en la que usted se levanta para tomar posesión como concejal, ¿usted en algún momento piensa que la mañana va a cambiar de la forma que lo hizo, para terminar como alcalde?

R.- Sinceramente no. Con el paso del tiempo hay sentimientos encontrados. Esa mañana fue una mañana normal y corriente, quizás con el desapego que tenía el haber conseguido algo importante como ganar las elecciones en Albolote por primera vez el PP, que nunca había ganado en ninguna convocatoria. Sin embargo se quedaba como un sabor agridulce como diciendo "hemos tocado la victoria, pero nos hemos quedado alejados". Fue una mañana de primeras bastante analítica, de cómo había sido la campaña, con satisfacción por haber conseguido la victoria, pero también con sabor agridulce. Nos dirigimos a ese pleno mi colaborador máximo, mi amigo Salustiano Ureña, el cual lleva conmigo desde que iniciamos esta andadura allá por el año 92; y decidimos llevar tres discursos, por si sí, por si no o por si pudiera ocurrir. Ocurrió algo que no teníamos previsto. Nuestro análisis de la situación fue "hemos ganado las elecciones y PSOE e IU se iban a unir"; podían darse las circunstancias de que nos dejaran. Yo leí el discurso de que no me dejan gobernar, clamando contra la injusticia. Se daba una particularidad y es que IU prometió en campaña que no votaría jamás al PSOE en la elección. Fue el lema de "honestidad total" el que después se reflejó en una de las papeletas, declarada nula y por la cual yo, como marca la ley, salí elegido alcalde.

De hecho hablé con el candidato de IU, Julio Bernardo, y le pregunté que si iban a pactar con el PSOE y me dijo que sí. Nos dirigimos al salón plenario y nos sentamos. Después íbamos a comer juntos y cuál fue nuestra sorpresa. Fue una sesión bastante extraña, de las más extrañas que han sucedido en Granada en mucho tiempo donde los dos concejales de IU cumplieron su palabra de no apoyar a un candidato del PSOE, rompiendo la disciplina de voto. Se provocó un tumulto importante y sobre todo por la cara que se nos quedó, tanto a mí, que me dieron el bastón, como a mis compañeros que no sabían si levantarse, reír o llorar. Fue un cúmulo de circunstancias bastante interesantes y lo cierto es que fue un salto para decir "a jugar". Lo mismo que cuanto te convocan en un partido de fútbol. Esa fue la sensación. No he parado desde entonces. A las 17.00 horas casé, tenía una boda. A las 20.00 horas tenía una inauguración. A las 08.00 Javier Arenas me esperaba en Sevilla para felicitarme. Allí tuvimos un acto, me volví. Luego tenía una comida aquí, por la noche tuve otro acto y desde entonces no he parado (risas). Cuando ganas unas elecciones tienes 15 días, te replanteas las cosas, te asientas y no dio tiempo. Esto fue sobre la marcha. El alcalde saliente recogió sus cosas estando yo aquí. Fue una situación compleja e ilusionante. La verdad es que han sido años complicados, duros y difíciles, pero eso se quedará siempre en el recuerdo la sensación de ese día, lo vivido y lo que allí vivimos tantos compañeros.

P.- Ha explicado antes el símil que le puso a su madre sobre si hubiera querido ser torero lo hubiera tenido que dejar por vocación, ¿cuántas cornadas ha recibido y cuántas puertas grandes ha abierto en este tiempo como alcalde?

R.- Creo que los políticos como a las personas en sí nos quedamos con las cosas buenas y eliminamos las cosas malas. Cornadas uno tiene muchas, porque la vida al final tiene esos sinsabores. Pero como tengo ese carácter positivista del que hago gala y me enorgullezco bastante me hace recordar solo las cosas buenas. Las malas las veo e incluso soy de los que opina que no soy nada rencoroso. Mi mujer dice que no es bueno porque no me acuerdo de muchas cosas, pero sí elimino lo malo de por sí. Ha habido momentos desagradables, situaciones como el primer presupuesto que nos echaron para atrás y tuvimos que prorrogarlo y fue un año complicado, pero también he tenido buenas historias como por ejemplo el acabar el Centro Deportivo Urbano que hemos acabado después de muchísimos problemas. El poder ayudar a tantísima gente que hemos ayudado en todo este tiempo a conseguir trabajo, conseguir circunstancias personales extremas. Cornadas tengo y esto al final se refleja en su propio cuerpo, pero me quedo con los buenos momentos que son personas a las que he podido ayudar. Gente con la que he podido compartir, aprender y trabajar y espero que los ciudadanos estimen oportuno de que siga.

P.- En 2015 acaba el mandato, ¿qué proyecto se va a quedar a las puertas de poder culminar y hubiera necesitado algunos meses más?

R.- Ahí tenemos un proyecto importante como intentar haber desarrollado una zona comercial en frente del Chaparral. Es una zona que viene reflejada dentro del Potaug de la provincia para poder desarrollar zonas comerciales e industriales y hemos estado a punto en dos ocasiones de poder cerrar ese acuerdo. Por circunstancias se nos quedó en el tintero, ha sido uno de mis anhelos. Hubiera impulsado mucho la economía alboloteña. Son de gente del Chaparral y también les hubiéramos ayudado bastante y hubiéramos puesto en marcha negocios que hubieran generado riqueza y empleo que hubieran ayudado a que Albolote tuviera una situación mucho mejor. Se queda ahí pero no significa que no se vayan a poder hacerse. No me da tiempo a poder finalizarlo antes de las elecciones y es una de las cosas que me gustará llevar para volver a intentarlo con la situación económica que está mejorando día a día. Ahí se pueden desarrollar zonas comerciales que ayuden a dinamizar la economía alboloteña.

P.- Hay un proyecto que no sale, ¿qué pasa con el colegio de El Chaparral?

R.- Es complicado poder contarlo de forma corta. Tenemos un problema estructural desde hace tiempo. Se construyó en el año 1956 cuando se creó el núcleo de colonización de El Chaparral. Ha sufrido muy pocos cambios estructurales, sí de mantenimiento porque el deterioro ha sido constante y continuo. Se preparó con un tema de enseñanza en el año 1956 que no está preparado para lo que hoy requiere. Luchamos por intentar, hace tiempo, cambiar la idea de la Junta sobre este asunto. Nos centramos en este instituto de Albolote y en el Colegio de El Chaparral. La plataforma de los padres nos exigió que teníamos que hacer algo para solucionar el problema. Nos pusimos manos a la obra. Nos sentamos con ellos y trabajamos para poder tener una expectativa donde poder poner ese colegio poder. Conseguimos encontrar un terreno para poder ubicarlo, con más de 14.000 metros que cumplía los mínimos exigidos por la Junta de Andalucía, que pide 8.500 para desarrollar un colegio de la línea que ellos quieren instalar. Y la sorpresa han sido todas las vueltas que nos da la Junta de Andalucía y Educación durante este tiempo.

En febrero de este año el Ayuntamiento cedió los terrenos para poder construirlo y desde entonces venimos trabajando con la Junta para solucionar los problemas y aportar soluciones. Hemos urbanizado la calle de la entrada del terreno, que ya está prácticamente terminada. Espero que la semana que viene quede terminada por completo la urbanización de la calle tal y como nos lo pedían, pero conforme te piden una cosa te piden otra y así sucesivamente y se va demorando. Los padres exigen soluciones ya. Nosotros (PP), en el Parlamento de Andalucía, nuestra portavoz ha presentado una enmienda para que se construya el instituto y el colegio en Albolote. Una enmienda a los presupuestos porque no se provincializan los presupuestos y no sabemos qué partidas van destinadas. Hemos pedido por escrito en una enmienda que se construya el colegio en el Chaparral y el instituto en Albolote. Son muy necesarios. No puede ser que un colegio como el del Chaparral albergue a 350 alumnos o un instituto como el de Albolote que está preparado para 600 tenga a 900 personas. Con lo cual distorsiona mucho la calidad de la enseñanza y gracias a los magníficos profesores que tienen estos dos centros se está haciendo y cumpliendo con los estándares de calidad que tiene que tener la enseñanza, pero no porque los medios físicos sean los más apropiados y los más correctos.

Espero que la Junta se comprometa de una vez por todas y en el presupuesto refleje que quiere que se construya ese colegio en El Chaparral, vamos a hacer todo lo que nos pidan para poder solucionar los problemas de índole ya menor, porque el terreno existe. Hemos hecho informe topográfico y geológico para demostrar que ahí se puede construir, nos han achacado que era un terreno que se podía inundar y hemos demostrado que existen informes de la propia Confederación y de la Junta donde se dice lo contrario. Estamos en buen camino y espero que la Junta se avenga a razones y podamos hacer un colegio como se merecen los ciudadanos de Albolote. Es necesario para completar la educación de sus hijos como cualquier pueblo del Área Metropolitana.

P.- Este 'overbooking' en los dos centros, ¿puede dar a entender que Albolote ha crecido por encima de sus posibilidades?

R.- Quizás los desarrollos urbanísticos que han tenido los municipios han hecho que es más rápido construir las residencias que los servicios que van adheridos a ellas. Siempre, en todos los municipios, ha sido uno de los errores de los que hay que aprender. Colegios, institutos, áreas deportivas, parques... No se ha crecido demasiado desmesurado porque el PGOU se aprobó en 2010, ya metidos en la crisis, con lo cual provocó que no hubiera un boom excesivo de construcción. Pero el problema sí es endémico desde hace mucho tiempo y es que no se actualizaron ni los colegios ni se previeron cuáles eran las políticas en materias de infraestructuras como colegios o servicios deportivos. No se planificó. Cuando lo pusimos en marcha ya era tarde a la hora de construir, la crisis se había llevado por delante a muchas empresas de construcción que iban a desarrollar proyectos de calado en Albolote.

Creemos que estamos bien situados en esta recuperación. Somos un municipio próspero, que genera riqueza y empleo, que está a la vanguardia en muchas razones y cosas para poder afrontar el futuro con mucho optimismo porque sabemos perfectamente que vamos a estar los primeros cuando esto empiece a evolucionar. Fíjese que en Albolote no hay una sola vivienda nueva para poder vender. Hay de segunda mano o de segundo uso, pero ni una sola nueva. Cuando se quiera construir es bueno que remarquemos que Albolote está muy preparado para ser el primero en salir de esta crisis.

P.- ¿Hay espacio para más viviendas?

R.- Sí hay. El PGOU contempla terrenos en varias zonas. Hay zonas que estaban preparadas en su momento pero que la crisis paralizó todos los proyectos.

P.- ¿La meta es llegar algún día a ser ciudad?

R.- Estamos en esa frontera. Somos un pueblo, pero una ciudad. Seguimos teniendo el carácter de pueblo que no tenemos que perder. Con nuestras tradiciones, con esa idiosincrasia de gente que recibe bien al visitante, que atiende perfectamente a la persona que viene de fuera, que hace cómodo el vivir en un sitio como este que tiene identidad propia. Luego tenemos cosas buenas de la ciudad como es ese anonimato o servicios que atestiguan que es una gran ciudad, pero quiero que siga siendo un pueblo.

'Albolut' significa paraje de las encinas. Era la última aldea que quedaba antes de llegar a Granada donde había una fortificación que es el torreón, nuestro buque insignia, nuestra promoción de Albolote que era el último punto de defensa que había antes de la Alhambra, con lo cual fíjese de dónde viene. Dice la leyenda que la iglesia está edificada sobre una vieja mezquita lo que denota la importancia de este municipio en su momento a la hora de abastecer a la fortaleza de la Alhambra. Es un pueblo que tiene tradiciones ricas y sobre todo tiene un carácter bueno para seguir afrontando el futuro con optimismo como pueblo, pero también espero que sea una gran ciudad. Así vamos a luchar durante mucho tiempo para poder seguir teniendo proyectos que generen riqueza y empleo y conseguir que se convierta en el mejor sitio para poder vivir en el Área Metropolitana.

El alcalde de Albolote, Pablo García, en un momento de la entrevista. Foto: Alberto Franco

El alcalde de Albolote, Pablo García, en un momento de la entrevista. Foto: Alberto Franco

P.- Usted pasa algunos días en Albolote y otros en Madrid, ¿qué cosas se llevaba de un sitio a otro para poder vivir?

R.- Yo me llevaría a Madrid la calidad de vida que tenemos en Albolote y me traería de Madrid la visión emprendedora que tiene la ciudad en sí. Veo Madrid con cierta envidia sana y sí pensando en que ojalá mucha gente en Andalucía pensara como piensan en Madrid, porque creo que ese carácter emprendedor es el que necesitamos para salir adelante. Lo tienen ellos allí y eso hace que sea una ciudad rica, cosmopolita y que atraiga mucho. Ahora, como se vive en Albolote o en Granada no lo vamos a hacer en ningún otro sitio. En Albolote y nuestra provincia es tan rica en tantas cosas. Tener Sierra Nevada y estar en un rato en la Costa Tropical, con pescaíto. Tener esa Costa Tropical, con nuestra fruta tropical de chirimoyas y de tantos frutos que no solo se producen en nuestra tierra. O ese cordero segureño del Norte, los espárragos del Poniente. Tenemos tantísimos productos que hacen de nuestra provincia uno de los mejores rincones para poder vivir y luego esa calidad de vida que tenemos, que es envidiable. Me traería a Granada un carácter más decidido y emprendedor para tirar hacia adelante y no ese conformismo al que el PSOE nos ha hecho acostumbrarnos. No podemos tener una sociedad dormida, sino que luche por su futuro y ahí los políticos tenemos que poner de nuestra parte.

P.- ¿Reconforta ser diputado en Madrid teniendo tareas pendientes en Albolote?

R.- Lo cierto es que es un sin vivir constante y continuo. Ser alcalde hace que no te puedas quitar el traje nunca. Eres alcalde las 24 horas del día estés donde estés. Muchas veces en mi despacho en Madrid atiendo muchas cosas del Ayuntamiento, pero también atiendo mis labores de diputado. Me reconforta ser diputado porque si hay algo que sale bien merece la pena. El haber ayudado a algunas personas que lo estaban pasando mal. Es duro y es complicado en muchas ocasiones. Soy feliz haciendo lo que hago y ello me ayuda a llevar bien los sinsabores.

P.- Ganaron las elecciones en 2007 con siete concejales, a dos de la mayoría absoluta; en 2011 se quedaron a cinco votos de ella, ¿es este el techo político del PP en Albolote?

R.- Las circunstancias han cambiado. Creo que las siguientes elecciones habrá un juego mucho mayor, el reparto mayor, más partidos políticos no solo en Albolote sino en muchas localidades. Hoy, de quien habla de que los políticos estamos en crisis me río. Ahora es cuando más gente se está implicando en proyectos políticos y cuando más partidos están saliendo. Estamos viviendo una etapa de regeneración muy interesante. El techo del PP está por llegar. Creo que desde 1999 que Salustiano Ureña y yo tomamos las riendas de este partido en Albolote no hemos parado de crecer en todas las elecciones de lo que fuera, locales, autonómicas, europeas, nacionales... hasta convertirnos hoy en el partido más votado en las elecciones. Creo que el partido no ha llegado todavía a su techo. La oscilaciones que podamos tener en las siguientes habrá que verlo y habrá que ver cómo se juega el siguiente partido. Creo que nos va a ir bien. Estamos preparados para poder mantener el gobierno. Vamos a ganar las elecciones, vamos a seguir gobernando y seguir luchando estos 7 u 8 meses para convencer a los indecisos. Las elecciones se ganan durante los cuatro años. Creo que las elecciones se ganan durante cuatro años y la presencia activa de todos nosotros estará presente, pero nuestro registro y nuestro éxito es haberlo hecho bien o intentarlo durante estos cuatro años, creo que es lo que los ciudadanos exigen.

P.- Se suele decir que los pactos se rompen antes de unas elecciones, ¿cree que se romperá el que tiene con el PA?

R.- Aquí no. No ocurrió en 2007 no creo que ocurra ahora. Por lo menos por nuestra parte no va a ocurrir, nunca sabe lo que puede hacer el otro partido. No creo que sea necesario el tener que romper ese pacto de Gobierno que hasta ahora ha sido muy positivo para darle estabilidad al Gobierno de la localidad. Espero que siga así. El pacto goza de muy buena salud aunque tengamos divergencias. Las relaciones personales son fantásticas e intentamos coordinar lo máximo posible para sacar los proyectos que hemos hecho. Si se volvieran a dar las mismas circunstancias es probable que repitiéramos.

P.- ¿Aunque a veces se alce la mano para abstenerse en algún pleno que no se debe?

R.- (Sonrisa) Bueno, es que algunas ocasiones es difícil explicar ciertos comportamientos. Pero la grandeza de nuestro pacto va más allá de hechos puntuales de un momento determinado. Intento analizar las cosas con frialdad. Pongo en una balanza lo bueno y aparco lo malo, como esto que en un momento determinado que nos podemos enfadar todos. Luego con la cabeza fría las cosas se ven de otra forma. Estamos haciendo un buen trabajo, el equipo de Gobierno está haciendo un buen trabajo por nuestro pueblo y vamos a luchar por seguir trabajando el tiempo que nos digan.

P.- ¿Dónde está su techo político?

R.- Está colmado ya. Mi mayor deseo que tenía en mi vida era ser alcalde de mi localidad y uno de mis mayores anhelos era estar en la catedral de la política que es el Congreso de los Diputados. He colmado mis objetivos personales. Estoy abierto a cualquier circunstancia. Lo he cubierto afortunadamente muy joven pero también con mucha responsabilidad que es lo que quiero, por eso me voy a presentar de nuevo en las próximas elecciones. Así lo han decidido mis compañeros y yo quiero seguir optando a esa reelección si así los ciudadanos lo deciden seguiré y si no, pues la vida es así, los políticos estamos de paso y es algo que tenemos que tener claro desde siempre, desde que entramos hasta que salimos. He tenido claro que nosotros estamos aquí el tiempo que los ciudadanos deciden y que nos iremos y no pasará nada. Es sano cuando llegan ciertos momentos abrir las ventanas y que entre aire nuevo y fresco.

P.- Por su papel en el Congreso, ¿le ha hablado alguna vez a Rajoy de Albolote?

R.- Sí, y sobre todo a los ministros, porque he peleado muchas cosas por mi pueblo como la Segunda Circunvalación y también un tema que tenemos de Correos que lo he peleado con la ministra de Fomento. El tener relación con los ministros te hace que puedas intentar en un momento determinado sacar cosas factibles para Albolote y para la provincia de Granada. Una de las cosas que he peleado mucho ha sido con los chiringuitos de Granada, porque la Ley de Costas les perjudicaba y me ayudó hablar con el ministro y luego trasladarlo con los secretarios de estado y los directores generales qué podía hacer. Por ejemplo impulsar la chirimoya. Me regalaron unos empresarios de la Costa 300 cajas de chirimoya que distribuí por todo el congreso. Tengo fotos con muchos cargos del Gobierno dándoles la caja de chirimoya que quería que conocieran un producto que ven pero que no habían probado. Le entregué ese presente y reconforta tener esa singularidad, al ser la única provincia de toda España que tiene esa fruta. Hace que se sienta uno orgulloso por ser granaíno cien por ciento.

De lo que más orgulloso me siento es haber podido ayudar a una persona como diputado. Se trata de una chica que estaba en Venezuela y estaba en una situación de deplorable en lo que puede estar en una cárcel en Sudamérica, por unos problemas bastante gordos. Vino la familia, que es de Albolote, y yo intercedí por ella y hablé con nuestro ministro de Asuntos Exteriores, con el embajador en Venezuela, intercedí por ella y nos la hemos podido traer y hoy está en la cárcel de Albolote cumpliendo parte de su condena. Ha cambiado su vida y le ha dado una perspectiva de vida totalmente distinta. Hoy he podido lograr que sea una ciudadana más normal en España cumpliendo su pena de la cual se arrepiente profundamente, pero con la seguridad jurídica y penal que existe en nuestro país. Se encuentra como en el paraíso. Son de esas cosas que dices, merece la pena este trabajo. Poder reconducir su situación. Es de las cosas más reconfortantes de esta etapa. Si no llego a ser diputado quizás no hubiera ocurrido.

P.- Y a Felipe VI, ¿le ha hablado de Albolote?

R.- No he tenido tiempo todavía, pero no descarto que lo haga. Fue un día muy importante ese día. El estar presente primero en la votación de la abdicación del Rey Juan Carlos I y, por ende, desencadenar el proceso de sucesión. Fue un motivo de orgullo y satisfacción (sonrisa), como diría el Rey en sus discursos navideños, porque me siento con un carácter muy monárquico. Lo soy y lo siento. Ha aportado cosas muy buenas a España. Ha aportado estabilidad que no existe en otros lugares, aunque también se han producido algunos desmanes en este periodo con los que soy muy crítico con este periodo. Yo a Felipe VI lo veo muy cercano y creo que revalorizará los valores de la Monarquía. Es una de las instituciones más valoradas por los ciudadanos. Creo que harán un gran trabajo por nuestro país. Creo que vienen tiempos de prosperidad.

P.- No le ha llegado el cuadro de Felipe.

R.- (risas) Todavía no. Tengo el cuadro de Juan Carlos y Sofía, esto viene de protocolo y aún no ha llegado.

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