Menos contaminación, ¿menos impuestos?
Una empresa de Albolote desarrolla un aislamiento de la envolvente mediante materiales bio, aunque se queja de que esto no es premiado por la administración
La cubierta de las instalaciones de la empresa. Foto: AGR
Una empresa de Albolote, ubicada en el Polígono Juncaril, ha desarrollado la instalación de un aislamiento de la envolvente mediante materiales bio, la implantación de sistemas de climatización eficientes, recuperación de aguas pluviales y otros elementos que ayudan a cuidar el medio ambiente.
Se trata de BPS Gruop y sus empresas integradas, Bonterra Ibérica y Paisajes del Sur, que dan un uso "racional" a la energía llevando a cabo una de las principales apuestas como fue la rehabilitación que llevaron a cabo en su nave, convirtiéndose en la primera industrial rehabilitada como ecoeficiente en Andalucía y posiblemente del país, ha informado en un comunicado.
Estos trabajos se concentraron en la naturación de cubiertas y jardines verticales, como demostración de que hay una forma diferente de hacer las cosas desde el punto de vista del desarrollo de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Además, empresas del sector de la construcción de Perú han mostrado interés por replicar en este país Sudamericano el modelo del edificio sostenible que nosotros hemos desarrollado.
Estas medidas están tomando importancia por su funcionalidad sostenible y el respeto al medio ambiente, ya que, entre otras cosas, estos jardines verticales son capaces de generar oxígeno, filtrar gases nocivos para la salud y atrapar el polvo, reduciendo el riesgo de alergias, sino que además, "aportan belleza al entorno" en el que se ubican los edificios que apuestan por ellas.
Sin embargo, los esfuerzos "no tienen una respuesta desde la Administración" que favorezca "decididamente" a este tipo de actuaciones. Muestra de ello es que el edificio "aún no ha recibido ningún tipo de ayuda oficial y pese a estar clasificado energéticamente como de categoría A no tiene ningún tipo de beneficio: sigue pagando los mismos impuestos y gravámenes que las empresas vecinas, con edificios convencionales de categoría D". La empresa lamenta esto porque "así no se incentiva la construcción sostenible".
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