jueves 28 marzo
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"No quería fallar al granadinismo"

Fabri González, uno de los artífices del retorno a Segunda División del que ahora se cumplen diez años, admite que su mayor preocupación era cumplir con lo que le pedían en la calle

Fabri González, junto a Lucas Alcaraz, el día en que se inauguró la puerta de los entrenadores. Foto: Álex Cámara

Han pasado diez años y parece que fue ayer, aunque el tiempo pasa con cierta rapidez. Fabri González, el artífice del ascenso del Granada CF a Segunda División y a Primera hace ahora diez años recuerda aquellos días antes del histórico 23 de mayo con cariño y con un sentimiento muy marcado: "No quería fallar al granadinismo".

Así lo ha asegurado el gallego en una entrevista emitida por el Granada CF, en la que reconoce que hay "mucha gente" que le ha llamado durante estos días y que Granada siempre estará presente en él, pese a que hayan pasado diez años pues se vivieron "situaciones muy bonitas para todos, con mucha felicidad".

Entonces, ha admitido que la llamada de Quique Pina y Juan Carlos Cordero después de la derrota del Granada CF ante el Marbella, que supuso la destitución de Tomé; le sorprendió porque "el equipo estaba entre los cuatro primeros", si bien considera que la solución era "acertada para todos" porque "salió bien".

"Al equipo le faltaba competir lejos de casa, en Los Cármenes sí que lo hacía. Con vistas a un play off me comentaban que no tenía la personalidad que debía tener pese a estar arriba", recuerda el entrenador de Lugo.

Así, cuando se puso el 'mono de trabajo' se dedicó a buscar la competitividad de una "gran plantilla", que tenía "muy buenos futbolistas" y "todo a favor" para poder intentar el ascenso: "La ciudad estaba volcada con el equipo, la prensa, la plantilla y todos teníamos la ilusión de intentarlo".

Fabri recuerda que la única derrota sufrida por su equipo en los partidos que dirigió aquel año solo fue la de Alcorcón, que califica de "bendita", con un grupo "extraordinario" en el que "todo el mundo remaba en la misma dirección", lo que "siempre hace más sencilla" la labor de un entrenador.

El gallego señala que Granada no le debe nada a raíz de aquél ascenso en tierras madrileñas y el siguiente en Elche, pues le pagó "con mucho cariño" y él lo único que pretendió cuando llegó y recibió toda esa admiración por la calle era "no fallarle" al granadinismo.

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