Ocho pueblos metropolitanos no abrirán sus piscinas por motivos sanitarios
Se trata de los consistorios de Pulianas, Güevéjar, Albolote, Peligros, Pinos Puente, Maracena, Alhendín y Valderrubio, que se suman a un documento firmado por otros 21 ayuntamientos
Ocho ayuntamientos del Área Metropolitana de Granada han acordado junto a otros 21 de la provincia no reabrir sus piscinas municipales dentro del proceso de desescalada por la crisis sanitaria del coronavirus anteponiendo los intereses sanitarios a cualquier otra decisión.
Se trata de los consistorios de Pulianas, Güevéjar, Albolote, Peligros, Pinos Puente, Maracena, Alhendín y Valderrubio, quienes secundan este documento al que ha tenido acceso ahoraGranada junto a los municipios de Escúzar, Purullena, Gor, Íllora, Padul, Torvizcón, Almegíjar, Albondón, Valor, Arenas del Rey, La Malahá, Juviles Motril, Alpujarra de la Sierra, Nevada, Algarinejo, La Peza, Freila, Gobernador y Cádiar.
Esta medida se toma "tras un estudio responsable" de las condiciones higiénico sanitarias a cumplir para la reapertura al público de estos espacios y "anteponiendo por encima de cualquier otra cosa la salud" de los vecinos.
Estos espacios se convierten en "potenciales focos de contagio", debiéndose extremar en ellas las medidas de higiene y seguridad, al tratarse de espacios "populares y concurridos" que se ofrecen durante los meses de verano, con encuentros de vecinos de todas las edades y visitantes de distintos lugares.
La exigencia del distanciamiento social impuesta, tanto en zona de baño y descanso, "no solo comporta una importante disminución del aforo, sino, además, la prohibición de toda actividad recreativa en ambas zonas", así como la exigencia de que los niños menores de 14 años permanezcan dentro del espacio ocupado por la unidad familiar.
"Duras" condiciones
Estas "duras" condiciones, a la vez que necesarias, resultan "esencialmente incompatibles" con la naturaleza del propio servicio, dado que las piscinas recreativas, si por algo se caracterizan, es "por su ambiente de juego, relajación y convivencia, haciendo técnicamente muy difícil garantizar el cumplimiento de las mismas".
La adaptación a la nueva normalidad del servicio de piscina, añaden los ayuntamientos, no es problema económico, y como tal salvable," sino que va más allá, dado que supone la quiebra de la esencia del propio servicio, sin que ello, a pesar de tanto esfuerzo, ofrezca a nuestros vecinos las garantías sanitarias necesarias en estos momentos de gran incertidumbre".
"Hemos entendido que la opción más responsable pasa porque dichas instalaciones permanezcan cerradas durante este verano", añaden en la nota, al tiempo que desde la firme convicción de gobernar por "el bien común" de los pueblos una vez se supere la pandemia se puedan ofrecer "el mejor servicio público".
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