martes 19 marzo
ESPANYOL - GRANADA CF | LA CRÓNICA  |   |

Otro despropósito en la mochila

La debilidad atrás deja al Granada CF sin ninguna opción ante un Espanyol que ganó con la ley del mínimo esfuerzo · Los elegidos siguen sin dar la talla en la lucha por la permanencia

Ochoa se lamenta tras recibir el segundo gol del Espanyol. Foto: LOF

FICHA DEL PARTIDO
Espanyol: Diego López; Diego Reyes, Aarón Martín, David López, Marc Navarro, Jurado, Javi Fuego, Reyes (Salva Sevilla, 80'), Hernán Pérez (Marc Roca, 74'), Piatti y Gerard.
Granada CF: Ochoa; Foulquier, Ingason, Lombán, Tabanou (Gabriel Silva, 46'); Samper, Krhin (Bueno, 76'), Pereira, Aly Mallé, Boga (Ponce, 46'); y Kravets.
Árbitro: Clos Gómez. Amonestó a los visitantes Ingason y Foulquier.
Goles: 1-0, Reyes (11'). 1-1, Pereira (22'). 2-1, Piatti (32'). 3-1, Marc Navarro (48')
Incidencias: Encuentro disputado en Estadio de Cornellá ante 15.185 espectadores.

La debilidad defensiva que actualmente tiene y muestra el Granada CF sobre terreno de juego roza la grosería deportiva. El equipo granadinista no solo ya no da muestras de poder salir del pozo, sino que avanza a pasos agigantados hacia un descenso que al final de la primera muestra es más palpable que ninguna otra temporada.

Ante el Espanyol se pueden buscar argumentos suficientes para no creer en las opciones de permanencia. El principal, el 'flan' en el que está convertida la zaga cada vez que el rival llegaba a portería. De hecho, los que Quique Sánchez flores se llevaron el partido con la ley del mínimo esfuerzo. Las llegadas con peligro se pueden contar con los dedos de una mano, de los que tres de ellas fueron goles.

Los once elegidos por el técnico granadinista no dieron muestras si quiera de tener sangre suficiente para luchar en busca de la permanencia. Puede o no dudarse de que se pueda encontrar esa garra; pero lo que es innegable es que ante los catalanes solo hubo que la tuvo: Aly Mallé.

La sangre de un chaval de 18 años dio mil vueltas a la del resto del equipo. Viciado en sus errores. Sus desgracias. Su incapacidad de reaccionar. Contagiado de una angustia que golpea semana tras semana dentro y fuera del vestuario. Y lo que es peor, que no permite ver un solo hilo de optimismo por muchos 19 partidos que queden.

El futbolista del filial fue la mejor nota de un partido en el que actuó en la banda derecha. De hecho probó suerte desde lejos a Diego López y trató de llegar al área rival cuando recibió la falta que posteriormente posibilitaría el empate de Pereira.

Once minutos antes de que el brasileño tuviera que tirar de maña para conseguir el 1-1 que daba cierta tranquilidad a los de Alcaraz, Tabanou dio la razón a los que consideran que no tiene sitio en este equipo. El francés erró en el despeje de un balón colgado al área que aprovechó en el vértice Reyes. El sevillano tiró de veteranía para intimidad y colocarla al fondo de la red de tiro cruzado, mientras el lateral izquierdo se apartaba de forma más que extraña.

Cuando las tablas volvieron al marcador la reacción de los rojiblancos solo fue un espejismo. Daba la sensación de que los blanquiazules podían volver a ponerse por delante cuando y como quisieran. Y así ocurrió casi. Boga perdió un balón en su banda en una jugada de contraataque. El Espanyol desplegó su juego hasta que el balón llegó a las botas de Jurado, que vio muy bien desmarcado, absolutamente libre de toda marca; a Piatti. Al delantero espanyolista dio un giro sobre sí mismo y la puso rasa a la izquierda de Ochoa para hacer el segundo.

De ahí al final todo fue un despropósito para los intereses granadinistas, que vieron cómo apenas se acercaron a la portería de Diego López y cómo cada vez que intentaban llegar a la portería rival se topaban o con una falta bien trazada de los locales o el desacierto por norma general.

Boga, al banquillo

Por si la situación ya no era lo suficientemente complicada, uno de los mejores -poco, pero mejores- de la primera parte en el Granada CF se tuvo que quedar en el banquillo al regreso de vestuarios. Boga fue sustituido por una sobrecarga en los isquiotibiales. A ello hay que añadir el movimiento obligado de Alcaraz, que dejó en el vestuario a Tabanou para dar cabida a Gabriel Silva.

Pero el lateral no mejoró de entrada al francés y fue por su banda por la que Marc Navarro entró para en el vértice del área enganchar un fuerte disparo y conseguir así el tercer tanto que acababa con toda opción granadinista.

Ahí solo quedó creer en que la garra saldría de alguno de los elegidos, pero solo los intentos baldíos de Pereira, Samper y Mallé dieron muestras de mejoría. Ello y que el Espanyol definitivamente desconectó del partido. Intuía que el peligro del rival no iba a llegar pese a que quedaban 30 minutos por delante.

La entrada de Alberto Bueno por Krhin a falta de 14 minutos no mejoró nada arriba. Algunos saques de esquina más y alguna intervención de Diego López mejoraron algo el rendimiento, pero no el sabor amargo de la derrota.

Mucho tendrá que cambiar la segunda vuelta del Granada CF, principalmente en el aspecto individual. Dijo Alcaraz en la rueda de prensa previa al partido que los jugadores debían dar mejores muestras de que lo que se hace en los entrenamientos también es factible hacerlo en el campo. Pasar de las palabras y las intenciones a los hechos. Por ahora, la dosis de realismo es dura, tanto como para pensar que la salvación está más lejos. La mochila para subir la montaña cada vez pesa más.

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