Para PRAO la LAC "da la espalda a la ciudadanía"
La agrupación granadina del Partido Regionalista por Andalucía Oriental pide al Ayuntamiento que tenga en cuenta la opinión de los usuarios y trabajadores
La LAC, a su paso por la Caleta. Foto: Álex Cámara.
Desde la agrupación granadina del Partido Regionalista por Andalucía Oriental solicitan al Ayuntamiento de Granada que tenga en cuenta la opinión de los usuarios y trabajadores de la nueva Línea de Alta Capacidad (LAC), la cual está generando cierto malestar entre la sociedad granadina.
Una de las quejas de la ciudadanía es que únicamente la parada de la Cruz del Sur es un verdadero intercambiador, en el cual confluyen la LAC, los autobuses metropolitanos, los urbanos y el futuro metro; el resto de los mal llamados intercambiadores y paradas no coinciden en el mismo punto con el resto de medios de transporte, obligando al usuario a tener que recorrer centenares de metros.
El tema de los trasbordos también es muy polémico: con el anterior sistema, frecuentemente se podía llegar a un mismo destino con un solo autobús; ahora hay que emplear hasta tres, haciendo perder tiempo a los usuarios. En consecuencia, "la LAC puede resultar algo más cómoda para aquellos que vivan en el centro de la ciudad, pero perjudica a aquellos que residen en barrios más lejanos".
"Por si no fuera suficiente, la LAC ha empezado a afectar a servicios que nada tienen que ver con ella. Es el caso del servicio de bomberos del Parque Sur de Granada, que protestó el pasado 24 de julio por la colocación de una nueva parada de autobús obstaculizando una de sus salidas. Todos estos motivos nos inclinan a discrepar con el Ayuntamiento de Granada en que la solución a los problemas de tráfico sea implantar la LAC", afirman desde PRAO.
Debido a esta situación, "que se agravará en otoño con el inicio del curso universitario", desde la agrupación granadina del PRAO exigen al Ayuntamiento que escuche los numerosos problemas que los ciudadanos sufren por la LAC y que, como solución a medio y largo plazo, circule bajo el centro de Granada un verdadero metro, el cual impediría que esta zona quedara incomunicada ante los frecuentes cortes de la Gran Vía y Reyes Católicos.
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