Plenitud en la diversidad
Las cinco hermandades del Lunes Santo conquistan la calle en una jornada marcada por el retraso acumulado de 45 minutos en Carrera Oficial

El Lunes Santo de Granada ofreció una segunda jornada de pasión en la diversidad, donde las cofradías conquistaron las calles con algo menos de público que el domingo y lo hicieron ofreciendo una amplia gama de formas de entender la Semana Santa granadina.
Cinco hermandades, de sus barrios y con su carácter claramente marcado, fueron protagonistas de una jornada en la que gran parte del protagonismo se la llevó Trabajo y Luz, el sentir de un barrio que respira cofrade cada Lunes Santo y este conquistó Granada con su amplio cortejo.

A la espera de conocer las cifras oficiales, la amplitud de la presencia de hermanos en filas podría rondar el millar para un día en el que el sol quiso alumbrar como nunca la salida de sus titulares desde la calle Polinario, donde tanto en la ida como en el regreso el espacio fue minúsculo ante la densidad de devotos y fieles, a sus titulares y a la hermandad, quisieron estar presentes.
Los zaidineros supieron dar más calor aún a la hermandad, que dejó momentos inolvidables como el reencuentro con la Patrona de Granada en la Carrera, vislumbrando además el esplendor que tendrá paso de misterio cuando esté completamente concluido.

No obstante la primera hermandad del segundo día en pasar por Carrera Oficial fue un año más El Huerto, que desde la calle Santiago fue la segunda en ponerse en la calle para 'bañar' de Amargura a un barrio entero, conquistado por esos regresos interminables en el que incluso los costaleros de Dionisio Martínez.
Han pasado ya tres cuartos de siglo desde que se incorporara la imagen titular a la corporación nazarena, que relució en su discurrir por las calles aunque hay quien se sigue preguntando si este es el horario más idóneo para poder disfrutar de la cofradía en todo su esplendor, cambios que a buen seguro se debatirán el próximo año.

Retraso de 45 minutos
Y es que el Lunes Santo acumuló un retraso de hasta 45 minutos sobre todo en las hermandades que iban detrás de Trabajo y Luz. Aunque la Federación no ha dado una explicación oficial sobre el por qué, solo hay que ver la amplitud del cortejo zaidinero para intuirlo.
La primera cofradía en 'sufrir' esta demora fue Los Dolores, quien llegó impregnando de lo clásico al Centro de la ciudad, teniendo que aguardar en San Matías donde un rato para disfrutar de chicotás a las órdenes Antonio Rodríguez y Antonio Rodríguez Almendros.
Con la Alhambra como testigo, un día más, la hermandad se puso en la calle para teñir de blanco el Darro y ofrecer una de esas estampas clásicas de la pasión granadina que mantiene la tradición cofrade de la ciudad a raja tabla.

'Última vez' del actual Rescate
Hay quien dice que la restauración de un paso debe acometerse solo cuando este se encuentra verdaderamente dañado, sin embargo lo cierto es que la conservación de las imágenes no es trabajo de décadas acumuladas de desgaste.
Es por ello que este año se ha podido ver en las calles por última vez a Nuestro Padre Jesús del Rescate de Diego de Mora antes de que sea restaurado mediante la subvención que concede la Junta de Andalucía, pese al buen estado de conservación.
Las salidas desde la Magdalena, si no lo eran ya, han arraigado más aún aquello de disfrutar en cada paso que se da para ponerse en la calle Gracia camino de un barrio que espera con fervor para reencontrarse con el Señor y el claro acierto de su agrupación musical.

Multitud en San Antón
Toda vez que cuatro de las cinco cofradías de la jornada se encontraban ya en la Carrera Oficial, punto de difícil acceso para quien no tiene palcos o no paga sillas, la multitud decidió que poco antes del anochecer el lugar idóneo para cerrar el Lunes Santo era la calle San Antón.
A rebosar en un espacio tan pequeño se recibió al Sagrado Protector de Granada, el primer crucificado de la pasión como es el Cristo de San Agustín, que recuperó la altura original en la cruz al incorporarse una nueva plancha de plata de ley realizada por Alberto Quirós.
Justo detrás de la solemnidad del paso llegó la imagen de la Virgen de la Consolación y Ángel Custodio, todo envuelto en un ambiente de recogimiento que hay quien no termina de entender. Las hermandades de silencio no necesitan ni piden aplausos y, mucho menos, el murmullo de quienes no pueden aguantar un rato sin hablar. Saber estar delante de una cofradía, sea esta u otra, sigue siendo asignatura pendiente en algunos puntos de la ciudad.
"Las hermandades de silencio no necesitan ni piden aplausos y, mucho menos, el murmullo de quienes no pueden aguantar un rato sin hablar. Saber estar delante de una cofradía, sea esta u otra, sigue siendo asignatura pendiente en algunos puntos de la ciudad."
¡¡Bravo!! A ver si se consigue de una vez...