Radiante e impecable
El Jueves Santo brilla con luz propia con la pasión en el Albaicín por sus hermandades · Salesianos da el toque necesario del Zaidín en una jornada mutltitudinaria en cada rincón cofrade
Imaginen por un momento que la Semana Santa de Granada se queda sin cualesquiera de los días de la pasión que tiene en la actualidad. Que las hermandades que existen en alguna de esas jornadas a suprimir se suprimieran de la ciudad. Nada sería lo mismo. Sin embargo, hay una jornada, un día y un lugar, que de quedar completamente borrados de los ocho días del fervor cofrade lo dejarían totalmente huérfano.
El Jueves Santo de Granada es a la Semana Santa un regalo caído del cielo, necesario de principio a fin, con sus cinco hermandades, y las distintas formas de ofrecer la pasión. Entre el barrio y el recogimiento.
Así ocurrió este jueves, en donde el sol estuvo de principio hasta que anocheció con las cinco cofradías de la jornada. Ofreció y permitió así disfrutar de una cita radiante y que terminó impecable, con sus recogidas de madrugada en el barrio morisco. Y todo ante una multitud deseosa de disfrutar de las hermandades granadinas. Las calles de Granada volvieron a quedarse casi pequeñas.
La Concha volvió a dejar imágenes únicas en su salida y en su regreso. Foto: Álex Cámara
Estampa única bajo la Alhambra
Ofrece así el quinto día de la pasión estampas únicas con la Alhambra como testigo de excepción a cuatro de las cinco hermandades que realizan su estación de penitencia. Entre las que probablemente más se recree ante el monumento nazarí sea la de la Concha, que desde el Monasterio abre una jornada que acaba casi doce horas después.
Las túnicas negras y el cordón franciscano singular de la cofradía albaicinera impregnaron de solemnidad pronto las calles de la parte baja del Albaicín, entre el recogimiento ante el semblante del 'Manuel' (Jesús del Amor y la Entrega) y el dolor de la Concha, dos imágenes que dejaron momentos inolvidables en la salida y el regreso en el callejón de Concepción de Zafra.
A todo hay que añadir el reencuentro un año más de La Concha con la Banda de San Sebastián de Padul, que ya cumplen un cuarto de siglo tras esta advocación mariana y sin los que no sería entendible el discurrir clásico de la cofradía.
La llegada de la Virgen de la Salud a la Carrera Oficial fue multitudinaria y grandiosa. Foto: Álex Cámara
Nueva saya para la virgen salesiana
Como siempre hay una excepción que confirma la regla, el Jueves Santo de Granada no iba a ser menos y así sucede cada año cuando llega este día de la pasión, con la puesta en la calle de la penúltima hermandad del Zaidín durante ocho días.
Ocurre con los Salesianos, que impregnan su discurrir de ese azul característico con su carácter y carisma salesiano, el mismo que ofrece su titular mariana, que este año estrenó de forma acertada la nueva saya diseñada por Álvaro Abril.
La cofradía llegó a la Carrera Oficial a lo grande, con sus andares guiados de forma acertada, incisiva y precisa por Francisco Abuín en el paso de Cristo, y José Luis Selfa de forma rigurosa en el paso de palio de la Virgen de la Salud. La noche se hizo salesiana en el Zaidín a altas horas de la madrugada.
San Miguel Bajo se quedó pequeño ante la salida de la Aurora. Foto: Álex Cámara
El mundo se detiene en San Miguel
Hay rincones en los que la Semana Santa tiene otro sabor. Otro significado. Otro semblante. En definitiva, hay otra Semana Santa que es la misma sin serlo en otros puntos de la ciudad. Y así sucede en la tarde de cada Jueves Santo en San Miguel Bajo, donde el mundo se detiene ante la salida de Jesús del Perdón y la Aurora, una de las titulares más veneradas de la pasión.
Y es normal que las manecillas de un reloj corran a otro ritmo cuando se habla de este enclave, que cuenta con una torre como testigo obligado para presenciar desde arriba lo que desde abajo es imperceptible: no cabe un alfiler. Desde la Cuesta de San Gregorio son numerosos los devotos, granadinos y turistas que aguardan pacientemente a la llegada del río blanco y rojo de nazarenos de la Aurora.
Pero el Jueves Santo es Aurora con su carácter popular y de barrio. Con los Grifos de San José, en donde se obra el milagro tanto de ida como de regreso. Y sobre todo con el buen hacer del que es, si no el que más, uno de los cortejos más numerosos de la Semana Santa de Granada. El fruto del trabajo bien hecho en el seno de la cofradía es palpable en la calle. Se hicieron interminables las chicotás de regreso hasta San Miguel, con una bulla de las que crean época. No es para menos.
El paso de Jesús de la pasión está cada vez más próximo a su conclusión. Foto: Álex Cámara
Dorada Pasión y Estrella
Aunque es el paso de Jesús de la Pasión el que se encuentra en pleno proceso de conclusión, en San Cristóbal alto llegó la Hermandad de la Estrella con su característico 'dorado' por las calles albaicineras, siendo la hermandad que más alta comienza la estación de penitencia.
Ello permite disfrutar de estampas únicas y de un suave discurrir que poco a poco la va acercando a lo que en este y otros barrios de la periferia conocen como 'llegar a Granada'. El acompañamiento musical de la agrupación decana de Granada da, además, un toque propio a esta cofradía en su llegada hasta la Carrera Oficial.
Como cada año, el milagro en esta hermandad se produce a la hora de atravesar el dintel apuntado, en una estrechez en la que sobre el papel sería impensable pensar que por ella tuvieran que salir o regresar no uno sino dos pasos de Semana Santa. Pero ahí está la capacidad más que demostrada de los hombres de Gerardo Martínez y Andrés García, para demostrar, una vez más, que todo es posible en Granada.
La noche se hizo Silencio al paso de la Misericordia. Foto: Álex Cámara
Misericordia en Catedral
En este año, designado por el Papa Francisco como el de la Misericordia, había un momento y una cita esperada por los creyentes. La del Jueves Santo ha sido este año una jornada especial, pues con la salida del Cristo de la Misericordia se produce un hecho insólito, y es que el paso se quedó este año en la Catedral para los cultos de estas últimas jornadas y regresar el Sábado Santo de día.
El discurrir del clásico paso de caoba, con el crucificado sobre una cruz de taracea, fue multitudinario en cada rincón por el que llegó hasta el templo metropolitano, respetando el silencio y el paso de la cofradía, que este año además ha estrenado capataz. Alberto Ortega ha debutado con nota en el Jueves Santo granadino.
Aunque parece que siempre es lo mismo, los Jueves Santo de Granada son diferentes entre sí, incluyendo al Silencio, que cada año es un silencio distinto que se rompe con el tambor ronco con el que llega el día clave de la pasión.
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