Rebelión contra los fantasmas
El Granada CF sacó la casta añorada durante 88 minutos para rescatar un punto in extremis que pudieron ser tres · La falta de intensidad en el arranque, la virtud más anhelada · Los errores defensivos poco tienen que ver con el cansancio
El empate cosechado por el Granada CF ante el Huesca en el Nuevo Estadio de Los Cármenes in extremis sirvió a los rojiblancos para frenar en seco la sangría de derrotas y volver a puntuar después de tres partidos sin hacerlo en Liga.
El choque mantuvo la línea de los últimos partidos de los granadinos, si bien la rebelión de los últimos minutos posibilitó creer en obtener un resultado aceptable después de lo visto sobre el césped. Disipar los fantasmas era un objetivo primordial antes incluso que salir airoso del choque.
Falta de intensidad
Uno de los diagnósticos que se puede hacer en el partido de este domingo, como en los últimos choques, es ver cómo la intensidad en el inicio de los partidos ha desaparecido de sopetón.
El equipo tarda en entrar en los encuentros, en ambas partes, lo que deriva en bañarse en un mar de dudas que no en pocos casos ha derivado en los goles de los rivales, como sucedió al Huesca en la segunda parte cuando el Granada CF había hecho lo más difícil: empatar.
Los errores en los goles
Que el cansancio está haciendo mella en este Granada CF es evidente, aunque la duda que hay que resolver es si es más mental que físico, pues por momentos queda claro que los goles que se reciben poco tienen que ver con el cansancio.
Los despistes en los tres tantos del Huesca fueron evidentes, sin tener en cuenta ahí que la acumulación de partidos o encuentros tenga mucho que ver. Por fortuna el punto es buen punto de partido para evitar el bloqueo total, aunque no para aparcar el análisis de la situación en cuanto a juego. Jorge Molina ya apuntó a que hay que analizarlo de puertas hacia dentro.
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