jueves 25 abril
ALAVÉS - GRANADA CF   |   | Nacho Santana

Reencontrarse para sellar una permanencia histórica

El Granada CF vuelve a su fútbol y suma la permanencia matemática al imponerse al Alavés gracias a los goles de Antoñín y Soldado

Los jugadores del Granada CF celebran el primer gol de Antoñín en Primera. Foto: LaLiga

Se llenó del todo el zurrón más grande de la historia. El Granada CF estará de forma matemática en Primera división la próxima temporada tras vencer al Alavés en un encuentro en el que los rojiblancos lograron reencontrarse con su fútbol. Con más puntos que nunca y sus virtudes de vuelta, los de Diego Martínez sueñan en grande aunque no se pueda gritar a los cuatro vientos.

No auspiciaba el inicio el mejor de los partidos para el Granada CF, pero lo que mal empieza bien acaba. Con un Alavés más enchufado desde el comienzo, a los rojiblancos se les vieron pronto las costuras. La medular se separó de la línea defensiva, aparecieron faltas de entendimiento entre carrileros y centrales al cerrar en banda y la creación de juego fue anulada completamente.

Si bien los locales llegaban más y mejor, Aarón no tuvo casi ni que ensuciar su uniforme en la primera mitad. Los centros llovidos desde el carril izquierdo de Mendizorroza amenazaban constantemente, pero no encontraban un rematador que deshiciera la igualada en el marcador. 

Sí que lo encontró el Granada CF, aunque primero una jugada trenzada entre Soldado y Foulquier terminó en un disparo lejano de Yangel Herrera que se marchó por mucho. Sirvió de toque de atención y quien avisa no es traidor. En la siguiente jugada se rompería el empate.

Para ello, los rojiblancos tiraron de clásicos en todos los sentidos. Balón largo al delantero, no hay jugada más repetida en la historia del fútbol. Lo bajó Soldado, el de siempre desde hace tanto, y combinó con Puertas, que se la devolvió. Se trastabilló el esférico entre tres defensores, pero volvió al ‘10’, que se plantó en el área y disparó buscando el palo largo. 

Voló Roberto y atajó el tiro, pero el balón acabó en los pies de Antoñín, omnipresente en el primer periodo. Un toque, dos toques, tres toques. Se acomodó la bola, atascada entre sus piernas, mientras el guardameta corría al segundo palo. Llegó a rozar el disparo, pero no lo suficiente para evitar que el malagueño firmase su primer tanto en Primera división.

Pudo hacer el empate al poco de sacar de centro el Alavés. Magallán se encontró un balón llovido de una falta lateral, pero no debió esperar encontrarlo o hacerlo sin marca alguna. Su disparo, torpe para fortuna visitante, salió desviado pese a ser la opción más difícil de entre todas las posibles. Después de la media hora de juego, Lucas se topó con el poste tras una excelente combinación con Joselu en la última jugada de peligro de la primera mitad.

Pese al dubitativo comienzo visitante, los rojiblancos se reencontraron con su juego una vez que fueron capaces de abrir la lata. El balón empezó a circular con más facilidad y Yangel Herrera pudo exhibir su portentoso físico multiplicándose para tapar agujeros. Con todo de cara, los de Diego Martínez recordaron unas virtudes empañadas en las últimas jornadas.

Una reanudación apabullante

Tras el descanso, el Granada CF volvió a golpear. Casi no tuvieron tiempo los jugadores locales de situarse cuando Roberto Soldado ya celebraba el segundo tanto del encuentro.El delantero recibió en el centro del campo y jugó de cara para iniciar una de esas jugadas que siempre se disfrutan. 

Al primer toque el balón circuló de la banda derecha a la izquierda pasando por la medular en una jugada que firmaría el Barcelona de Guardiola. Machís, recién entrado, recibió en el pico del área, tocó dos veces el balón y lo dejó en la frontal para el ariete, que le puso de primeras con el interior un pase a la red. 

Con un Granada CF crecido y más dominante, buscó a la hora de partido el Alavés voltear la situación con un triple cambio. El resultado fue casi inmediato con un disparo de Burke que obligó a Aarón a estirarse para despejar a saque de esquina. Dio la réplica el conjunto rojiblanco con una internada de Machís que sacó Roberto cuando el gol casi se cantaba.

Se volvió eléctrico el partido. Los rojiblancos, conscientes de la ansiedad que genera verse abajo en la tabla, cerraron filas y aprovecharon para transformar cada pérdida de balón de los vitorianos en una oportunidad. Los locales, hambrientos de puntos, aceleraron el ritmo para buscar el empate.

Esas situaciones son las que mejor domina el Granada CF. Un rival acelerado y necesitado genera espacios y cosecha errores. Los rojiblancos aprovecharon para buscar un contraataque que terminase de matar el partido con el balón y juntaron filas sin él. 

Durmieron los minutos restantes, pararon el ritmo e hicieron lo de siempre, que no es poco. Zurrón lleno con más puntos que nunca, y tanto jugadores como técnico quieren seguir llenándolo hasta que reviente. Las jornadas restantes seguirán escribiendo historia pase lo que pase.

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