Representar una camiseta, el concepto
La derrota en Alcorcón, con un equipo que dio la cara en todo momento, deja un Granada CF que al menos compite, lo mínimo que se pedía temporadas atrás • Díaz y Martínez debieron evitar las situaciones que marcaron el partido
El Granada CF volvió a estar arropado en su visita a tierras madrileñas. Foto: La Liga 1|2|3
Hace ni mucho tiempo, unos meses a lo sumo, el granadinismo estaba sumergido en un mar de dudas con una plantilla que había tirado la toalla antes de tiempo para luchar por el ansiado ascenso a Primera.
Fue justo después de la derrota en Oviedo y el cese de José Luis Oltra cuando todo cambió a peor quedando diez jornadas para el final y dejando numerosas dudas sobre lo se supone vestir una camiseta, en general, y la del Granada CF, en particular.
Este año, aún habiendo jugadores que ya militaban el año pasado en los rojiblancos parece que la película será bien distinta, al menos si se analizan las dos derrotas que ha sumado el equipo.
Dignidad, por encima de todo
Que competir no es un término que deba estar en entredicho en cualquier vestuario parece de entrada lógico, aunque ello no siempre se cumpla. En el caso de este Granada CF queda claro que es un concepto innegociable.
Los jugadores han entendido a la perfección y además empatizan con quienes, como este sábado, tienen escasas opciones de ver a su equipo en directo, como sucede con la Peña Granadinista en Madrid.
Por eso la dignidad está por encima de todo en este Granada CF porque se puede perder arrastrando la camiseta -hay varios ejemplos años atrás- o hacerlo de forma que la derrota sepa a menos derrota.
Situaciones evitables
Otra cosa bien diferente será la conclusión a la que se llegue después de ver detenidamente las dos jugadas que marcaron el partido: la expulsión de Díaz y el penalti de Martínez.
La roja con el reglamento en la mano es, salvo que se tenga en cuenta que el jugador rojiblanco se resbala y tiene la mala fortuna de arrollar a Nono. El penalti de Álex es tres cuartos de lo mismo: el lateral dice que lo empujan pero sus manos nunca debían estar por arriba.
Si a eso se le añade la cuestionable actuación de Díaz de Mera, con un pasado nefasto con el Granada CF, todo se agrava más y aquí entra otro factor, el arbitral, aunque ese no depende de los jugadores -o un poco si-. Es otra forma de representar, tristemente, una camiseta.
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