jueves 25 abril
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Santa María de la Alhambra expone el polémico 'Cristo de la Cruz' dedicado al presidente Kennedy

La figura entera se encuentra inclinada hacia delante y con las piernas cruzadas y atadas, y el brazo derecho está descoyuntado por el peso del cuerpo que cae hacia la izquierda, informa el Arzobispado de Granada

La Iglesia Santa María de la Encarnación, ubicada en el recinto monumental de la Alhambra, expone desde este miércoles dos obras del artista gallego Benito Prieto Coussent, el polémico 'Cristo de la Paz', dedicado al presidente de los Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy, y 'Paz y Guerra' o llamado 'Quién me librará de este cuerpo de la muerte'.

Los cuadros del artista, que murió en Granada en 2001 y que durante muchos años residió en Padul (Granada), fueron expuestas hace más cincuenta años en la ciudad de Granada y vuelven a ser mostradas para los visitantes al templo ubicado la Alhambra, gracias a la cesión gratuita en virtud de un convenio con el propietario particular.

A la presentación de los cuadros, así como del boceto del 'Cristo de la Paz' que también se expondrá, ha asistido, entre otros, el delegado para el Patrimonio Cultural del Arzobispado de Granada y párroco de Santa María de la Encarnación, Antonio Muñoz Osorio, que ha subrayado que se trata de "dos obras magníficas exponentes de lo mejor del arte religioso del siglo XX".

"Es una inmensa alegría que esté en esta iglesia para que pueda ser contemplado tanto por granadinos como por visitantes", ha señalado Muñoz Osorio, que ha alabado y reconocido "la generosidad" de la familia que lo ha cedido "a cambio de nada para que pueda ser contemplado".

El 'Cristo de la Paz', o también llamado 'Cristo de Kennedy' es un cuadro de grandes dimensiones -óleo sobre lienzo-, la cuarta y última versión que realizó su autor sobre el tema de 'Cristo en la Cruz'.

Pintado en 1964, fue dedicado a la figura del asesinado presidente católico de los Estados Unidos de América (1917-1963), como homenaje del pintor a una figura clave de la sociedad internacional de su momento y de capital importancia en el orden político y pacificador del mundo. Ese sentido pacificador le dio nombre al cuadro, que se llama realmente 'Cristo de la Paz', aunque por tradición y por expresión del propio pintor, se dio en llamar 'Cristo de Kennedy'.

Rompe con una larga tradición de representación del crucificado

La obra presenta importantes novedades iconográficas y rompe con la larga tradición en la representación de la imagen de Cristo crucificado en la Historia del Arte. Causó un gran impacto desde la presentación de la primera versión en 1948, y se desató una gran polémica. El cuadro fue calificado de "irreverente y blasfemo" y su autor quedó proscrito.

La escena representa a Cristo crucificado, cuya cabeza está rapada recordando a los presos de los campos de concentración y coronada con unos enormes ramajes de espinos. La figura entera se encuentra inclinada hacia delante y con las piernas cruzadas y atadas, y el brazo derecho está descoyuntado por el peso del cuerpo que cae hacia la izquierda, informa el Arzobispado de Granada.

Este cuadro fue destruido por el propio pintor y posteriormente recompuesto y restaurado en 2003. Junto al Cristo, se expone en la misma capilla uno de los bocetos preparatorios que el pintor realizó para pintar el Crucificado.

El otro cuadro, 'Paz y Guerra', es una representación desgarradora, en clave surrealista, de una inquietante visión apocalíptica del mundo actual. Puede interpretarse como un gran mosaico donde se patetiza la fragilidad del ser humano ante el drama de la propia humanidad, la guerra, la destrucción y la muerte.

Se llama también 'Quién me librará de este cuerpo de muerte', tomado literalmente de la cartela grafiada que se presenta sobre la cabeza de la figura central del cuadro. Ese hombre, anónimo, es la Humanidad y aparece representado fragmentado y roto. La cabeza rapada, separada del cuerpo, levanta la mirada en angustioso gesto de súplica. En el centro del hombre y del cuadro aparece un marco, también destruido, que encierra la visión apocalíptica de la Tierra en el momento mismo de su destrucción.

No obstante, el cuadro se concibe como un canto de esperanza frente a la Humanidad cargada de odio y sangre, de ahí la leyenda 'Pacem in terris', que alude a la encíclica de San Juan XXIII, cuya efigie también aparece. El cuadro refleja la paz anhelada y ésta aparece representada por una nívea paloma y unas espigas de trigo y amapolas.

El autor

Benito Prieto, natural de Ribadeo (Lugo), vivió durante muchos años en Padul, localidad muy cerca de Granada donde realiza la parte más significativa y emblemática de su obra, como sus versiones de Cristo en la Cruz.

Prieto Coussent es un artista obsesionado con desarrollar una visión nueva y original de un Cristo crucificado, frente a la idealización de la figura humana de Cristo en la historia del arte. El artista fue incomprendido por sus representaciones del Cristo crucificado y, preocupado por representar de forma fiel la crucifixión, se documentó sobre la Pasión de Cristo para conocer cómo sucedió en realidad.

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