miércoles 24 abril
ASCENSO COVIRAN GRANADA | LA CRÓNICA  |   | Juanjo Martín

Sentencia por la vía rápida para poner la guinda a la gesta

El Covirán doblega sin contemplaciones al Almansa (102-60) en un partido que domina de principio a fin para alcanzar el sueño deseado

El equipo rojinegro cuajó uno de los partidos más completos de la temporada en el Palacio de Deportes. Fotos: Álex Cámara
FICHA DEL PARTIDO
102 - Covirán Granada: Costa (4), Ellisor (15), Bropleh (11), Iriarte (5), Niang (14) –cinco inicial– Martínez (19), Gatell (4), Vilá (8), C. Díaz (13), Tomás (-), J. Díaz (6), Pardina (3).
60 - Almansa con Afanion: Santana (12), Polanco (7), Martínez (2), Bercy (7), Grabauskas (8) –cinco inicial– Nesbitt (6), Biviá (5), Pérez (-), Gydra (4), Dimakopoulos (9), Olechnavicius (-).
Árbitros: Zafra Guerra, González Cuervo y González Morán. 
Parciales: 24-16, 26-12 (50-28 al descanso), 24-15 (74-43) y 28-17 (102-60 final).
Incidencias: Partido correspondiente a la 33ª jornada de LEB Oro, disputado en el Palacio de los Deportes de Granada. Lleno con 8.393 espectadores en las gradas.

La ciudad de la Alhambra vuelve a ser ACB gracias a la gesta materializada por la Fundación CB Granada. El cuadro nazarí, capitaneado desde el banquillo por Pablo Pin y en los despachos por el presidente Óscar Fernández-Arenas, no quiso esperar a lo que hiciera el Estudiantes en Girona –derrota colegial– y sentenció por la vía rápida en su duelo ante el Almansa (102-60). Los rojinegros pasaron por encima de los manchegos y consumaron un campeonato liguero que les catapulta a la élite nacional. 

El Covirán Granada no permitió que el ambiente festivo se le contagiara en el sentido negativo. Al principio del encuentro, la intensidad atrás provoco un par de robos y posteriores canastas que templaron los ánimos y eliminaron los fantasmas del miedo escénico. Los locales se despegaron pronto en el electrónico (14-5), si bien un tiempo muerto de Almansa equilibró de nuevo la contienda. 

Con un quinteto inicial poco rotado, los manchegos apretaron el choque (16-14) para enfado de Pablo Pin. El minuto de receso solicitado por el técnico granadino les sentó bien al firmar un parcial 8-0, con el que lograron una sustancial renta al término del primer cuarto (24-16). 

El momento clave fue la irrupción de Germán Martínez. El escolta granadino se convirtió en un microondas capaz de, en apenas siete minutos de juego, anotar cinco triples consecutivos sin fallo. Espectacular el rendimiento del joven nazarí, que sentó las bases para que la ventaja creciera hasta la veintena al descanso (50-28).

Un nuevo estirón disipó cualquier tipo de duda que aún quedara entre los más escépticos. La ventaja creció hasta la treintena (74-42) y el Palacio se cayó de puro éxtasis. Faltaba más de un cuarto pero el guion estaba más que escrito. Las más de ocho mil personas presentes en la grada rieron, gozaron, gritaron, hicieron la ola…

Felicidad plena en un encuentro en el que Almansa bajó los brazos y se tornó en comparsa. El Covirán asciende a la élite y devuelve a Granada la opción de disfrutar del mejor baloncesto nacional en nuestra tierra. Un hito histórico para un club que ya se ha convertido en leyenda.

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