viernes 29 marzo
LA CRÓNICA HORIZONTAL  |   |

Sin Machís también hay paraíso

La inesperada lesión del venezolano a los once minutos obliga al Granada CF a recomponerse con acierto · Hasta tres cuartos todo va como la seda, ¿qué pasa después? · Ramos oye música de viento cuando entra

Secuencia en la que Machís cayó lesionado, obligando al Granada CF a realizar el primer cambio. Foto: Álex Cámara

A veces el destino pega giros de guión inesperados, que hacen que a alguno se le caiga el mundo encima. Es lo que le pasó al entrenador del Granada CF cuando vio cómo a los once minutos uno de sus ojos derechos pedía el cambio.

Machís cayó lesionado muscularmente en uno de esos cambios de ritmo sin los que el Granada CF no tendría la misma verticalidad y el mismo peligro por la banda que él conduce. Y con su lesión, pese a que lo intentó, el estadio enmudeció.

Entonces la noche quedó mucho más gélida de lo que ya estaba. No era para menos. Uno de los hombres clave había caído en la batalla, con la incógnita de saber si el recambio previsto -no natural pues Puertas y Licá no estaban convocados- iba a saber responder a las necesidades del guión.

El último tramo, ¿por qué?

Pero si hay algo que le cuesta a este Granada CF más allá de que Machís esté lesionado o no es poder definir y resolver en el último tramo ante la portería rival.

Ocurrió de nuevo en este encuentro en el que el equipo tuvo cierta facilidad para superar los tres cuartos, pero un mundo hasta inquietar a Mariño.

Espinosa se encargó de la tarea de suplir al venezolano y dos de sus llegadas terminaron por generar mucho peligro, pese a que al de Talavera de la Reina le costó entrar en el terreno de juego.

Música de viento

Al que probablemente le costara entrar fue a Adrián Ramos, sobre todo después de ver cómo un sector de la afición le recibió, con leves pitos que en la fría noche granadina retumbaron entre el silencio.

Ramos tiene mucho por demostrar a muchos y es quizás lo peor para un futbolista para el que desde todos los ámbitos se le pide más cariño, aunque aún no haya resuelto con firmeza si se queda o se va en invierno.

El viento no siempre sopla en el sentido que se desea y es lo que le pasa a Ramos, en una noche en la que quedó demostrado que sin Machís también hay paraíso, aunque cuesta vislumbrarlo.

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