jueves 18 abril
SEMANA SANTA 2014 - LA CRÓNICA DEL VIERNES SANTO  |   |

Sin tregua para la intensidad

El antepenúltimo día deja bellas estampas con las tres soledades granadinas o algunos de los crucificados más imponentes de la Semana Santa

El Campo del Príncipe se quedó pequeño a las 3 de la tarde. Foto: Álex Cámara

El Campo del Príncipe se quedó pequeño a las 3 de la tarde. Foto: Álex Cámara

La tregua de intensidad sobre los días grandes de Semana Santa sigue sin llegar. Y bendita intensidad. Los cofrades tenían y tienen tantas ganas de Pasión que las calles siguen quedándose pequeñas a cada paso y con cada cofradía.

Las distintas citas que ofreció la jornada del Viernes Santo, con un marcado protagonismo de los crucificados y las soledades, permitieron volver a disfrutar de otra jornada de sensaciones dulces.

Así, los granadinos comenzaron el día en el Campo del Príncipe, donde cada antepenúltimo día de la Pasión se congregan para rezarle al Cristo de los Favores al son de un cornetín que suena a las 3 de la tarde y las campanas de San Cecilio.

En esta ocasión, el turno de hacer romper el silencio recayó sobre Jesús Bolívar, miembro de la Agrupación Musical del Dulce Nombre de Jesús y que cuando el reloj marcaba la denominada 'Hora Nona' hizo sonar su corneta con "muchos nervios".

La multitud congregada en el Campo del Príncipe pudo disfrutar de la imagen de la Soledad de Nuestra Señora aunque también de un calor de justicia que puso en apuros a más de uno, algo que viene ocurriendo desde los últimos días debido a las altas temperaturas.

El Cristo de la Buena Muerte volvió a ganar calle desde la Gran Vía. Foto: Álex Cámara

El Cristo de la Buena Muerte volvió a ganar calle desde la Gran Vía. Foto: Álex Cámara

Palio destacado

Después de la cita con el Cristo de los Favores, el encuentro llegó hasta la avenida de la Constitución, en donde en San Juan de Letrán la Hermandad de los Ferroviarios puso en la calle un amplio cortejo respaldado por un barrio que cada día respira más aroma cofrade.

Quizás la única nota a mejorar sea lo corto que quedaba el cortejo con los nazarenos, no así con las mantillas que antecedían a Nuestra Señora del Amor y del Trabajo, que además estrenó la parihuela de salida y cuyas costaleras cambiaron su paso a costal, siendo mucho más elegante y más bello el discurrir por las calles de Granada.

Entre lo más destacado de esta cofradía se encuentra la crestería del palio, que da un esplendor a raíz de los trabajos desarrollados por José Carlos Rubio y diseñados de Álvaro Abril. La hermandad ferroviaria sigue evolucionando.

El paso de María Santísima del Mayor Dolor, en el pasaje Diego de Siloé. Foto: Álex Cámara

El paso de María Santísima del Mayor Dolor, en el pasaje Diego de Siloé. Foto: Álex Cámara

Reina escolapia

Desde San José de Calasanz en el paseo de los Basilios llegó este Viernes Santo hasta la carrera oficial la Hermandad de los Escolapios, con el Cristo de la Expiración y María Santísima del Mayor Dolor, la 'Reina de Roma', que dejaron buen aroma en cada rincón por el que transitaron con el discurrir.

Los martillos guiados por Agustín Ortega Guerra y Manuel Sánchez Valenzuela supieron dar señorío y compás a ambos pasos, ofreciendo bellas estampas como a su paso por el Puente Romano o el pasaje Diego de Siloé, entre otros puntos.

Pudo verse cómo poco a poco van concluyendo los trabajos del dorado del paso de Cristo que se llevan a cabo en el taller de Cecilio Reyes y que empiezan a vislumbrar un horizonte dorado lleno de Mayor Dolor que será espectacular.

El Campo del Príncipe fue fiel a su cita con el Cristo de los Favores desde San Cecilio. Foto: Álex Cámara

El Campo del Príncipe fue fiel a su cita con el Cristo de los Favores desde San Cecilio. Foto: Álex Cámara

Greñúos, protagonistas del Realejo

La dosis diaria que cada día se distribuye por los barrios de Granada tuvo su encuentro este Viernes Santo entre el barrio del Realejo y los 'greñúos' con el Cristo de los Favores y María Santísima de la Misericordia Coronada, que volvieron a dejar pequeño un espacio tan grande como es el Campo del Príncipe granadino.

Lo más destacado de esta cofradía había que mirarlo en la imagen de la dolorosa, que estrenaba saya de salida bordada por José Manuel Martínez Hurtado en su taller en terciopelo azul de oro y sedas.

En el regreso, los congregados en el punto pudieron deleitarse con el discurrir de los pasos casi a oscuras guiados por Alberto Ortega, que sigue demostrando una Semana Santa más cómo pueden hacerse las cosas de forma espléndida, con tacto y con rigor costalero.

La Soledad de José de Mora, otra de las bellas estampas de la Semana Santa granadina. Foto: Álex Cámara

La Soledad de José de Mora, otra de las bellas estampas de la Semana Santa granadina. Foto: Álex Cámara

Santo Entierro multitudinario

La procesión oficial de la Semana Santa de Granada también fue protagonista con una de las urnas más características que existe en la Semana Santa de toda Andalucía y parte del país así como con la imagen de la Soledad de José de Mora, que luce como el primer día en el calvario de rosas rojas.

Precisamente, este paso estrenó las cuatro maniguetas así como el traje del muñidor que hace sonar la campana al principio del cortejo. A los 90 años desde su fundación, el recogimiento de la cofradía fue palpable y comprendido por los presentes, lo que dio mucho más valor al verdadero sentido de este cortejo, incluyendo su 'íntimo' regreso'.

Un total de 15 corporaciones nazarenas acompañaron las imágenes del Santo Sepulcro, entre las que se encontraban Despojado, Resucitado, Resurrección y Triunfo, el Trabajo, Salesianos, la Lanzada, Encarnación, Estudiantes, Aurora, la Borriquilla, Huerto, Esperanza, Los Dolores, Alhambra, el Rescate y la Federación Oficial de Cofradías.

El nuevo paso sobre el que fue portado la imagen del Descendimiento, un acierto. Foto: Álex Cámara

El nuevo paso sobre el que fue portado la imagen del Descendimiento, un acierto. Foto: Álex Cámara

Nuevo paso para el Descendimiento

La Hermandad que más cambios introducía en su cortejo este Viernes Santo en su discurrir por las calles de Granada era la de la Soledad de San Jerónimo y Descendimiento, que tuvo en las 'chías' la primera variación respecto a años anteriores.

Estos peculiares personajes tocaron nuevos compases compuestos por Manuel Elvira, con más sonido a fanfarria a la petición infantil de "chía toca", lo que provocaba el deleite de los más pequeños al comienzo del cortejo de esa también forma simpática de entender la Semana Santa granadina en la que todo buen cofrade granadino se ha formado.

En el cortejo litúrgico, la otra novedad radicaba en el paso de Jesús del Descendimiento, portado en nuevas andas por 14 costaleros vestidos con túnica y verdugo, desapareciendo algunas de las imágenes vivientes que antes lo portaban. Con este cambio la cofradía ha ganado en presencia en la calle y la imagen va mucho más destacada, rodeada de cuatro hachones que resaltan al verdadero protagonista de una jornada intensa. Que no decaiga lo que queda.

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