“Somos uno de los museos de referencia en Europa”
Ernesto Páramo, director del Parque de las Ciencias de Granada: “Alemania no invierte en ciencia porque es rica, es rica porque invierte en ciencia”
Ernesto Paramo, director del Parque de las Ciencias. Foto: Álex Cámara (Granada Hoy)
Ernesto Páramo es un gallego de 54 años que llegó a Granada para acabar su carrera de Derecho. Y una acabada su licenciatura, se convirtió (me voy a permitir esta licencia) en un abogado científico que explicó ciencias y naturaleza en un Huerto Alegre. Y ahora este hombre de leyes, con un éxito fantástico de 20 años a sus espaldas, sigue siendo un ser humano totalmente enamorado de la educación, la naturaleza y la ciencia. Aunque ahora continúa dirigiendo, como director, el Parque de las Ciencias de Granada. Ernesto Páramo, hombre brillante, clarividente, culto y erudito, es un viajero infatigable de las tierras conocidas de la Pérfida Albión (Reino Unido). Y también lo es de otros ignotos parajes de los lugares terráqueos. Y es igualmente un excelente músico que toca el violín. Y un experto deportista aviador que surca los aires en parapente. Cuando leo esta entrevista porque soy el autor de las preguntas, las repuestas son alucinantes de buenas, me sigue apasionando hacer entrevista a personas tan lúcidas y talentosas. Amigo Ernesto, ha sido un gran placer. Muchas gracias. Y deseo escribir, que si algún político fuese tan culto e inteligente como tú, el mundo político y económico, desde luego, sería una cosa bien distinta de lo que existe con tantas medianías. Sin cultura, el hombre se vuelve un animal egoísta que está enjaulado por su propia ignorancia. La cultura y la ciencia, siempre nos hace libres. Una sociedad sin cultura y sin ciencia, es un ghetto territorial que alimenta dictadores, fanatismos religiosos y mitos culturales inexactos.
Pregunta.- ¿Cuándo el hombre ha olvidado todo, la cultura es el único vehículo de superación para la humanidad?
Respuesta.- Recuerdo que durante un curso de manejo de primates me quedé como hipnotizado observando un grupo de chimpancés, tan próximos y tan lejanos de nosotros. Su comportamiento social, sus rutinas pausadas, las relaciones de poder… Entonces lo vi claro, sin el acervo de la cultura, sin el sedimento de miles de años de creatividad, seríamos simples insectos sociales. Podríamos ser una “colonia” eficiente, pero las sociedades humanas son otra cosa. Eso tan difícil de definir y que nos hace tan originales es la cultura.
P.- ¿El mundo político y el mundo de la Educación van por distintos caminos?
R.- Es una paradoja. En las sociedades complejas como la nuestra todos educan y todos hacen política. ¿No? Vivir juntos implica influirse, tomar postura, comunicarse… Incluso abstenerse es una forma de hacer política. Otra cosa es que lo sepamos. En mi opinión un artista o un periodista también educan y son sujetos políticos en el sentido más bello de la palabra, en su acepción original. Fernando Savater nos dice que tenemos que educar para poder convivir, que siempre se educa en “defensa propia”. Me gusta esa imagen. Mí admirado Francesco Tonucci, ha explicado muy bien como la educación no es cosa de la escuela solamente: la ciudad educa, la comunidad educa. Los museos también educamos para hacer una “polis” más habitable y mejor.
P.- ¿La Ciencia es la mejor de las religiones?
R.- No. Claro que no. Son dos creaciones humanas completamente diferentes. Las religiones habitan regiones muy profundas del cerebro, nos acompañan desde hace milenios... La ciencia es mucho más reciente. Es, sobre todo, un método para tratar de comprender el mundo mediante procedimientos lo más fiables posibles y siempre sometidos a la critica y la verificación. Quien esté interesado en estas cuestiones le recomiendo leer a Richard Dawkins, profesor en Oxford. Él ha trabajado este tema en profundidad y se explica muy bien.
P.- ¿La Ciencia tiene ideología política?
R.- No. Imposible. Será otra cosa, pero no ciencia. Los científicos claro que sí la tienen, pero la ciencia no es más que un método. Puede haber buena o mala ciencia nada más. La política en cambio sí es fundamental para el desarrollo de la ciencia, como para el de la red de carreteras… En democracia los parlamentos y los gobiernos toman decisiones cruciales en este campo, por eso es tan importante que la sociedad comprenda lo que nos jugamos con la ciencia.
P:- ¿El Parque de las Ciencias de Granada es el mejor de este país (España)?
R.- Lo cierto es que somos uno de los museos de referencia en Europa, y te aseguro que no ha sido nada fácil. Esto es bueno para Granada, pero también para nuestro país. Y yo reivindico que deberíamos tener un respaldo económico desde Madrid acorde a ese papel que estamos cumpliendo de proyección internacional. En España hay Centros muy buenos como el de Barcelona, por ejemplo, que ha sido pionero y constante. Y en este terreno, como en otros, la permanencia es lo fundamental. Nuestro país es muy dado a apuestas fuertes pero poco sostenidas en el tiempo, y así no se progresa. Los fuegos artificiales son para las fiestas. Para fundir metales necesitas calor constante.
P.- ¿En síntesis, cómo definiría usted los 20 años del Parque de las Ciencias?
R.- Una ventana viva abierta al conocimiento. Su éxito es la evidencia de que el proyecto no era un lujo, y ya que respondía a una necesidad de la sociedad. Necesitamos espacios de encuentro donde aproximar la ciencia a los ciudadanos. Necesitamos más vocaciones científicas. Necesitamos cultivar la creatividad. Necesitamos democratizar y extender el conocimiento tanto como sea posible. Eso late tras el Parque de las Ciencias.
P.- ¿Quizá el ministro Wert es poco receptivo con la Educación, la Investigación y la Ciencia?
R.- Bueno, una científica tan indiscutible en nuestro país como la Dra. Margarita Salas, ha dicho hace unos días que estamos hipotecando el futuro con el retroceso de la inversión en ciencia. E incluso el Rey, se hacía eco de esta preocupación generalizada. Dicho en plata para que se entienda bien: Alemania no invierte en ciencia porque sea rica, es rica porque invierte en ciencia. Hay que tener visión de futuro, amplitud de miras.
P.- ¿Por qué el Parque de las Ciencias es “chivo expiatorio”, esto parece, de la nula cohabitación política entre el PSOE y PP?
R.- Yo diría que hoy en el Parque de las Ciencias brilla sobre todo el consenso gracias a la ley de la gravedad... Ha caído por su propio peso. Es verdad que hace algunos años, algunos políticos vieron con más claridad que otros que este proyecto valía la pena. Lo importante es que hoy el Parque es ejemplo de cohabitación. Esto es muy bueno para los ciudadanos a los que trata de ser útil.
P.- ¿La Ciencia, incluso amansa a las fieras políticas?
R.- Hemos trabajado siempre con entrega e ilusión, sin otro objetivo que el de hacer el museo que soñábamos. Y los resultados están a la vista. Un museo científico de pago que recibe más de medio millón de personas cada año tiene argumentos sólidos para que se apueste por el consenso. Invito a ojear nuestra memoria anual. De todos modos, también diré algo políticamente muy incorrecto hoy en día, casi un sacrilegio: hemos tenido la suerte de trabajar con políticos con visión y muy respetuosos con la autonomía del equipo científico, técnico y pedagógico del museo. Es un grave error no reconocer que también hay políticos que hacen bien su trabajo.
P.- ¿El egoísmo y la ambición del hombre acabará con el planeta Tierra?
R.- Egoísmo, pero sobre todo la ignorancia. Es como cortar la rama en la que estás apoyado para coger la fruta… La ignorancia es la peor de las plagas. Sí. Y yo estoy entre los que piensan que sin un cambio de rumbo profundo, muy profundo, la humanidad no tiene futuro. La sociedad de consumo se nos ha ido de las manos. Pero conste que al planeta le trae sin cuidado que sigamos sobre él. No es su problema, es el nuestro. Las bacterias y los reptiles nos preceden y pueden seguir su camino sin nosotros. Tenemos que gestionar de otro modo los recursos naturales pero también la convivencia. Los desequilibrios sociales tan grandes no son sostenibles ni por simple termodinámica. Por eso es tan importante la educación y la alfabetización científica y ambiental.
P.- ¿Y una campaña de divulgación científica sobre el calentamiento terráqueo no sería buena materia para el Parque de las Ciencias de Granada?
R.- Sí que lo es. En el Parque tratamos el tema continuamente a distintos niveles, en la Sala Biosfera, en cursos, formación de profesores, talleres, etc., pero posiblemente tendríamos que hacer muchas más cosas. Es, junto al tema de la energía, uno de los grandes retos de la humanidad. No se trata de vivir mejor, se trata de si el planeta será habitable o no para nuestra propia especie.
P.- ¿Es una barbaridad aberrante que se intente conquistar el espacio exterior y que exista el peligro real de que próximamente pueda desaparecer una de cada cuatro especies de animales por el calentamiento global?
R.- Es una buena cuestión que no tiene respuesta fácil. Tienes razón al plantear que la inversión en ciencia también debe ser objeto de reflexión pública. Eso es importante. ¿Qué priorizamos? Es complejo, en el ADN humano está grabado, el ansia por descubrir, por explorar en todas direcciones. Sabemos que la curiosidad es parte de nuestro programa de supervivencia. Pero además, por ejemplo, quién nos iba a decir que los satélites serían una de las mejores herramientas para comprender cómo funciona el medio ambiente… Cuando se descubrió la electricidad nadie supo ver la más mínima utilidad en ese invento, y mira ahora… ¿Te imaginas la vida sin electricidad…? Bueno, esto da para otra entrevista.
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