miércoles 24 abril
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"Soy abstemio, una rara avis en este país"

Dieciocho primaveras cumple la Fiesta y hay opiniones para todos los tipos

Dieciocho primaveras cumple la Fiesta y hay opiniones para todos los tipos, desde los que consideran que esto se ha convertido en un desmadre hasta los que son de la corriente del 'dejar hacer'. Ayer no estaban en el Botellódromo, sino en Puerta Real.

FranciscoPara Francisco la forma de beber ha cambiado a peor a lo largo de los años. Relata que en su juventud se bebía tanto o más, pero de otra manera. “Cubatas se han bebido toda la vida. Tres, cuatro, cinco, pero eso de hartarse de ginebra, ron y demás es cosa de hace poco”. Asegura que sus hijos nunca han sido de consumir en la calle y que a su nieto, que tiene 15 años, no le dejaría ir al Botellódromo, “pero claro, luego todos hemos tenido esa edad y hemos ido”. Cuenta cómo lo peligroso del alcohol es mezclar ron con güisqui, ginebra o cerveza. “Un bar que había un par de calles más arriba empezó a vender cubas de coca-cola con ron, crema de avellana y un montón de cosas más y se forró”, comenta.

OmarLeyendo el periódico está el artista de moda, Omar Jerez, que confiesa que nunca ha bebido. “¿Ir a la Fiesta? No, soy abstemio, una rara avis en este país nuestro”. El performancer refiere un estudio científico según el cual el alcohol envejece unos 10 años más en relación a los no-bebedores. A sus 33 años lleva una década sin salir de noche. “Cuando mis amigos estaban ebrios y yo sobrio, dejó de interesarme. Al día siguiente era el único que se acordaba de lo que había pasado y lo que se había dicho la noche anterior. Me convertí en la memoria y conciencia del grupo. Un rollo. Seguro que en pequeñas dosis el alcohol tiene efectos beneficiosos, pero prefiero quedarme en casa con un libro”.

Omar refiere un informe que afirma que 'el hombre' no está preparado para vivir cuando el sol se ha puesto, que conduce a la depresión, que va contra el reloj biológico. Él lo tiene claro, vivir el día y dormir la noche.

AnaAna es de la teoría de la moderación. Le parece bien que se celebre la fiesta de la Primavera, pero los excesos no le gustan. Dice que apenas bebe alcohol: “Una cerveza de vez en cuando, sí. Más de una no porque me achispo enseguida”. Esta granadina, madre de tres hijos de 33,28 y 23 años, dice que no le gustaría verles en el Botellódromo, y que cree que nunca han estado.

Como siempre hay un momento para la dispersión, Ana tiene un día señalado en la semana para dar rienda suelta al espíritu. “Los viernes me junto con -su hija- la menor y nos tomamos un par de copillas de vino. Con mesura”, afirma.

Raúl y LauraDe Murcia han llegado con maletas incluidas Laura y Raúl, que aunque son de otra provincia saben muy bien de qué va esto de las grandes celebraciones. En la capital murciana se festeja El Bando de la Huerta, “que viene a ser lo mismo, pero vestidos de hortelanos”, aclara Laura.

“Hace años que no voy al Bando y no vamos a ir a la fiesta de la Primavera. De hecho, el año pasado me fui a Sevilla por esas fechas e intento evitarlo. Prefiero irme de tapas, a tomar algo, que los botellones”, sentencia. De la misma opinión es su compañero Raúl. “Yo siempre he sido muy deportista y apenas bebo. Creo que la primera vez que probé el alcohol fue una cerveza con 16 años”, señala.

Laura comenta que han venido a Granada para visitar la ciudad, y que cree que el problema de este tipo de aglomeraciones es “la falta de control, sobre todo en la venta de bebidas a los menores. Luego, cada uno que haga lo que quiera”.

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