Tras el festín, duro regreso a la realidad
El severo correctivo recibido por el Granada CF en Vallecas lleva al punto de partida al equipo tras un año idílico · La falta de identidad, primera subsanación necesaria
En la jornada 3 de la pasada temporada, el Granada CF de Diego Martínez recibió un 6-1 en su visita al Wanda Metropolitano ante el Atlético de Madrid. Entonces nadie encendió las alarmas en un partido en el que casualmente Foulquier dejó patentes sus carencias como lateral izquierdo. Huno nerviosismo, sí; pero no una marea de pesimismo que se llevó por delante todo lo conseguido hasta ahora.
Tras el severo correctivo recibido por el Granada CF de Robert Moreno en su visita a Vallecas, de nuevo a Madrid, tampoco hay motivos para desmontar el castillo de naipes construido hasta la fecha, pero sí para mantener los pies en el suelo de aquellos que pensaban que lo de estar en los diez primeros puestos era algo que ya corresponde al club por el mero hecho de existir.
Los rojiblancos hace solo tres temporadas que regresaron a la élite y pensar que estar entre los mejores de la Liga es un premio vitalicio es tan equívoco como creer que tras lo acontecido ante el Rayo Vallecano el descenso está más cerca que el día anterior. Ni una cosa, ni la otra.
Término medio
El término medio suele marcar el camino a seguir y no dejarse llevar por la desesperación, algo que sucedió para algunos seguidores granadinistas después de ver a un equipo carente de identidad y desbocado desde el mismo momento en que a los 20 minutos ya perdía por 2-0 en el marcador.
Todo lleva un tiempo, es cierto; pero de los primeros aspectos que quedan por resolver y cuanto antes, mejor; es cuál va a ser la identidad de este Granada CF de Robert Moreno. El técnico catalán ha empleado dos sistemas diferentes en las primeras jornadas amoldados al rival y no tanto para reivindicar un estilo propio del que hasta ahora poco se ha podido ver.
El Granada CF supo aguantar el chaparrón ante el Villarreal y salir indemne; estuvo cerca de ganarle al Valencia pero un error a tres minutos del final lo evitó y este domingo fue revolcado en Vallecas sin piedad. Toca cambiar el chip.
Dos semanas duras
Lo peor de todo, que se suele decir en estos casos, es que las dos semanas del parón liguero van a ser un pelín 'más largas' que lo normal, con mercado de fichajes de por medio; pues si algo corrige una derrota de este tipo es una victoria cuanto antes, que como poco no llegaría hasta el 13 de septiembre.
Son 15 días en los que la reflexión estará presente y en los que habrá que corregir muchos detalles, el primero cómo se hace para que el equipo entre a competir desde el minuto cero al campo, al menos tratar de llevar la batuta si quiera ante un Rayo Vallecano tan necesitado de victoria como el Granada CF.
Después de una noche de fiesta la resaca suele estar la primera en la puerta esperando al día siguiente. En esas el granadinismo debe encontrar la fórmula para pasar el dolor de cabeza cuanto antes y recordar cuál es el sitio del equipo. Estar entre los diez primeros era un premio y algo extraordinario, no lo natural.
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