Tres partidos para creer
A pesar de que aún no se ha ganado y que quedan muchos aspectos por mejorar, la grata imagen en el Camp Nou invita al optimismo · El problema de Saunier no era el idioma · El sábado, la gran final
Ochoa estuvo acertado en las llegadas del FC Barcelona y realizó dos buenas paradas. Foto: LOF
En el mismo fondo que da afrontar la situación del Granada CF desde la última plaza de Primera División, la llegada de Lucas Alcaraz ha corroborado que solo han bastado tres partidos para creer que hay opciones de sacar al equipo del atolladero siempre y cuando se juegue a un nivel cómo mínimo idéntico al del pasado sábado en el Camp Nou.
Implicación, personalidad y capacidad de dar la cara ante uno de los clubes más ofensivos que existe en el fútbol mundial. Esas fueron tres de las líneas maestras demostradas en el césped del estadio culé, en donde además los granadinistas encajaron en 23 años la segunda derrota menos abultada de sus visitas al coliseo azulgrana.
Salir vivos, por encima de todo
Sea por las circunstancias o porque era un buen partido para hacer pruebas, lo cierto es que la defensa de tres centrales y dos carrileros, muy a pesar de sus limitaciones ofensivas, permitió al Granada CF salir vivo de moral del Camp Nou, el objetivo que por encima de todo perseguía el equipo.
No volver a encajar los siete goles del Vicente Calderón era esencial para que las buenas sensaciones demostradas en los primeros 40 minutos ante el Atlético de Madrid y en algunos lances ante el Sporting de Gijón no se volvieran a difuminar. Esas ideas, debido a la férrea defensa, no solo no se diluyeron, sino que salieron reforzadas.
Saunier, no era el idioma
Una mención especial merece la situación de Saunier, que debutó como titular en su primer partido que jugó como convocado. Al francés, al que las lesiones tampoco han acompañado desde su 'aterrizaje' en Granada se le achacaba un asunto de idioma por el que Paco Jémez alguna vez que otra dejó entrever que no lo convocaba, pese a que en su círculo interno reconocía que el jugador estaba 'verde'.
Pero en el partido ante el FC Barcelona demostró que ya ha aprendido algo de español, al menos para saber comunicarse con el resto de compañeros. Estaba claro que si no jugaba era por decisiones técnicas o lesiones, pero no por impedimento del habla. No es menos cierto que con una defensa tan unida los errores individuales, que los hubo de todos los colores, quedan menos al descubierto.
La confirmación, el sábado
Como si de un acto casi 'religioso' tras haber hecho la Comunión, ahora solo queda la Confirmación de que en todo lo que se ha hecho desde la llegada de Lucas Alcaraz no solo se cree sino que permite sacar buenos resultados.
Tendrá que depender en gran parte de la delantera. En las circunstancias actuales las pruebas no dan tiempo para pensárselo demasiado, pero ganar ante el Deportivo de la Coruña puede corroborar, tras cuatro partidos, que hay mimbres en el desecho cesto rojiblanco.
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