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Un ángel de la guarda vestido de policía
El agente Gerardo Fernández, que trabaja en Pinos Puente, recibe la Gran Cruz de la Orden al Mérito Humanitario de Andalucía después de haber salvado tres vidas en los últimos años
A veces solo se les juzga y tiene en cuenta en su trabajo por las multas que ponen cuando algún ciudadano se salta las normas de tráfico o convivencia, pero los agentes de la Policía Local no paran de reivindicarse día sí y día también con otras acciones y tareas que pocas veces saltan a la luz y, lo que es más, son reconocidas por la sociedad.
En esas pueden estar agentes como Gerardo Fernández Morante, un agente de la Policía Local de Pinos Puente al que le ha tocado a lo largo de su trayectoria, de más de trece años, ser el mejor ángel de la guarda de tres ciudadanos de diversas edades que un buen día puede decirse que casi que volvieron a nacer.
Este agente recibe en Sevilla este viernes la Gran Cruz de la Orden al Mérito Humanitario de Andalucía, siendo el primer policía local que es galardonado con el máximo distintivo posible por su labor en una o varias acciones que un día ayudaron a algún ciudadano.
Le ocurrió en hasta tres casos a este agente. El primero de ellos ocurrió en 2012, cuando él y un cabo de la Guardia Civil acudieron a una vivienda de Pinos Puente donde se estaba produciendo una agresión a una víctima de violencia de género. En el interior del inmueble, un hombre golpeaba "brutalmente" a su mujer.
Después de tratar de que les abrieran la puerta, hubo un momento en que la agredida dejó de chillar, por lo que los agentes se temieron lo peor y optaron por acceder a la vivienda escalando por una ventana, donde consiguieron frenar la agresión en la que la mujer estaba siendo "asfixiada con un cinturón de un albornoz". Además, en el interior había un bebé de 18 meses que se encontraba en el suelo. Tras un duro forcejeo con el agresor, lograron reducirlo y detenerlo.
Solo un año más tarde, Gerardo Fernández se cruzó en el camino de un niño de tres años, al que acababa de darle una parada cardiorespiratoria el Día de todos los Santos en el cementerio de Pinos Puente. Después de lograr calmar a los familiares, el policía tomó la iniciativa junto a otro compañero para controlar la situación y llevar al pequeño hasta un centro hospitalario, donde consiguieron salvarle la vida pese a la semana en la que estuvo hospitalizado. Ahora incluso la familia le está eternamente agradecido por aquella acción que además derivó en un reconocimiento por parte de la Guardia Civil en 2014.
La última intervención de este agente se produjo hace un año, quizás la más mediática, cuando se encontraba en comisión de servicio en Cúllar Vega. Sin embargo, su logro en este caso llegó cuando estaba vestido de paisano y se encontraba en un centro hospitalario, donde con tacto y mucha paciencia evitó que una chica de origen alemán se tirase al vacío.
En declaraciones a ahoraGranada recuerda cómo tuvo que gestionar una situación "muy complicada" durante alrededor de 40 minutos junto a una educadora y una intérprete. En un descuido de la chica evitó el fatal desenlace.
Ahora que recibirá este galardón, siendo el primer policía local en la historia de España que se le otorga, "no tiene un valor administrativo, sino más bien social y humanitario". "Creo que estas tres acciones han marcado mi profesión desde que en 2006 accedí al cuerpo", relata el agente.
Del mismo modo considera que este es un reconocimiento no solo a él sino a todas las personas que se dedican esta profesión "tan bonita y dura al mismo tiempo", algo que es lo más importante para él, que además está vinculado en sus ratos libres a un voluntariado en Aspace como docente de clases de yoga, donde también ejerce de ángel de la guarda, aunque sin su uniforme habitual.
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Enhorabuena!!!
Que se vea que los policías no solo ponen multas.