jueves 25 abril
Granada CF  |   |

Un año complicado para gestionar el vestuario

Desde su llegada, Alcaraz ha tenido que emplear tiempo en manejar situaciones complejas como la moral de los jugadores, falta de compromiso en algunos o ahora la pelea entre Cuenca y Barral

Lucas Alcaraz, durante un entrenamiento del primer equipo. Foto: Pepe Villoslada (Granada CF)

Lucas Alcaraz, durante un entrenamiento del primer equipo. Foto: Pepe Villoslada (Granada CF)

A la complicada situación deportiva que el Granada CF tiene que afrontar en el terreno de juego, a Lucas Alcaraz le ha tocado también la delicada gestión del vestuario en un año complicado.

El último incidente protagonizado por David Barral, apartado del equipo, e Isaac Cuenca, supone la constatación de la dificultosa etapa por la que atraviesa el equipo, toda vez que se mantiene colista después de siete jornadas y sigue sin ganar tras siete partidos.

Desde su llegada al banquillo rojiblanco, hace más de un mes, Alcaraz ha tenido que lidiar con situaciones no poco agradables. La primera de ellas fue, sin duda, el estado anímico y mental de la plantilla, que quedó muy tocada tras el paso de Paco Jémez por el vestuario.

Los jugadores quedaron moralmente bajos al no terminar de asumir un estilo de juego contra el que Alcaraz también ha tenido que luchar, con la intención de implantar un sistema mucho más armado en busca de la seguridad defensiva, en lugar de la 'alegría' en ataque planteada por el entrenador cordobés.

Conocidos por su nivel de competitividad, como cualquier otro entrenador, el técnico granadino también tuvo que luchar por la lucha que se abre en cualquier vestuario ante un cambio en el banquillo. Gestionar la situación para que nadie se sienta desconectado y que estén todos enchufados ha sido uno de sus retos desde el primer día.

Captura del vídeo subido por David Barral en las últimas horas, aunque no hace alusión alguna a su incidente con Cuenca. Foto: Instagram

Captura del vídeo subido por David Barral en las últimas horas, aunque no hace alusión alguna a su incidente con Cuenca. Foto: Instagram

A ello hay que añadir que a su llegada el preparador granadinista también tuvo que dar un serio toque de atención a Carcela, al que dejó fuera de la convocatoria y al que, de forma velada, acusó en rueda de prensa de no estar al cien por cien después del partido ante el Sporting. Esta situación despertó al marroquí, que ahora pasa por un gran momento en el equipo.

El último caso que ahora deberá resolver Alcaraz es el de Barral, toda vez que el técnico no quiere perder a un delantero que entra en sus planes de aquí al final de temporada.

La trifulca entre el gaditano y Cuenca obliga al técnico granadino a mediar, a pesar de las medidas del club, con la intención de buscar un gesto o movimiento que reconduzca la relación entre dos pesos pesados del vestuario.

Precisamente, muy dado a las redes sociales, Barral no se ha pronunciado en las últimas horas sobre el expediente disciplinario abierto por el club rojiblanco que le ha dejado por ahora sin empleo. El jugador solo ha compartido una imagen con sus perros a través de Instagram, aunque sin manifestarse.

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