jueves 28 marzo
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Una miscelánea de emociones vividas y por vivir

Vanesa Martín conquista Granada en un baño de sensaciones en el Palacio de Deportes, en el que no faltaron sus temas más recientes ni los que la han situado donde está después de once años de carrera

Vanesa Martín, en la interpretación de la primera canción del concierto, 'Nunca me conoció'. Foto: Álex Cámara

El ser humano tiene a veces por costumbre recrearse en sus fatalidades. En los dolores que dejan los sentimientos vividos. En el agrio sabor del desamor, del olvido o de caer en brazos de quien no se desea. En ese cóctel de sentimientos se sumergen quienes acuden a cada concierto de Vanesa Martín, que este viernes en Granada conquistó a sus seguidores en un reencuentro en el que 'Munay', su último trabajo, no dejó de lado los temas más clásicos de la malagueña.

Un cuarto de hora después de la hora fijada, la cantante apareció sobre el escenario para animar a los presentes con 'Nunca me conoció' y 'Alguien que sepa frenar enero', un después y un antes en su trayectoria musical y que ya dejaron patente la mezcla que se iba a saborear en un concurrido Palacio de los Deportes.

Ya en el tercer tema Vanesa Martín demostró que su variedad musical no se iba a limitar a la voz, pues tomó la guitarra para interpretar 'Cuestión de piel', animando a Granada a que cantaran y a "sentir emociones".

Fue en este punto donde se detuvo para presentarse y reconocer sus "ganas de Granada", agradeciendo la presencia de sus seguidores y reconocer los "buenos ratos y momentos inolvidables" que está dándole 'Munay'. Martín instó a los presentes a "dejarse llevar" durante las dos horas que duraba el concierto, puesto que "la vida pasa de prisa y la saboreamos poco, vamos a disfrutar del aquí y ahora".

Y así lo hizo Granada. Los asistentes se sumergieron en el mundo Vanesa Martín, que en muchos casos es el propio de cada cual en esto de los sentimientos hacia otra persona. 'Inmunes' llegó como preludio de cinco temas convertidos en uno solo con 'Si me olvidas', 'Si pasa o no', 'Trampas', 'Arráncame' y 'Polvo de mariposas', en el que repasó su pasado, que ya se remonta a once años desde que comenzó su andadura con su primer trabajo, 'Agua'.

La cita en el Palacio fue subiendo de intensidad con la llegada de 'Que se entere Madrid' y 'Sucederá', que para entonces ya habían dejado encandilados a los asistentes a la cita y que corearon el nombre de la malagueña después de interpretar 'Ya' y 'No te pude retener', esta última al piano para corroborar que ser polifacética encima de un escenario también forma parte del espectáculo.

Martín, en un momento de su actuación en Granada. Foto: Álex Cámara

En esta fase Granada ya estaba sumergida en las emociones que previamente había pedido Vanesa Martín. Consciente de ello la artista llevó al micrófono uno de sus temas estrella 'Durmiendo sola', un himno hacia esa despedida amorosa que nadie quiere afrontar y que interpretó con parte de sus seguidores, a los que cedió el testigo.

Antes de un pequeño descanso para su voz inquebrantable llegó el turno animado de 'Porque queramos vernos' y 'El amor no se explica', tema más rítmico tras el que desapareció del escenario para dejar todo el protagonismo a su banda después de una hora sobre el escenario.

Vanesa Martín regresó de blanco completo -antes lo hacía de blanco y negro- para volver a interpretar otro 'medley' sobre el escenario compuesto de 'Sintinéndonos', 'Ropa desordenada' y 'Aún no te has ido'. Para entonces el viaje ya había alcanzado un punto de no retorno.

Sensaciones a flor de piel salieron a relucir con 'Santo y Seña' o 'Te has perdido quien soy', uno de esos temas que muchos de los presentes llevaban en el encargo emocional para salir fortalecido del concierto.

La noche no terminó sin que Vanesa Martín tuviera su momento copla con la interpretación de 'Limosna de amores', reflejada sobre el escenario con el mismo sentimiento y pasión de la 'faraona', Lola Flores.

'Sin saber por qué' comenzó a ser el preludio de su despedida de Granada, antes de concluir definitivamente con 'Déjame a mi' y 'Complicidad', la misma de quien se sabe querida sobre las tablas por méritos propios. La de quien permite que en 120 minutos la vida se detenga en el antes y en el ahora en un cóctel de sensaciones tan variado como emocionante.

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