Un crecimiento basado en ‘rojiblancos’
Orellana y Nolito lideran el ataque de un Celta con objetivos superiores a los del Granada CF, pese a lograr el ascenso una temporada más tarde y ser rival directo en Segunda
Orellana y Nolito celebran un gol con el Celta de Vigo. Foto: LFP
Ese paso en la clasificación que te da el luchar por competiciones europeas en lugar de pelear hasta el final por mantenerte en la élite es el dado en la presente temporada por el Celta de Vigo, pese a haberse quedado sin el mediático Luis Enrique en su banquillo, pero manteniendo la columna vertebral principal de su equipo, basada precisamente en dos ex jugadores del Granada CF.
Nolito y Orellana lideran el ataque olívico desde la pasada temporada, cuando lograron sellar con holgura la salvación en Primera e intentar pelear casi hasta el final por un paso a Europa, algo finalmente imposible.
Ambos fueron descartados por el conjunto rojiblanco una vez prestaron sus servicios, con más o menos suerte, en Los Cármenes. El gaditano llegó cedido en enero de 2012 y fue básico en muchos partidos bajo la dirección de Lucas Alcaraz en el banquillo. Sin embargo, la directiva rojiblanca no accedió a negociar con el Benfica en junio, llegando a pagar el Celta 2,6 millones de euros por el 50 por ciento del pase del futbolista, que vestirá la zamarra viguesa la presente campaña y dos más.
En el caso del chileno, los gallegos lo disfrutaron en Segunda División unos meses después de lograr el ascenso como rojiblanco y volvió a ser básico para ascender por segunda vez consecutiva. Tras su nuevo regreso a Los Cármenes, solo aguantó seis meses, partiendo traspasado el último día del mercado de invierno por 1,2 millones de euros y asentándose definitivamente en Balaídos, donde ha mostrado su mejor nivel.
Caminos distintos
Pese a la relación de jugadores y traspasos, el camino de Granada CF y Celta en Primera es muy distinto. Tras pelear en la campaña 10/11 por el ascenso en la fase final, ambos conjuntos se reencontraron en la máxima categoría en la campaña 12/13, peleando por el mismo objetivo únicamente en la primera. En la pasada, el Celta finalizó noveno (49 puntos) y los rojiblancos décimo quintos (41 puntos).
En Vigo se piensa en grande, sin perder las luces de mantener cuanto antes la categoría, pero reforzándose pensando en cotas mayores. En Los Cármenes de momento no se quiere pensar en más, tampoco los resultados prestan a ello. Es la diferencia del crecimiento vigués, pero basado en ‘rojiblancos’.
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