jueves 25 abril
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Un mundo mil veces soñado

El espectáculo 'Dralion' del Circo del Sol invita estos días en Granada a contemplar cómo lo imposible se hace real en un abrir y cerrar de ojos

El espectáculo cuenta con multitud de acrobacias. Foto: Álex Cámara

El espectáculo cuenta con multitud de acrobacias. Foto: Álex Cámara

Sentarse a ver según qué espectáculos requiere de una predisposición del público siempre adaptada al contexto de lo que se está a punto de presenciar. Quizás quienes tengan la oportunidad estos días de hacerlo con el de 'Dralion' del Circo del Sol estén preparados para disfrutar, pasarlo bien, ilusionarse como niños... pero quizás también ninguno sea capaz de augurar lo que verán sobre el escenario ubicado en el Palacio de los Deportes de Granada.

Desde este miércoles es posible hasta el domingo disfrutar y recrearse con multitud de movimientos y acciones que dejan boquiabiertos a los más de 5.000 espectadores que llenarán las gradas de la instalación deportiva convertida, por dos horas, en un espacio de magia, ilusión y, por qué no decirlo, infancia.

Porque la visión peculiar que ofrece 'Dralion' transporta a los asistentes a un mundo deseado, donde lo imposible se hace real en un solo abrir y cerrar de ojos, no muy recomendable para no perderse un detalle, todo sea dicho de paso.

Azala, Gaya, Oceane y Yao son los protagonistas armónicos del hilo artístico de 'Dralion', en el que representan como dioses al aire, la tierra, el agua y el fuego ante la existencia de un pequeño Buddha que representa al niño elegido, quizás el que todos los presentes lleven dentro desde que todo comienza hasta que todo termina.

El trampolín es otro de los espectáculos que dejan embelesados al público. Foto: Álex Cámara

El trampolín es otro de los espectáculos que dejan embelesados al público. Foto: Álex Cámara

De procedencia china, india y africana, los trajes permiten sumergirse en un espacio de fantasía en el que las coreografías y los movimientos de los artistas están medidos al milímetro y en el que cada elemento tiene su propia visión de las acrobacias.

Así, en el aire es posible contemplar las genialidades de fuerza y agilidad con el exótico ballet aéreo en un aro, donde el riesgo siempre está presente al igual que en el 'Pas de deux', en el que una pareja entrelazada sobre el escenario en una banda de tela protagoniza una lánguida danza aérea.

Si el riesgo está en el aire, en la tierra también puede vislumbrarse emoción como la que aportan los 'postes de bambú', los 'Dralions' que dan nombre al espectáculo, el 'equilibrio de mano' o el 'hoop diving' donde diez artistas masculinos se lanzan como flechas a través de pequeños aros de madera por los que, aparentemente, a vista de cualquier humano, no cabrían.

Trampolines, los diábolos, el salto de cuerda o malabarismo también componen las casi dos horas en las que el espectador se deja llevar y en el que no faltan los momentos de risa, con payasos incluidos, como cualquier circo que se preste.

Poco más se puede desvelar de una obra que parece tan sencilla como espectacular, tan humilde como perfeccionista o tan mágica como ilusionista. 'Dralion' transporta a un mundo anhelado en el que queda demostrado que hay razones para reír en el ajetreado devenir de nuestras vidas.

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