jueves 25 abril
SEMANA SANTA 2016 | LA CRÓNICA  |   | Luis F. Ruiz | Fotos: Álex Cámara

Un ritual completo

Granada vive su Viernes Santo cargado de liturgia · Multitudinarias salidas en Los Favores y Escolapios · Mejorables cortejos de Ferroviarios y Sepulcro · La Soledad gana protagonismo con los faroles

Granada vivió su Viernes Santo con la misma intensidad de quien se sabe en la recta final de la pasión y con un marcado carácter litúrgico. Así, el sexto día de la pasión contó con seis momentos clave para vivir a las hermandades en la calle y con situaciones inéditas que se produjeron en el interior de la Catedral.

Ocurrió a cada una de las salidas por la Puerta del Perdón de las hermandades, al encontrarse con el Cristo de la Misericordia de la Hermandad del Silencio, que protagonizó los cultos del Viernes Santo en el interior de la Santa Iglesia Catedral. Frente a frente, madre e hijo, la Misericordia Coronada hizo su 'guiño' al crucificado sobre la taracea más universal que existe.

A todo ello hay que añadir sin olvidar las cosas mejorables de esta jornada, como el cumplimiento de los horarios. El cambio de Los Favores, siendo la segunda que pasaba por Tribuna, le permitió un discurrir más hilado durante todo su recorrido, si bien, el retraso del Sepulcro perjudicó a la Soledad, detenida durante unos 20 minutos en Gran Vía como principal perjudicada en este sentido. Si duda habrá que trabajar en este sentido para el próximo año.

La cita de las 3 de la tarde fue multitudinaria en el Campo del Príncipe. Foto: Álex Cámara

La cita de las 3 de la tarde fue multitudinaria en el Campo del Príncipe. Foto: Álex Cámara

La cita de las tres

El antepenúltimo día de la pasión en Granada arranca en un enclave que se convierte en epicentro de todas las semanas santas que puedan existir. El Campo del Príncipe y las tres de la tarde convierten a la pasión Granadina en única, exclusiva e inimitable.

Desde que allá por los años 20 comenzase a producirse este momento único, Granada y los visitantes estos días llenan y abarrotan cada rincón en torno al crucificado pétreo de Los Favores para rezarle cuando justo a las tres de la tarde se hace el silencio y un cornetín lo rompe para rememorar la muerte de Cristo.

Ante la Soledad de Nuestra Señora, Granada cumplió con la tradición que este año protagonizó Luis González, un chico de tan solo 16 años, que seis años después desde su llegada a la Agrupación Musical del Dulce Nombre hizo sonar su cornetín y enmudecer a una ciudad entera en el que ha sido, es y será el momento que marca la Semana Santa de Granada, el que le da sentido a todo.

El Cristo de la Buena Muerte estrenó nueva cruz. Foto: Álex Cámara

El Cristo de la Buena Muerte estrenó nueva cruz. Foto: Álex Cámara

Ciclo completado en Ferroviarios

Desde que hace unos años la Hermandad de los Ferroviarios iniciara la remodelación de sus dos pasos, cada año ha ido en el buen camino para culminar la renovación de ambos de forma acertada, hasta el punto de que así ha quedado demostrado este Viernes Santo en la calle.

Por un lado, el Cristo de la Buena Muerte, que sobre caoba y remates en oro ha completado un buen proceso de mejora del paso, al que este año hay que añadir de forma acertada la nueva cruz sobre la que se ha portado al crucificado. También ha destacado la culminación definitiva del palio de la Virgen del Amor y del Trabajo, que este año además ha estrenado de forma acertada una combinación de flores silvestres en tonos crema, fucsia y morados, más acorde con el luto de la jornada.

Si bien, Ferroviarios demostró que debe haber aspectos a mejorar en el seno de la cofradía, pues su escaso cortejo antes y después de Cristo dejó patente que queda mucho por hacer para recuperar el acompañamiento a sus titulares de una hermandad que cuenta con 600 hermanos. La imagen en la estación de penitencia es el trabajo que se realiza en ámbitos internos.

El Realejo se echó a la calle ante la salida de la Misericordia Coronada. Foto: Álex Cámara

El Realejo se echó a la calle ante la salida de la Misericordia Coronada. Foto: Álex Cámara

Misericordia en el año de la Misericordia

Si hay un enclave que reúne a miles de personas cada Viernes Santo ese es el Campo del Príncipe y más concretamente las inmediaciones de la Iglesia de San Cecilio. Allí, Granada se cita a las tres de la tarde con el Cristo de los Favores pétreo y tres horas más tarde con la talla que realizara Pablo de Rojas allá por el siglo XVII.

La cofradía sigue dando buenos pasos año a año y así pone en las calles a un río inmenso de nazarenos con ese burdeos terciopelo que llena cada rincón de la ciudad y del Realejo en una jornada clave para la pasión.

Alberto Ortega y su equipo condujeron con elegancia al Cristo y a su madre, que en el año de la Misericordia acaparó gran parte de los focos, principalmente cuando se encontró ante Misericordia en el interior de la Catedral, ya de regreso a su templo, y que estrenó de forma acertada el acompañamiento musical de la Asociación Musical Utrerana.

El paso por el Puente Romano, una de las clásicas imágenes protagonizadas por Escolapios. Foto: Álex Cámara

El paso por el Puente Romano, una de las clásicas imágenes protagonizadas por Escolapios. Foto: Álex Cámara

Cruzando el río

Son hasta cuatro las hermandades que cruzan el Puente Romano del Genil en las distintas jornadas de la pasión, cuatro provenientes del Zaidín; y solo una la que lo hace a escasos metros de este enclave que reúne a cientos de miradas para captar imágenes únicas.

Así ocurre con la Hermandad de Escolapios cuando llega el Viernes Santo, con uno de los crucificados más imponentes de la pasión granadina, y cuyas dimensiones precisamente provoca la complejidad en la salida desde San José de Calasanz, sorteada de forma magistral por los 39 hombres que van debajo a las órdenes de Agustín Ortega. El dorado del paso de Cristo, como cabía esperar, ha quedado espectacular.

Su carácter clásico no faltó tampoco con la presencia en las calles de la Reina de Roma. La Virgen del Mayor Dolor impregnó las calles de Granada con su palio, con el siempre preciso y exquisito acompañamiento musical que ofrece la San Isidro de Armilla y un exorno floral compuesto de calas, rosas, peonías blancas, flexias malvas y astromelias. Una combinación que, sin ser sencilla junto a la titular mariana, quedó acertada.

El calvario de la Soledad quedó mejor redistribuido. Foto: Álex Cámara

El calvario de la Soledad quedó mejor redistribuido. Foto: Álex Cámara

Acompañamiento al Sepulcro

San Gil y Santa Ana se convierte en la jornada del Viernes Santo en otro de esos enclaves obligados para acudir en la sexta jornada de la pasión. Ante la salida del Sepulcro llega la que es considerada como hermandad 'oficial' de la Semana Santa granadina con un cortejo que, de no ser por los acompañamientos, quedaría pobremente al descubierto en la calle.

Es precisamente este el trabajo que debe desarrollar la cofradía de puertas hacia adentro. En lo que a su estación de penitencia se refiere, por fortuna año a año son más las corporaciones nazarenas que deciden arropar a la cofradía del Sepulcro, en esta ocasión un total de 13, a las que hay que añadir las instituciones o las cuatro hermandades de gloria que también participaron de su cortejo.

La Soledad en el Calvario tuvo en esta ocasión una redistribución de los claveles, de modo que quedó mucho más acorde con lo que intenta ser un calvario de flores. La talla de José de Mora caminó en su discurrir de forma sobria, como manda la norma no escrita para una imagen de este tipo el Viernes Santo.

Los nuevos faroles dan más protagonismo a la titular de la hermandad de San Jerónimo. Foto: Álex Cámara

Los nuevos faroles dan más protagonismo a la titular de la hermandad de San Jerónimo. Foto: Álex Cámara

Soledad más protagonista

La renovación a la que se ha expuesto la Hermandad de la Soledad de San Jerónimo desde hace algunos años invita a pensar en todo lo que aún está por llegar y por venir de la cofradía monasterial, que protagoniza su salida y regreso en uno de los templos más imponentes de la ciudad.

El protagonismo este año, si aún no lo tenía, recayó más todavía en la imagen de Pedro de Mena, que dejó atrás la candelería por unos acertados faroles con los que resaltó más una de las tallas más bellas que tiene la Semana Santa de Granada.

Aunque todo lleva su tiempo, hay ganas en la ciudad por ver el estreno del nuevo paso cuyo proyecto ha recaído sobre Patricio Carmona. De su estación de penitencia también cabe destacar el buen hacer en la calle de la cofradía, el acertado, cada año más, discurrir del paso del Descendimiento.

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