jueves 28 marzo
TERREMOTOS EN GRANADA  |   | Luis F. Ruiz - Noelia S. Lorca | Fotos y vídeo: Álex Cámara

Una calma resquebrajada hasta que la naturaleza quiera

Vecinos de Santa Fe y Atarfe pasan su tercera noche en descampados por miedo a los terremotos, que rompen para ellos la seguridad que debería darles su vivienda

Qué hacer cuando la casa de cada cual no es un lugar seguro. Es la pregunta que decenas de ciudadanos de Granada se hacen estos días tras unos terremotos que han roto toda la tranquilidad que podía existir bajo el techo donde se hace vida. Numerosos vecinos, sobre todo de Atarfe y Santa Fe, han vuelto a pasar la noche al raso por miedo a seguir en sus domicilios y lo que pueda pasar. Lo peor es que nadie sabe cuándo acabará todo.

Zonas como el recinto ferial de Santa Fe o las proximidades del campo de fútbol de Atarfe corroboran que algo está pasando, al verse bastantes vehículos estacionados con gente en su interior al caer la madrugada. Estos vecinos que aguardan en vela en sus coches les dan precisamente todo lo contrario a lo que la tierra ofrece estos días: tranquilidad y quietud.

En Santa Fe, son familias al completo las que se han ido a pasar al recinto ferial los días. Lo hacen provistos de lo básico y también entre hogueras para tratar de entrar en calor. La noche hace más vulnerable a muchos mortales, pero lejos de casa y con frío la situación se agrava.

"El terremoto de esta tarde me ha pillado comprando", relata una señora que, en bata y con lo justo, se dispone a pasar su tercera noche lejos de su cama por miedo a que la casa se pueda venir encima: "¿O tú cómo lo ves?".

Y pese a que son los periodistas los que por norma general preguntan, este grupo de vecinos santaferinos quieren respuestas que nada ni nadie puede darles. Cuándo terminarán o si habrá alguno mayor son algunas de las cuestiones que quieren, sin éxito, resolver cuanto antes.

Muchos vecinos han vuelto a pasar la noche al raso.

En campamentos improvisados

"Yo vivo en una casa que tiene muchos años y el miedo que tengo es que se pueda venir abajo", explica otra mujer mientras se calienta en la hoguera, al tiempo que "da mucho miedo" vivir esa sensación que genera escuchar que la casa retumba sin saber cuándo parará y, lo peor, qué daños pueda causar a la infraestructura, pese a que los expertos recuerdan que los edificios son una zona segura.

En una especie de 'campamento' improvisado, aprovechando dos contenedores, una familia con dos niñas menores pasa también la que es su tercera noche de miedo por los terremotos: "Ya estábamos más acostumbrados, pero los tres del martes ya era preocupante. Si pudiéramos nos íbamos a alguna parte, pero no podemos y sin ayuda de nadie".

Otros optan por pasar la noche directamente en los coches, donde aparentemente no son perceptibles los temblores, al menos no igual que bajo un techo que tiembla cuando la naturaleza tiene ese capricho.

Igual que su historia existe la de numerosos ciudadanos que han sido incapaces de regresar a sus viviendas de noche para volver a escuchar los terremotos que rompen la tranquilidad en el domicilio. Solo cabe esperar que cuanto antes la situación para recuperar una calma resquebrajada por el temblor de la tierra.

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Comentarios (2)

  1. fg dice:

    se debería permitir irse la gente a segundas residencias

  2. Maria José dice:

    En Chauchina también estamos casi igual... Y yo ya pasé también los de 1978...

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