viernes 19 abril
Coronavirus  |   | Redacción aG

Una clase de Infantil de 20 niños tendrá contacto con más de 800 personas en dos días

Un equipo de investigadores de la UGR advierte de "graves problemas de planificación" para la vuelta a las aulas en septiembre

La Universidad de Granada advierte de la necesidad de un plan 'online' en septiembre. Foto: UGR

Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada ha comparado las previsiones de los distintos ministerios y consejerías autonómicas para la vuelta a las clases en septiembre con los requerimientos técnicos, y ha advertido de "graves problemas de planificación" que se están cometiendo.

Según los expertos, el problema principal es que las previsiones públicas se han centrado en anunciar el ideal de la vuelta a la presencialidad, pero no han considerado los recursos suficientes para garantizar su mantenimiento, ni cuentan con planes detallados para su desarrollo ni para situaciones alternativas de no presencialidad que pueden ser necesarias.

Los profesores de la UGR han analizado el número de relaciones sin mascarillas y sin distanciamiento previsto para los colectivos de educación Infantil y de los cuatro primeros cursos de Primaria. La ministra de Educación, Isabel Celaá, indicó que estas clases deberían tratarse como "grupos a modo de familia o convivientes" y que "en esa burbuja o set o módulo pueden moverse con tranquilidad, sin necesidad de guardar la distancias de 1,5 metros”.

“Sin embargo, es importante recordar que las denominadas 'burbujas' sólo garantizarían la tranquilidad si estuvieran cerradas, pero cada uno de los niños de esos niveles educativos y su docente también conviven con los miembros de sus propias familias”, ha advertido Alberto Aragón, catedrático de Organización de Empresas, director del Máster en Economía y Organización de Empresas de la UGR y coordinador de este análisis.

Asumiendo familias formadas con una media de dos adultos y 1,5 menores (dos hijos en la mitad de las familias y un hijo en la otra mitad), resultaría que cada uno de los 20 escolares en esas clases tendría una exposición a un grupo de 74 personas en su primer día de clase.

“Si además los menores de esas familias también estuvieran en una clase distinta de Infantil o Primaria, se agregarían esas relaciones al conjunto alcanzando 808 personas implicadas ya el segundo día de clase, considerando exclusivamente las relaciones sin distanciamiento ni mascarilla de la clase propia y las de las clases de hermanos", ha explicado Aragón.

"Si el número de escolares en la clase sube a 25, como muchas autonomías han anunciado ya para que coincida con el ratio habitual, el número de personas implicadas subiría hasta 91 personas sólo con los de la misma clase y 1.228 personas contando las clases de hermanos”, se ha expuesto en el estudio.

Los expertos de la UGR han considerado que cualquier planificación en una situación de incertidumbre como la actual debe considerar múltiples escenarios y en cada uno de ellos deben definirse los recursos de los que se va a disponer, las acciones concretas a desarrollar y las situaciones y momentos que llevarían a su puesta en marcha.

“Es importante reconocer que la organización de la vuelta al cole tiene características que la hacen especialmente complicada, pero eso precisamente debe llevar a planes más rigurosos”, ha advertido el catedrático de la UGR.

En el caso de colegios e institutos, Aragón ha considerado especialmente poco eficaz el poner el foco sobre los planes de cada colegio e instituto sin que éstos hayan recibido ni los recursos ni el marco de referencia detallado para su adaptación.

Problemas la presencialidad todo el año

Los investigadores han advertido de que “un sistema abierto de burbujas de convivientes como el que proponen el Gobierno sólo puede tener una eficacia limitada para controlar el riesgo de contagios, pero es especialmente poco eficaz cuando el número de escolares en su núcleo es tan alto”.

Un contagio en una persona de ese colectivo conlleva un riesgo automático para todo el grupo, por lo que cabe esperar que cualquier situación de alerta implique el cierre del grupo o incluso de todo el colegio si han compartido espacios o docentes comunes.

Los investigadores de la Universidad de Granada han estudiado el muy distinto éxito de los planes de vuelta al cole ya en marcha en distintos países (Dinamarca e Israel fundamentalmente) para comprobar la importancia clave de estos factores y la limitada coincidencia de la previsión española con los planes más exitosos.

Los expertos de la Universidad de Granada han querido recalcar especialmente que, si bien arrancar presencialmente en septiembre es sin duda la opción más deseable, la complejidad de la enfermedad y la limitada inversión complementaria disponible hace imprescindible tener también planes sólidos para posibles escenarios de cierre.

La problemática de las universidades

El Ministerio de Universidades ha propuesto un modelo distinto al del Ministerio de Educación para la vuelta a clase en septiembre. “Lo paradójico es que el sistema de turnos rotatorios propuesto por el Ministerio de Universidades sería probablemente más factible en colegios e institutos que en las aulas universitarias”, señalan los expertos del departamento de Organización de Empresas II de la UGR.

Los estudiantes universitarios se matriculan por asignaturas y cuentan con un alto número de optativas, por lo que resulta más complicado formar grupos de estudiantes para hacer turnos y al tiempo evitar que el resto de estudiantes necesite estar en la facultad esperando para otras asignaturas.

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